"¿Que desea mi pequeña?", ronroneó llena de excitación contra su oído, conteniendo todo impulso de quitarle lo que le quedaba de ropa.
Su negra cabellera caía a ambos lados de su rostro, uno de sus brazos apoyándose en la cama para no aplastar el pequeño cuerpo y la otra dejando etéreas caricias que hacían vibrar el cuerpo de la castaña.
Nayeon luchaba en buscar cordura entre toda la lujuria que la consumía por solo unas «malditas» simples caricias. Se maldecía por descubrir que era muy receptiva... no fue algo que ella pidió, ya que no tenía interés en descubrir sus zonas erógenas por el momento.
Fue la hermosa mujer a su costado que con un simple roce la hizo mojarse como un maldito río. Todo su cuerpo estaba caliente y su entrepierna exigía que dijera lo que más deseaba.
"Mina...", su mirada se oscureció de pronto al escuchar su nombre de esa preciosa boca. Le causaba molestia, pero también le provocaba excitación por la suavidad en que lo pronunciaba.
Con tanta necesidad que hacía volar su imaginación de que hacer con esa necesidad que ella pronunciaba su nombre. Su cabeza gritaba castigo, pero se retuvo por ser inexperta. Tampoco le había dicho completamente las reglas.
Le costaba mucho contenerse desde que cayó arrodillada a sus pies en aquel restaurante.
"¿Como debes decir al pedirme algo?", lamió la mejilla enrojecida sin perderse de como entreabrió esa bonita boca dejando salir un jadeo leve. Vió como apretó sus párpados y sintió unas uñas largas enterrarse en el brazo que tenía acariciando el ombligo de la castaña.
Gruñó ante ese dolor que le causaba más lujuria y mordió la mejilla levemente como disgusto.
"Mommy...", Mina gimió sobre esa mejilla roja por lo bien que se sintió ese apelativo en ella. Tan bien que necesitaba oírlo más de esa boca provocativa.
"Por favor... Mommy...", giró un poco su rostro para mirar ese perfecto rostro y se sintió más avergonzada cuando tenía toda la atención de ella, con esa sonrisa que expresaba superioridad.
"Primero debes hacer lo que yo quiero...", comenzó dejando besos por la línea de su mandíbula, manteniendo las caricias sobre ese vientre plano.
Quería ver como una inexperta se tocaba.
"Quiero que te toques para mí, mi pequeña", ordenó cerca de su boca entreabierta, no perdiéndose esa mirada entrecerrada sobre ella."¿Eh?". Estaba desorientada acerca de esa orden. Jamás en su corta vida había hecho eso y solo presumía de saber para que no la vieran como una niña inocente.
Y por supuesto, tocarse frente a alguien no le parecía para nada decente. Ciertamente, desde que tenía a esa mujer casi sobre su cuerpo era de todo menos decente, pero sentía que era diferente.
Escuchó de sus amigas sobre lo morboso y excitante que era masturbarse frente a otra persona, pero jamás pasó por su cabeza llevarlo a cabo. 'Es muy vergonzoso', pensó rápidamente y quiso irse, pero un fuerte agarre en su cuello la hizo quedarse en la cama.
"¿Quieres que te castigue, Nayeon?".
La piel de la castaña se erizó ante tan latente advertencia. Y sintió como su feminidad palpitó después de escuchar esa voz autoritaria envuelta en amenaza pero con ese toque suave que te invita a no obedecer, aún cuando esa advertencia dice que hacerlo es mejor.
"No puedes, Mommy", trató de hablar claramente ya que su voz estaba ronca de pronto y el agarre en su cuello no le permitía hacerlo con claridad, además de demostrar suplica en sus palabras.
Una risa bastante arrogante y luego de eso un frío azotó su cuerpo cuando Mina se levantó de la cama sin dejar esa risa de burla. No quiso levantarse, solo miró como esa mujer se ponía de pie en los pies de la cama.
No se molestó mucho en arreglarse y los ojos de Nayeon la traicionaron recorriendo ese cuerpo bien esculpido. Se dejó el top deportivo con el chándal y... pasó saliva cuando se veía el bulto en su entrepierna.
"Castigo tendrás, mi pequeña", decretó la pelinegro con una sonrisa en su boca. Recorrió por última vez ese cuerpo tembloroso y le guiñó un ojo cuando se dió la vuelta para irse, tomando la gabardina que había colgado en el perchero de la habitación.
Nayeon, por otra parte, respiraba agitada mientras veía como esa mujer se retiraba con ese andar elegante y seguro hasta desaparecer por la puerta.
Estando sola se percató que estaba temblando, más no sabía si de calor por la lujuria contenida, o frío por la soledad que la rodeaba. También su mente empezó a arrojar preguntas muy importantes que no se le pasaron por la cabeza debido a la hechizante presencia que tenía a su lado.
¿De verdad la castigaría?, y si así fuese ¿que castigo recibiría y como?, ¿Por qué la castigaría cuando no hizo nada malo?
"¿Por qué aún siento su cálido aliento contra mis labios?", divagó fuera de sus pensamientos y tocó los mismos.
Quería tanto tocar los de esa mujer madura. ¿Serían tan suaves como se veían? Nayeon pasó saliva cuando su centro palpitó por el pensamiento.
"Mommy...", se sonrojó por ese gemido suave y apretó sus párpados con fuerza. No debía preocuparse por ese incidente. "No la volveré a ver", especuló con una mueca.
No se veía enojada, pero tampoco tranquila. Estaba totalmente neutra y eso Nayeon lo tomo como algo bueno. Esa mujer no cumpliría su palabra... ¿o si?
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Buenas, buenas. ¿como están? Yo buen, con ideas revoloteando de mi cabeza y ví este ship y... Buehhh se me ocurrió esta novela.
Creo que será corta. También explícita. Hmmm... *Divaga en sus pensamientos* No lo se. Quizás habrá tristeza y cosas así ¿?
En fin. Espero les haya gustado y dejen su voto si fue asi. 😘
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Mommy | Minayeon G!P - Bilogía
FanfictionSu vida es perfecta. Tiene todo gracias a sus padres que le dan lo que ella pida. Nadie es mas importante que ella y su familia. ¿Quien podía serlo? Sin embargo, ¿que pasaría si encuentra a alguien que le cause muchas cosas con solo un toque y se c...