CAPÍTULO 37...
...~MANUEL~
¡¡¡Maldición!!!
Grito arrodillandome para agarrar a Lucero. El imbecil de Mariano no sé como le hizo pero le arrebató la pistola y le disparó en el pecho, parte derecha, Lucero estaba arrodillada en el piso quejándose del dolor y yo más que preocupado pero asombrado por cada cosa que hacía esta mujer. Acaban de dispararle y no ha soltado una sola lágrima que le pasa?
—Eres tan pendejo que no tienes ni puntería —habla entre dientes presionandose el lugar herido—
—No pensé dispararte Lucerito —se arrodilla con nosotros— Pero tu nunca me dejaste opciones
—No seas tan hijo de puta cabrón!!! —Miro a Lucero mordiendo su labio inferior con fuerza y me partió el alma—
—Eres tan tonta Lucero. Como carajos viniste a bajar la guardia con un tipo que solo quiere coger contigo. Que no le interesas ni en lo más mínimo. No como yo —comienza a gritar como loco— Yo si te amo como idiota Lucero. Daría todo por ti. Toda mi vida por ti y tu te rindes ante éste —veo el dolor en los ojos de Lucero— Queríamos una familia. Casarnos, tener hijos. Donde quedó todo esto? Donde quedó mi Lucero?
Cierra ella con fuerza sus ojos y rueda por una de sus mejillas una lágrima. La cargo en mis brazos, indico a los guardias que lo llevaran a algún otro lugar... De él me iba a encargar yo... y llevo a Lucero al hospital. Gracias a dios los trabajadores de la empresa se encargaron de mantener lejos a la prensa de éste pequeño escándalo.
~~~
Una hora en el hospital caminando de un lado a otro y no salía nada. Mis manos estaban manchadas de sangre y eso era lo menos importante. Una enfermera sale, y se queda quieta al verme.
—Manuel? —pregunta esa mujer tan conocida para mi— Que haces aquí?, que sorpresa
—Estela —digo sin ganas— Que bonito volver a verte. Estás atendiendo a Lucero?
—Sabía que te habías casado pero no sabía que Lucero Hogaza era tu esposa
—No, no es mi esposa. Pero la traje yo. Como está?
—Estado crítico. La bala llegó profunda y necesitamos más sangre
—Yo puedo donar, soy sangre universal
—Esta bien ahorita vengo por ti
Después de unos minutos pasé a donar y luego supe que ya se la habían puesto. Espero promedio de una hora y solo sabía que Lucero no despertaba. El teléfono de Lucero suena dentro de su bolsa y contesto al ver que es Matías
—Matías soy Manuel Mijares. —me queda en silencio escuchando— Llama a alguien familiar, Lucero no va a despertar hoy por lo visto y casi anochece. Dime dónde lo tienes
En un rato llega Itatí y Antonio. Me llevo el teléfono de Lucero para localizar la dirección que mandaría Matías y en una hora de camino haciéndose las 7:30 de la noche cuando llego a un lugar apartado y oscuro... Entro a la bodega y me encuentro a Matías frente a Mariano amarrado en una silla.
—Al fin llegas.
—Que le has hecho?
—Tuve que golpearlo. No se dejaba amarrar.
—Bueno. —me acerco a Mariano— Le disparaste a Lucero, supuestamente la mujer que más amas. Eres un cabrón Mariano, sacrificar su vida solo porque no te acepta, es lo peor que puede hacer un hombre. Peor, un cobarde
—Lucero es mía —balbucea—
—Lucero no tiene dueño Mariano!!! Esa mujer no mereces tenerla. Jugaste con sus sentimientos. Y yo voy a jugar contigo
Mariano comienza a reírse y mis ganas de moler a golpes a Mariano aumentaron. En el piso estaba la pistola con la que le disparó a Lucero y la agarré apuntándole en la cabeza
—Ah me vas a matar!!!?
—Otra cosa no mereces
Las ganas de matarlo me consumen y Matías toca mi hombro
—No lo hagas. Mantengamos a este hombre aquí hasta que Lucero esté bien
—Pretendes que deje que este tipo vuelva a ver a Lucero?
—Tu que crees que ella quiera? —bajo el arma y asiento—
No me atrevería a matar a nadie pero no sé porqué la mano no me temblaba con el. El solo seguir imaginando que las lágrimas y la vida de Lucero ha estado en problemas por su culpa me hace sacar al verdadero hijo de puta que llevo dentro.
—Entonces encárgate de hacerle los días una mierda a Mariano en lo que Lucero se recupera
Salgo de ese lugar más serio que de costumbre. Puede que a partir de hoy la vida si me cambie completamente.
~~~
Llega un siguiente día. En el que nadie sospecha nada de Lucero y nada de Mariano. Sonrío levemente al saber que Mariano ayer pasó una noche deplorable.
—Que pasa Manuel? —pregunta Pilar sacándome de mis pensamientos en el desayuno—
—Lucero fue disparada. Esta grave en el hospital
—Y porqué no me lo habías dicho?
—Porque cuando llegue anoche tu no estabas aquí. Donde andabas metida?
—Fui en busca de Emma pero el no estaba en su casa. Fui 2 veces por él. Y ambas veces no pude verlo
—Ya te lo había dicho no? Ya tiene a alguien más que le quite el sueño
—Quien es?
Veo la hora y se hace tarde. Beso la frente de ella y salgo a la empresa de Roberto. Estando ahí le comenté lo que sucedió y casi me mata por permitir que Lucero fuese disparada
Para Lucero decir que su padre no se preocupa por ella, parecía lo contrario. Le explico mejor todo hasta que tenía a Mariano. Eso sí, por más que preguntara donde está, no le pienso decir nada.
—Cuida de Lucero Mijares
—Eso no me lo tienes que pedir Roberto
—Te interesa mi hija?
—No lo sé. Pero no voy a permitir que le pase algo peor. Antes le juro que me mato.
Me quedo en silencio por sorpresa de lo mismo que alcancé a decir. Estar dispuesto a morir por ella, eso ni yo mismo espere decirlo. Lucero me está cambiando lentamente y no sé a que tanto puede llegar esto.
Trabajando en la oficina Carolina toca la puerta avisando que Lucero despertó y preguntó por mi. Una emoción distinta se concentra en mi pecho y frunciendo el ceño me voy camino al hospital
~~~
—Manuel luego tenemos que hablar?
—Si claro Itatí. Voy a pasar con Lucero
—Ven Manuel yo te llevo —me dice la madre de Lucero atenta.
Abre la puerta y me deja entrar para ver a una hermosa mujer debilitada en esa camilla de este hospital. Me acerco a ella y la rabia me comienza a arder hasta en lo más profundo. Mariano me las va a pagar, de eso no tengo ninguna duda. Me las va a pagar!
🖤CAPÍTULO #37🖤
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Aquella Noche 😈
FanfictionEn toda la ciudad el nombre de LUCERO resonaba en la Tele, periódicos, internet. Una mujer demasiado reconocida por la sociedad. Más reconocida de lo que quisiera, más de lo que ella supiera... La fama de autosuficiencia, prepotencia y egoísmo que d...