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Suspiré. Era lo que más quería, que siquiera respirara cerca de mi, aún cuando no deseaba hacerlo porque... quería que me follara primero.

Mi orgullo despertó en ese momento. No seguiría enviándome más mi dignidad hacia el núcleo de la tierra. Así que... asentí.

—Responde. Odio las respuestas así. —enarcó la ceja escéptica. Desvié la mirada cuando tragué saliva.

—Bien.

Sus manos abrieron mis piermas lentamente, sin quitar esa mirada casi gris de la mía. Mis piernas temblaron cuando esos largos dedos se desplazaron por la parte interna de mis muslos hasta que detuvieron al borde del short que llevaba encima.

—Odio las interferencias... —buscó un pequeño cuchillo sobre la mesa que estaba detrás de ella y abrí la boca por lo que estaba haciendo.

Destrozó la prenda y de pronto sentí la temperatura ambiente que estaba a nuestro alrededor.

—Y... yo odio que destrocen... mi ropa...

Su risa surgió levemente mientras ataba su cabello en una cola alta y gruñí por eso, no sabía exactamente porqué, pero no me gustó.

—Y yo amo destrozar lo que es mío... y esto... —quitó todo lo que cubría mi entrepierna hasta las bragas y formó un puño con ellas— Es mío. Yo lo compre, Nayeon.

—Solo... Busca mi ropa... y te la entrego...

—Oh...,—pareció morder su lengua. Y pude notar algo; desde que ocurrió lo de anoche no me ha dicho bebé, pequeña o como sea que ella se dirige a mi con ese tono arrogante o malicioso— Quiero romperla sobre ti.

Toda mi piel se erizó cuando mi vagina palpitó. Sus pupilas estaban dilatadas y sumando esa sonrisa de lado..., me estaba costando respirar. Se vió bien sobre mi... y ahora se veía mucho mejor debajo.

—Dime si te duele... es lo que puedo hacer como disculpa.

No me dejó procesar bien todas esa palabras porque ya había bajado sus manos a mi entrepierna. Ambas, y cambie a un rojo intenso cuando extendió mis labios vaginales sin apartar sus ojos de mi lugar privado.

—Esta palpitando... ¿En que estás pensando, Nayeon? ¿En mi polla o en mi lengua? —preguntó sin cohibirse de hablar obscenidades como si fuese normal hacerlo conmigo. Cubrí mi feminidad para que no mirara tan fijamente.

'Ambas', quise decir.

—Quita las manos, bebé... —ordenó ladeando su rostro y alzando esa mirada lujuriosa hacia la mía. Y eso era lo que me faltaba, ese tono ronroneante e hipnótico.

'Volvió a su actitud'.

—Mommy... ¿Que haces? —obedecí con la vergüenza embargandome y esa sonrisa se extendió mucho más. Parecía... se veía diferente y... ¿Por qué devolvería a aquella mujer fría?

'Quiero a mi Mommy', pensé con las neuronas embriagadas de su perfume. Me estaba agradando más esa personalidad que tomaba cuando la nombraba así.

—Disculpandome con mi bebé, cariño —dejó besos por toda la parte interna mis muslos hasta que sentí su respiración tocar los labios extendidos por sus manos.— Hueles jodidamente divino... —inhaló con profundidad y sentía su risa en mis partes, avergonzandome mucho más. Termine apoyando mi cuerpo en le espaldar del mullido sofá de cuero y jaló más mi cadera al borde.— Eres afortunada, pequeña... nunca doy orales antes de que me los hagan a mi.

Aferré mis manos donde mi espalda se apoyaba y mi boca se abrió cuando dió un largo lametazo por toda mi hendidura, enviando electrizantes sensaciones por todo mi cuerpo hasta estremecerlo.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora