16

900 64 8
                                    

POV Nayeon.

Que tedioso era lidiar con papá cuando lanzaba preguntas. Anteriormente eran fáciles de contestar porque no le ocultaba nada, pero ahora es díficil repetir la misma mentira.

—Papi... estoy agotada. ¿Si? Ya te dije que la señora me trató bien y me regresé porque había olvidado la tarjeta de crédito —jugué con mis dedos para tratar de no desviar la mirada ante su escudriñamiento.

Por suerte no sudadera cubría los chupones que esa mujer me había hecho. Obviamente tuve que cubrir de maquillaje algunas, pero nada que no pueda resolver.

—Creía que te había abandonado.

'Me abandonó tanto que me hizo desmayar', bufé en mi mente. Negué lentamente. Podía causarle problemas con abrir la boca y decir que me violó, pero yo tuve parte de culpa también.

—No. Me cuidó... —reprimí todo impulso de bajar la mirada. 'Me folló muy bien con sus dedos y boca', definitivamente no le iba a decir eso. Mis mejillas se calentaron por ese pensamiento—, bien. No podría estar mejor con una enfermera.

Parecía aliviado con ese suspiro que dió, incluso su ceño dejó de estar fruncido.

—Vamos a casa, pequeña. Tu madre estaba preocupada.

—Estoy bien, papi.

—Le agradeceré a Myoui por eso. Creí que no cumpliría su palabra.

Claramente esa mujer cumple con lo que dice. Aún recuerdo esa advertencia que me dió como si fuese ayer. Torcí el gesto por ello.

No quería recordar nada que se relacionara a la mujer, así me acalore todo mi cuerpo con solo pensar en esa lengua lamiendo mi vagina.

Incluso ahora. Mis piernas tiemblan al tenerla en mente y pensar en lo que me hizo.

—... ¿Nayeon?

Me sobresalté rápidamente y golpeé la mano intentando tocarme, dejando a mi padre pasmado.

—Perdón. ¿Que decias? —enlacé nuestros dedos cuando me miró ceñudo.— Mi periodo me tiene susceptible, papá.

—Tengo una sorpresa para ti.

Dejó un beso en mi sien y abrió la puerta del auto para mí con una sonrisa que me decía claramente estaba forzada. Me recorrió un escalofrío por mi columna vertebral por la idea de que notase algo extraño en mi.

Si lo encontró, no me lo dijo durante el trayecto que tuvimos de la estación a la casa. Eso fue aproximadamente media hora en que hubo silencio en le auto, lo cual era extraño viniendo de él.

Mi padre hablaba siempre conmigo de su día o cualquier cosa trivial porque no le gustaba el silencio que habia entre nosotros.

—¿Que hicieron en el norte? ¿Algún chico que te gustó? —esa pregunta resaltó lo tenso que estaba.

Y mis mejillas se tornaron rojas ante la palabra gusto. 'Claro que me gustó... me encantó mi "tía"...', dejé la mirada en la ventana para que no viera mi rubor, pero claramente ya lo había visto.

—No, papá. Nadie, y respecto a lo otro. La señora me preguntó si podíamos desviarnos por trabajo. No le di importancia porque yo quería comprar algo allí.

Volví a mirarle con más seriedad y alcé los hombros con desinterés.

—No le digas señora, bebé.

Rodeé los ojos.

—Es mayor, papi.

—Solo tiene 27, Nayeon. No es una anciana, no exageres.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora