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—Mommy...

Sus sentidos despertaron en ese segundo que esa voz ronca acarició su oído, además de sentir sobre su boxer la traviesa mano de su pequeña frotarse contra su polla de una manera para nada sutil.

Mina empezó a sentir como Nayeon apretaba para que la forma de su erección se marcara mucho más de lo que ya estaba en la ropa interior.

Sus dientes ejercieron presión entre si ante lo rico que era despertar con las travesuras de su coneja.

Habían pasado siete meses de su embarazo, y Mina había visto como su pequeña coneja ahora parecía una pequeña gatita en busca de su presa cada que la japonesa llegaba a casa después de un día de trabajo.

Mina tenía la costumbre de siempre ser ella quien la buscase para coger no importase en el lugar donde estuviese, pero desde el segundo mes de embarazo Nayeon había cambiado por completo a ser ella la cazadora.

La japonesa comprendía, por la explicación de la doctora, que el estado caliente se debía a su embarazo... y no sabía si sentirse afortunada o preocuparse por la salud de su pequeña.

—Follame, Mommy... —suplicó, una súplica que recorrió el cuerpo de Mina de pies a cabeza hasta bajar directamente a su polla que se encontraba hinchada y dura bajo las desesperadas caricias de Nayeon.

Sus ojos brillaban mientras mantenía la boca entreabierta bajo una respiración pesada chocando contra la boca de Mina que, que lentamente fue formando una sonrisa maliciosa.

Habían pasado solo una hora como mucho que lo habían hecho "para entrar en calor", según Nayeon, debido al cambio de clima en el país.

A Mina le divertía las excusas tan vagas que buscaba su coneja para follar, hasta que llegaba a un punto que simplemente comenzaba a tocarla bajo cualquier circunstancia.

Una de las más peculiares —y más excitantes, segun Mina— fue cuando Nayeon había invitado a sus hermanos, madre y algunos amigos de ella para una cena acerca del sexto mes del bebé. Todo iba aburrido, a Mina no le gustaban las reuniones "familiares" y mucho menos verle la cara a Im Chankyung, pero algunos minutos después la cena se volvió caliente.

Nayeon se había sentado a su lado con un vestido para nada discreto, y eso no tenía del todo tranquila a Mina que debía acomodarse su verga parada a cada momento.

"¿Te ayudo?", fue lo que dijo Nayeon, manteniendo una mirada completamente oscurecida, muy intensa.

Su familia estaba hablando del trabajo de Lalisa y sobre su novia, no parecía percatarse de lo que ellas estaban hablando o haciendo.

"¿Acerca de?". Mina miró como esos ojos se intensificaron al volver a mirar al frente y lo segundo que sintió fue como la mano de Nayeon iba subiendo por su muslo sobre la tela de su pantalón hasta encontrarse con su bulto.

Inmediatamente pudo ver cómo su coneja se mordía su labio inferior al no detenerse de frotarla y sentir como estaba erecta.

"Quiero chuparla, Mommy". Mina sintió como su polla punzó en su pantalón e inmediatamente una de sus manos ejerció más presión en la mano de Nayeon para que no se detuviera. Bebió de su copa, mostrando una sonrisa de lado cuando Nayeon la estaba mirando.

La japonesa estaba más que dispuesta a darle todo lo que quería su bebé en aquel momento, y en este momento que estaba empezando a besarla en el cuello y parte de la clavícula, no era la excepción.

Sus preocupaciones, y todo lo demás se hacían a un lado cuando su bebé la cazaba como una bestia.

—¿Intentas ser como tu apodo, co-ne-ja? —enfatizó lo último, sacandole una risita entre traviesa y maliciosa que Mina estaba empezando a gustarle. Le gustaba todo lo que viniera de su bebé.

Mommy | Minayeon G!P - Bilogía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora