Capítulo 5 - El viaje

63 4 0
                                    


🗓️ Sábado 19 de marzo, 2016

El año había empezado movido en mi trabajo y bastante bajón para Emi, nunca coincidíamos, él casi no jugaba ni iba al banco aunque se mataba entrenando todos los días y se estaba esfrozando más de lo normal. Yo corría de una competencia a otra, atenta a qué contenido armar, qué nos convenía comunicar, Liverpool estaba en plena etapa de reordenamiento de plantel y todo era caos. Hoy, después de varias semanas sin vernos, habíamos quedado con Emi, Palo y Juan en juntarnos en Stoke-on-Trent, una ciudad que no conocíamos y nos quedaba justo a mitad de camino a todos. La idea era pasar el día ahí, recorrer alguno de sus grandes parques, visitar sus museos, conocer sus bares y finalmente hacer noche en un hotel para emprender el regreso a nuestras respectivas ciudades después del desayuno.

Llegué con mi auto al hotel en donde íbamos a pasar la noche y lo dejé en la cochera, todavía era temprano para hacer el check-in y nadie más había llegado, por lo que dejé mis cosas adentro del vehículo y salí a caminar por el centro de la ciudad. Necesitaba despejar la mente del estrés que traía acumulado, hacía frío, la temperatura no superaba los 6°C y la idea de salir a recorrer un parque a la tarde como habíamos dicho empezaba a dar vueltas en mi cabeza como la peor jamás planeada. Volví al hotel al notar que los chicos ya deberían estar llegando, se habían organizado para pasar a buscar a Emi y venir todos juntos en el mismo auto.

- ¡Buen díaaaa! - les dije cuando los vi entrar al lobby del hotel.

- Coriii - gritaron los tres a la vez, mientras nos abrazábamos y hablábamos de cómo habían estado nuestros viajes. Mientras Juan y Palo se acercaron a recepción para hacer el check-in nos quedamos con Emi sentados en uno de los grandes sillones que nos rodeaban.

- ¿Como estás Bujita? - preguntó Emi, con vos dulce pero profunda, casi daba risa que me diga ese apodo sonando tan masculino - Te extrañé estos días, ni un mensaje me mandaste.

- Perdóoon Dibu, ya sé... estuve con diez mil millones de cosas, te juro que cada vez que llegaba a casa pensaba en llamarte pero me quedaba dormida en el sillón, estoy agotada. - le respondí desplomándome sobre el respaldo del sillón al terminar la oración.

- Ya sé Co... - respondió compasivo apoyando su mano derecha sobre mi rodilla y haciendo una leve presión - solo quería que sepas que te necesité mucho.

Nuestro ojos se encontraron unos segundos en silencio, los suyos estaban vidriosos y los míos deberían tener un dejo de ilusión, cada vez que Emi deslizaba alguna palabra o frase de aprecio por mi, empezaba a sentir todo tipo de objetos voladores en la boca del estómago. Realmente no descifraba si él me encantaba románticamente hablando o era un sentimiento de amor fraternal muy grande, nunca ninguno había insinuado nada, más allá de nuestras primeras conversaciones por Instagram apenas nos conocimos, pero ni siquiera eran muy sugestivas. Palo me repetía todos los días que era obvio que nos gustábamos pero el simple hecho de pensar que nuestra relación de amistad podía llegar a romperse por un malentendido o una calentura del momento me hacía doler cada pedacito de mi corazón, lo quería demasiado como para perderlo.

- Bueeeeno, ya está todo. Vamos a almorzar, les parece? - la voz de Paloma parecía venir desde el más allá, todavía estaba recostada mirando a Emiliano hasta que logré recomponerme rompiendo el contacto visual y asintiendo a la pregunta con una sonrisa.

El día avanzó exactamente como lo habíamos planeado, si Paloma organizaba algo el itinerario se tenía que cumplir al pie de la letra, Juan nunca le decía que no porque eso significaría una catástrofe para la pareja, pero con Emi en un par de ocasiones preferimos quedarnos tomando un café calentito en un bar o charlando en el auto poniéndonos al día mientras la pareja feliz recorría de arriba abajo cada rincón de la ciudad.

Emiliano "Dibu" Martinez  | El destino así lo quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora