Capítulo 11 - Los sentimientos

37 2 0
                                    


🗓️ Viernes 24 de agosto, 2018

Ali era la representación perfecta de un hombre dulce, cariñoso, protector y muy, demasiado, sexy. Si coincidíamos en el mismo espacio durante nuestras horas de trabajo no podía dejar de mirarlo un segundo, me escurría en mis ratos de oficina solo para acercarme a las canchas de entrenamiento y verlo mientras practicaba. Él, sabiendo que lo estaba mirando, me buscaba y me sonreía mientras se levantaba la camiseta para secar su transpiración. Estábamos viviendo un romance adolescente y la verdad es que me encantaba, después de mucho tiempo estaba siendo genuinamente feliz.

Debo confesar que un par de tardes de doble turno en los entrenamientos, Ali se quedaba hasta que el último jugador se fuera para que yo, sin que nadie me viera, me escabullera en el vestuario y cumpliera una de mis fantasías más grandes. El olor, el vapor de las duchas, la adrenalina de ser descubiertos y el hombre más lindo, del mejor equipo de fútbol del mundo, me excitaban a niveles demenciales.

Esa tarde, mientras estábamos recostados sobre una manta en el jardín de la casa de Ali, me preguntó si tenía alguna canción preferida en portugués, de algún artista brasilero. Le nombré algunas que conocía de novelas que había visto en Argentina cuando era chica.

- Espera, vou procurar algo. - me dijo mientras se levantaba, me quedé un rato pensando qué quería decir con procurar, a veces su portuñol me mareaba. Lo vi volver, el clima estaba hermoso y él tenía puesto solo un traje de baño que hacía que me pierda en su torso cada vez que lo miraba. En su mano derecha traía su guitarra, la veía cada vez que iba a su casa pero nunca lo había escuchado tocar.

- Pienso em você toda vez que escucho essa canción, presta atenção na letra, si hay algo que você não entende puedes preguntármelo. - Asentí con una sonrisa embobada mientras lo miraba afinar un poco las cuerdas del instrumento.

Cuando empezó a tocar y cantar sentí que mi corazón se derretía, estábamos sentados en el suelo uno en frente del otro, su mirada iba de las cuerdas de la guitarra a mi cara atontada por el momento, yo jugaba con mi mano en su rodilla y trataba de cumplir lo que me había pedido, entender la letra de la canción.

- Transborda no meu coração só amor, desde o momento que eu te vi - decía - Meu bem, quero ser seu namorado - continuaba en otra parte - O meu corpo balança querendo encontrar o seu amor - seguía. Y repetía una y otra vez: - Meu bem, quero ser seu namorado.

Claramente era una canción de amor y, a pesar que creía que estaba entendiendo, me di cuenta cuando terminó que el mensaje concreto era uno muy especial. Ali dejó de cantar, me miró con una sonrisa y me preguntó:

- E você? Queres ser minha namorada?

Ahí entendí a la perfección lo que repetía a cada rato, meu bem (cariño), quero ser seu namorado (quiero ser tu novio). Lo miré mientras sentía el brillo de mis ojos reflejado en los suyos, puse mis dos manos en sus rodillas que se cruzaban delante de él, e hice fuerza para arriba arrodillándome con mi cuerpo estirado hacia adelante, hasta estar rozando nuestras narices. Alisson deslizó su guitarra para el costado, para que no obstruyera entre nosotros y tomó mi rostro con sus dos manos.

- Eu quero ser seu namorada - nos reímos los dos de mi horrible pronunciación, mientras nos besábamos con la sonrisa aún en nuestros labios. Ali estiró sus largos brazos hacia mi cintura y la empujó de a poco hasta sentarme encima de sus piernas, haciendo que cruce las mías por detrás de su espalda. Su cuerpo emanaba calor, su aroma era dulce y masculino, el sabor de sus labios era perfecto. Nos entregamos los dos a nuestro amor adolescente entre la manta y el césped fresco del jardín. Ali hacía que mi vida parezca una película romántica y sus manos lograban siempre que esa película no sea apta para todo público.

Emiliano "Dibu" Martinez  | El destino así lo quisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora