Capítulo 17 - El verano

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🗓️ Lunes 3 de agosto, 2020

La temporada había terminado. El Arsenal acababa de salir campeón de la FA Cup con Emi en el arco. Lo que significaba que pronto iba a volver a jugar contra el Liverpool, campeón de la Premier, para ver quién se quedaba con la Community Shield, el premio de campeones.

Como la pandemia nos tenía bastante atrapados en Inglaterra sin poder ir a ningún lado, organizamos con Palo, Juan y Emi irnos juntos durante 10 días a una hermosa casa de campo en Lancashire, de un amigo de los chicos.

Como la pandemia nos tenía bastante atrapados en Inglaterra sin poder ir a ningún lado, organizamos con Palo, Juan y Emi irnos juntos durante 10 días a una hermosa casa de campo en Lancashire, de un amigo de los chicos

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Me senté un rato en el porche de la casa, admirando el vasto y sereno paisaje que se extendía ante mi. Con el atardecer, el cielo se teñía de colores cálidos, una paleta de tonos naranjas y morados que reflejaban la tranquilidad del momento. Mientras mis amigos disfrutaban de unos tragos que había armado Palo en el interior, me tomé un momento, que necesitaba hace tiempo, para reflexionar en silencio.

Fueron demasiadas emociones, pensé. El final con Ali fue doloroso pero inevitable, y a pesar de saber que era lo correcto, el dolor de la despedida pesaba en mi corazón. Me pasé una mano por el rostro, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con escapar. Y Emi... la incertidumbre de no saber a dónde íbamos, de no tener seguridad en lo que sentíamos... me mantenía despierta todas las noches. ¿Era real que ya no quería seguir luchando por nuestra relación?

Miré el cielo, buscando respuestas en las estrellas que comenzaban a aparecer. Es difícil... tener el coraje de terminar algo que no me llenaba para permitir la posibilidad de algo nuevo. Pero... ¿Y si ese nuevo camino no conducía a ninguna parte? ¿Y si no existía más el futuro que yo quería? Una brisa suave acarició mi cara, trayendo consigo un poco de calma. Sabía que debía permitirme sentir y experimentar todo eso, no podía negar lo que sentía por Emiliano, pero también tenía que estar preparada para afrontar la posibilidad de que tal vez no sea el final feliz que esperaba.

Suspiré profundamente, buscando claridad en medio de la confusión. Quería creer en el amor, en las segundas oportunidades, en la idea de que al final, todo se iba a alinear. Pero la incertidumbre era aterradora, y dos semanas en esas vacaciones no iban a resolver mis dudas, pero tal vez sí me daban la perspectiva que estaba necesitando.

Cerré los ojos, permitiendo que la quietud del entorno me abrazara. Y pensé: "Por ahora, voy a disfrutar del momento, de la compañía de mis amigos y de este hermoso lugar. Y cuando vuelva a casa, voy a enfrentar lo que sea con valentía, con la esperanza de que el destino nos depara algo maravilloso, sea lo que sea."

Con esas palabras, me permití dejar ir un poco de la carga que llevaba conmigo, sabiendo que aunque la incertidumbre persistía, el viaje me iba a dar un espacio para reflexionar y encontrar un poco de paz en medio de la tormenta emocional que me rodeaba.

Con esas palabras, me permití dejar ir un poco de la carga que llevaba conmigo, sabiendo que aunque la incertidumbre persistía, el viaje me iba a dar un espacio para reflexionar y encontrar un poco de paz en medio de la tormenta emocional que me r...

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🗓️ Jueves 6 de agosto, 2020

Entre risas y la calidez del verano inglés, las vacaciones en la casa de campo se convirtieron en un oasis para los cuatro. Los días se deslizaban entre caminatas por los prados verdes y almuerzos al aire libre bajo el sol radiante con vistas al río. La diversión de los juegos de mesa en las tardes y las noches de historias tomando y comiendo algo rico se volvieron momentos preciosos, llenos de complicidad y alegría compartida.

A pesar de la armonía del grupo, a veces se podía sentir la tensión entre Emiliano y yo. En las miradas prolongadas, en las sonrisas cómplices y en las conversaciones que flotaban en el aire, ya todos sabíamos que había algo más que una amistad especial. Paloma y Juan, felices de notar que eso pasaba, se convirtieron en cómplices de un juego sutil, anidando en sus planes la esperanza de un acercamiento más serio.

Entre susurros disimulados y gestos ocultos, Paloma y Juan conspiraban para crear situaciones propicias, ingeniosas y llenas de casualidad, con esa intención. Cenas a la luz de las velas, paseos solitarios y momentos de confidencias que inducían a la cercanía, formaban parte de su plan. Mientras tanto, Emi, a pesar de la atracción mutua, se mostraba reacio a dar el paso hacia algo más allá. Pero la tensión seguía siendo evidente, una maraña de sentimientos no expresados que le daba un toque de anticipación a cada interacción.

A pesar de los juegos de nuestros amigos, nos manteníamos en un equilibrio incierto, conscientes del deseo mutuo, pero renuentes a cruzar la línea que separaba la amistad de algo más. Sin embargo, cada gesto, cada risa sugestiva y cruce de miradas dejaban entrever la posibilidad de un romance latente, alimentando las expectativas de Paloma y Juan, quienes secretamente ansiaban que el amor finalmente floreciera.

🗓️ Sábado 8 de agosto, 2020

El ambiente nocturno se tornaba más íntimo mientras estábamos con Emi disfrutando de una copa de vino en la terraza de la casa. Nos habíamos reído hasta que nos doliera la panza contando anécdotas y el aire estaba impregnado de esa energía única que solo surge entre dos personas que comparten una conexión especial.

Emiliano jugueteaba con la base de su copa, rompiendo el silencio con una sonrisa.

- ¿Te estás divirtiendo, Co?

Yo, con una mirada que buscaba complicidad, asentí, apartando la vista por un momento.

- Sí, la verdad que es una noche genial. Me pone muy feliz que hayamos venido.

El brillo en los ojos de Emiliano no pasó desapercibido.

- Sos increíble, ¿sabés? Nunca dejás de sorprenderme.

Le sonreí tímidamente, sintiendo el peso de sus palabras.

- Vos también, Emi. Siempre encontrás la forma de sacarme una sonrisa.

El sonido de la música ambiental llenaba los espacios entre nuestras palabras, añadiendo una especie de banda sonora a la tensión creciente que flotaba entre nosotros. Emi jugó con el borde de su copa, con su mirada fija en mis ojos.

- Cori, ¿Me prometés que no nos vamos a lastimar? Nunca podría perdonarme volver a hacer algo que te haga mal.

Me mordí el labio, sintiendo el corazón acelerado. Me estaba dando a entender que se la iba a jugar por nosotros y necesitaba una respuesta rápida para no perderlo.

- Lo único que me lastima ahora es no poder estar con vos, Emi.

Nuestros ojos nunca dejaron de sostenerse las miradas, expresando más de lo que las palabras podían comunicar. La noche parecía llevarnos más que nunca a un lugar de complicidad, donde lo no dicho resonaba más fuerte que cualquier confesión directa. La conversación se desvaneció en un silencio cómplice, dejando una sensación de expectativa en el aire, nuestras manos se juntaron llenas de promesas no pronunciadas pero perfectamente comprendidas entre los dos.

Emiliano "Dibu" Martinez  | El destino así lo quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora