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Tres semanas después.

Su cabeza no paraba de doler como un demonio. Tantas analgésicos que le habían recomendado, incluso ella misma se recetó cuando pensó que su médico era inepto, pero ahí estaba con el maldito dolor de cabeza constante y molesto.

Azotaba, follaba, intentaba liberar algo de esa incomodidad que sentía en su pecho desde hace esas tres malditas semanas.

Tres semanas que han ido empeorando con el pasar de los días.

Incluso golpeó al imbécil de su “amigo” cuando se apareció por preguntas que le valían una hectárea o más de mierda.

Sentía… ‘Como una mierda’, si esa era la definición de lo que era y, bueno ella no negaba que lo era —porque a fin de cuentas lo era—, pero lo era con justificación.

Sus insultos eran de frente, justos y sin rodeos porque le encantaba decir las verdades en la cara de quien sea que estuviese humillando.

¿Por qué se sentía extraña?

Jamás pasó por su cabeza que estaba diciendo la verdad.
Era malditamente verdad lo que dijo Im Nayeon aquel día.

Im Changkyun es su hermano, no medio hermano cómo su hermana Lalisa, no. Era su hermano completamente. Myoui, sinceramente quedó en shock cuando recibió esa información. El pasado que tiene esa familia no es muy… decente, pero ese era otro asunto.

Y también se respondió la duda del porqué esa actitud hacia su… siendo su hija. Tener ese tipo de posesión con tu hijo no es normal.

Excepto ella misma, quien un día imaginó lo que era tener hijos y supuso que si fuesen niñas alejaría a cualquier imbécil que intente aprovecharse de ellas. Y jamás pasó en su mente la manera en que ese hombre trataba a su hija.

Asco. Es extraño que un padre desarrolle un amor de esa manera hacia una criatura que tiene la mitad de tus genes.

Él no los tenía, pero si la crió como si los tuviera.

Masajeó su sien para intentar calmar el dolor en su cabeza, pero era imposible.

Ver esa escena empeoró todo. Había llegado a Londres hace dos días porque no soportó más la idea que alguien tocará lo que es suyo.

Y tenía las pruebas. Muchas fotos de Nayeon estando muy cerca de alguien, pero últimamente solo hay una en particular que no la deja siquiera respirar. Obviando a su guardaespaldas, claro está. Ese no se despega ni un poco de su hermana.

—Su vodka, mi señora.

Dió un solo sorbo y su garganta siquiera se contraía por la rabia que tenía y frustración.

—Mi señora, el señor Susuki estará en Tokio el viernes. —le dice uno de sus hombres y enarcó la ceja inquisitiva.

Sus negocios para con ella habían terminado desde que se fue del norte.

—Mencionó sobre una celebración por sus éxitos. —siguió dando información que ha Myoui no le tomaba importancia.

Simplemente no estaba para celebraciones.

—¿Cuándo te di permiso de seguir? —masculló bebiendo de su recién pedido de whisky.

Por lo que pasaba no era despecho, a fin de cuentas no tenía ningún tipo de relación con Im Nayeon, lo que tenía era… incomodidad.

El arrepentimiento la carcomía porque nuevamente le había causado dolor de una manera muy diferente a la que ella proporcionaba.

Y eso le estaba jodiendo de muchas maneras la cabeza.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora