Capítulo 18 - El secreto

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🗓️ Domingo 9 de agosto, 2020

La mañana se filtraba suavemente a través de las cortinas de la hermosa casa en la que estábamos parando. El sol pintaba tonos cálidos en la habitación, iluminando el espacio que había conocido la dulzura y un tierno reencuentro la noche anterior. Después de una semana de amistad intensa, algo en el aire había cambiado entre Emi y Yo.

Me desperté con el aroma del verano flotando en el aire. Miré hacia el otro lado de la cama y encontré a Emi despertando lentamente, con su pelo revuelto y los ojos hinchados, era una imagen maravillosa. La noche anterior habíamos tenido una conversación que marcó un giro en nuestra relación, después de horas charlando terminamos en mi habitación recostados hasta caer rendidos ante el cansancio. No pasó más que eso, decidimos explorar a dónde nos iba a llevar todo esto, pero acordamos mantenerlo en secreto, al menos por ahora.

Nos levantamos con cautela, tratando de no despertar a Palo y Juan, que compartían la habitación de al lado. Nos dirigimos a la cocina, donde la luz del sol bailaba en las paredes pintadas de blanco y el sonido de los pájaros afuera complementaba la felicidad que se percibía entre nosotros.

Me acerqué a la cafetera, tratando de aparentar normalidad mientras preparaba el desayuno. Emi se sentó en la mesa y empezó a juguetear nerviosamente con una servilleta. Intercambiamos miradas furtivas, sonrisas tímidas y palabras cargadas de doble sentido. Cada gesto contenía la electricidad de lo nuevo, de lo desconocido.

- ¿Cómo dormiste? - Le pregunté, tratando de romper el hielo con una sonrisa cómplice.

- Bien, bien. Un poco inquieto igual... - respondió Emiliano, con una risa nerviosa. Era raro verlo un poquito avergonzado.

Intentábamos disimular la tensión con risas y comentarios ligeros, pero su mirada parecía hablar un lenguaje secreto. Mientras preparábamos el desayuno, rozamos accidentalmente nuestras manos y se sintió como un gran escalofríos que recorrió todo mi cuerpo.

Paloma y Juan finalmente aparecieron en la cocina, aún medio adormecidos. Con Emi nos miramos y esquivamos rápido nuestros ojos, esforzándonos por ocultar el nerviosismo que se había apoderado de nosotros.

- Buen díaaaa, chicos - Dijo Paloma bostezando.

- ¡Buenos días! ¿Cómo durmieron? - añadió Juan, estirándose.

Respondimos con sonrisas forzadas, tratando de mantener la apariencia de normalidad. La casa estaba llena de risas, charlas y el murmullo de una nueva realidad que estaba floreciendo.

Un rato más tarde Emi me sugirió dar un paseo por el bosque que rodeaba la isla en donde se encontraba la casa. La luz del sol filtrándose entre las hojas de los árboles creaba un escenario mágico, casi como si la naturaleza misma estuviera conspirando a nuestro favor. Asentí con una sonrisa, intrigada por lo que nos esperaba, nos adentramos en el bosque, caminando por senderos que parecían de cuento, con el murmullo suave del viento entre las hojas como única banda sonora. Después de unos momentos de silencio, Emi rompió el hielo. 

- Cori, sé que pasamos muchas y sé que el tema de tu separación hace todo más complicado, pero quiero que sepas que estoy acá para vos, que quiero hacer esto bien ¿Lo sabés, no?

Lo miré a los ojos, agradecida por su empatía y su paciencia con todo lo que yo estaba atravesando.

- Gracias Emi... de verdad. - Le sonreí, apoyando mi mano en su hombro para ayudarme a pasar por arriba de un tronco caído, él se puso colorado e intentó disimularlo mirando para adelante. - Creo que ya es el momento para nosotros, pero quiero llevarlo con calma.

Emiliano "Dibu" Martinez  | El destino así lo quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora