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Consolar.

Esa era una palabra que yo no conocía, ya que mis queridas amigas no han sufrido un desamor o una pérdida, así que sentir empatía en momentos difíciles... era difícil para mí. Y tampoco le tomaba importancia porque... no me interesaba consolar a alguien.

— ¿Puedes dejar de llorar? Llevas más de una hora y aún no se porque lo haces —espeté frotando su brazo con una de mis manos para intentar calmarla.

Pareció respirar. Inhaló y exhaló lentamente hasta dejar de asfixiarme con el agarre en mi cintura.

—Lo siento, Nayeon. No quiero causarte problemas...

—No lo haces, idiota. Es mi manera de consolarte, ¿No lo ves? —mencioné con obviedad.

Y por unos segundos subió su mirada a mi rostro. Se veía afligida, pero la sonrisa débil que soltó cambio un poco su aspecto.

—Ya... ya lo veo —rió por lo bajo, secándose sus lágrimas. El lápiz estaba corrido por toda su cara.— Me encanta como te queda esa pijama. Es como tú...

—Lo sé. No evadas y dime que ocurrió.

Hizo una mueca, pero asintió levemente.

—Quizas me ilusione muy pronto como dijiste. Entrar en ese mundo... es... complicado ¿Sabes? Es un rol, y ese rol... —alcé mi mano para que no siguiera. Evitaba de sobremanera saber de ese tema como para que me dé una definición ella— Lo que digo, es que... no hay que estar confusos.

Tomó una pausa. Parecía que estaba sopesando la respuesta o quizás, buscando palabras que encajarían con lo que quería decir.

—Cuando tienes un rol, es sólo eso. Es muy diferente de cuando no lo tienes

—¿Puedes ser clara?.

Los rodeos solo me exasperan.

—Es fría. Da un buen placer, atención y mimos durante ese rol, pero después de eso... nada. Y todo empeora cuando dices su nombre... no le gusta...

Torcí el gesto mientras seguia y seguía hablando, dando rodeos al punto que quiere llegar. No sé cuando deje de escucharla, porque verdaderamente lo que hace o no esa mujer en el sexo o después poco me importa.

Solo quiero saber porqué estaba llorando cuando bien sabía que esa mujer era así.

—...solo para fijarme que... no me quiere. —volvi a la realidad por esas frases finales. Es lo que le había dicho— Myoui Mina no es persona de romance, todo es carnal... Todo es placer y lujuria.

—Bien. Por lo que no vale llorar. ¡Por dios, Momo! ¡Es mayor que tu! Claro que solo se relacionará a eso —la envolví en un abrazo cuando formó un puchero para llorar— Es bueno saber que la dejaste, amiga... ¿Por qué la dejaste, verdad?

Rodeé los ojos cuando negó. Cuanto quería golpearla por ser tonta, pero lo retuve.

—Pero lo haré, lo prometo —susurró contra mi cuello y asentí como apoyo. A fin de cuentas era lo que podía hacer, ya que con palabras solo la hería más.— ¿Puedo quedarme a dormir?

Miré el reloj sobre la mesa de noche y ya iban a ser las siete de la mañana. Suspiré. El sueño iba a ser imposible, además de que mamá vendría aquí o... enviaría a Lisa para que baje al desayuno.

—Es perfecto. Así puedo quedarme aquí y no verle la cara a esa...

Evité de sobremanera pensar en lo que me hizo, porqué de lo contrariois mejillas iban a enrojecer.

—Gracias.

Salió de mis brazos y se fue a duchar. Solo han sido algunas veces que se ha quedado, y su ropa aún está en el armario. Mi cama lo suficientemente grande para dos personas, también estaba un diván frente a la ventana que servía para dormir.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora