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"Mommy... follame", pedí con deseo evidente. Lo necesitaba tanto que mi vagina chorreaba humedad como un río desbordado.

Y esa actitud solo me ponía más caliente. Su cabello negro estaba alborotado y aún así, se veía tan... perfecta.

"Si lo quieres... ven por él, bebé", ronroneó frotando el miembro erecto con una de sus manos con tanta lentitud, que mi boca se hizo agua de solo imaginar que tan profundo llegará si lo meto todo.

"Mommy...", jadeé estando entre sus piernas y esa sonrisa de lado adornó esos labios rosados y apetecibles. Se veía tan bien en ella.

"Dilo otra vez, pequeña", exigió mordiendo su labio inferior cuando su mano se aceleró de pronto sobre ese falo que se veía duro y lleno de ese líquido preseminal.

Sentía mis mejillas calientes por las palabras que quería soltar, palabras que no pensé que diría, pero la necesidad de ella era tanta que no me importaba decirlas en voz alta. Mi vagina palpitaba de necesidad y exigía que esos dedos volvieran a tocarla, esos que se aferraban a ese miembro duro.

"Tocame... Mommy", supliqué cuando llegue a estar cerca de su rostro. Me miró unos segundos hasta que sus labios tuvieron contacto con los míos, nada de romanticismo, solo había posesividad en su manera de besar y era...

—¡Imbécil! ¡Nayeon... eres una tonta calenturienta! —grité en la almohada y patalee tratando de alejar esos pensamientos sucios de mi cabeza. Sucios porque se tratan de esa mujer pervertida.

Mi mano descendió por mi vientre hasta que llegué a mi intimidad y volví a gritar fuertemente cuando estaba muy mojada.

—¡Oye! ¿Que te pasa, hermanita? ¡Pareces una bestia gruñendo! —reprendió Lisa entrando a mi habitación y por suerte estaba envuelta en la sábanas para que no viera mi mano bajo mis bragas.
La vergüenza me envolvió y solo me dieron ganas de llorar.

Esa mujer me está volviendo loca.

Estos últimos dos días siempre es lo mismo. Pesadillas recurrentes donde yo suplicó que me folle... que me toque y mi boca salivando por probar algo que solo ví una vez, pero se veía tan... como si fuese lo más delicioso.

Desearía no haberlo visto jamás. Todo empeoró desde que las vi hacer eso.

Dos días atrás.

—Hey, bebé. ¿Y tu amiga? —preguntó papá dejando un beso en mi cabeza cuando bajó. Me sobresaltó su toque.

Siquiera escuché sus pasos, y eso que siempre lo he notado porque sus zapatos hacen ruido. Estaba tan ensimismada en la calentura de mi cuerpo que olvidé todo a mi alrededor.

Olvidé por unos segundos como hablar cuando es mujer me habló. Sentí un escalofrío sacudir mi cuerpo y tuve que tragarme el gemido que quiso salir del fondo de mi garganta por tan penetrante mirada.

Sentí que me estaba asesinando. Comprobé que si causó algo en ella.

—... Nayeon... ¿Pequeña?

—Al baño... —murmuré y recordé que ya tenía algún tiempo que salió a ese lugar— Voy por ella, regreso en un minuto.

—Si ves a Mina te la traes.

'Ni de coña toco a esa mujer', pero asentí por cortesía cuando me levanté. Lisa estaba bajando con mamá cuando me fui por el pasillo donde se supone que desapareció mi amiga.

¿Que se supone que estaba haciendo? No sabía exactamente cuánto había desaparecido para ir "al baño", pero fue el suficiente para notar el gran tiempo que lleva metida allí.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora