12

979 68 6
                                    

Tenía toda mi frente bañada en sudor y no paraba de dar vueltas en la cama poco cómoda donde estaba acostada. Sentía un calor terrible, toda la ropa que tenía encima molestaba y hasta tiré las sábanas porque sentía que me iba a morir de calor.

—Joder...

Solo era una cosa que se me pasaba por la mente, causándome más, mucho calor y era la sensación más... terrible, porque tenía la solución en mis narices y me negaba a aceptarlo y... Dios.

Me levanté —me dió igual estar en un short de pijama y un top deportivo, y descalza— y me puse de pie para ir ao lugar que podía quitarme lo que sentía.

Joder, estaba ardiendo.

Entré con sigilo o quise entrar con sigilo, pero la puerta estaba cerrada cuando empuje. Maldije internamente y golpeé con frustración la puerta de madera que en cualquier minuto se vendría abajo.

—Hija de...

'...Puta', tuve que decirlo en mi cabeza porque la puerta se abrió, dejando ver ese rostro imperturbable... pero parecía que estaba dormida... ¡Dormida!

—¿Que mierda haces? —masculló con evidente enojo por como fruncía el ceño.

Retrocedí al momento, topandome con un chico que, por el olor que desprendia, estaba muy ebrio. Y la ebriedad no ayuda hacer cosas buenas, porque el chico me miró, recorrió mi cuerpo y esa mirada brillo de perversión.

—¿Quieres ir a mi habitación? Con esa ropa de... Seguro eres una puta...

—No —me atemorice y los pasos que habia retrocedido los adelanté para rodear el torso de la mujer que parecía que asesinaba al chico con la mirada.

Y fue el error más grande. Era un error caminar de madrugada al cuarto de la mujer más pervertida y descarada que he conocido, obviamente, pero lo que habia hecho fue le más grande.

DE-LI-CI-O-SO. Y me perdí en el olor que desprendia su cuello, por lo tanto, no sé qué ocurrió con el chico... siquiera percibí cuando cerró la puerta.

Solo estaba embriagada de su olor.

—Te hice una pregunta, Nayeon.

En ese momento salí de la hipnosis deliciosa de su olor. Además de sentir un objeto inamovible contra mi espalda.

—Queria... quería orinar...

—¿Pensabas mearme la boca que tocabas mi puerta?

Mis mejillas se calentaron por ese comentario obsceno y empuje su cuerpo para largarme, pero siempre me atrapa. Hizo que mi cuerpo impactara contra la pared otra vez, esta vez de espalda, y su erección chocó contra mi trasero.

—Mommy... —expresé con las neuronas nubladas de lujuria.

—Dilo, bebé. Di lo que deseas... —pidió cerca de mi oído y esa mano encajó en mi entrepierna, empujando para que mi trasero se apegara más a su falo.

Y eso me calentó más. Deseaba que se esa tela no estuviera para que me tocara, para que sintiera mi humedad, pero tenía una disputa interna. La racionalidad tenía un encuentro con la lujuria que me estaba poseyendo.

Pero... ¿Podía mandarla a la mierda si quería o no? Podía hacerlo porque yo soy Im Nayeon. La utilizaría para mí beneficio y eso, en si, no se escuchaba mal en mi cabeza.

—Tocame... follame... ¡Has lo que sea para bajar la calentura! —me desespere, moviendo mi trasero en ese bulto y ese gemido que soltó me hizo vibrar mi cuerpo.— Mommy...

—Oh, bebé... ¿Que haré contigo?... —su mano rápidamente subió para meterse debajo la prenda y me alegra por primera vez no usar bragas. Mi gemido salió tan alto que esa risa que me molestaba la ignoré y solo me centré en como sus dedos se paseaban— ¿Que voy hacer con tanta humedad, pequeña?... quiero que te corras...

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora