El día pareció continuar de manera normal, de hecho, la tranquilidad que era ya una normalidad se mantuvo por varios días. El grupo pareció ir normal y como de costumbre, cumpliendo en sus actividades normales, tanto en vigilancia y en otras cosas.
Drake continuó entablando relaciones con la muchacha nueva, Sara. Incluso más que el resto le habla a ella, ha pasado desapercibida en el grupo, ya que todos últimamente van muy a lo suyo y poco interactúan, al tener muchas actividades nuevas y además al tener más gente con la que interactuar. A palabras del propio Mateo, lo duro ya pasó, por lo que estos abandonaron esa mentalidad de batalla y de unidad en lo mínimo. Al menos por ahora que las cosas están tranquilas.
Este último estaba sentado admirando la luz del medio día que de milagro estaba completamente despejado desde el balcón de su habitación, aunque la temperatura como es de costumbre en otoño un tanto bajas de lo normal. Este continuaba dibujando, esta vez intentando retratar el paisaje del asentamiento en funcionamiento desde las alturas. En eso llega Andrea, su mejor amiga y mano derecha en el grupo, esta había entrado ya que la puerta estaba a medio cerrar y como estos se tienen la suficiente confianza como para entrar sin necesidad de tocar la puerta.
Este al escuchar sus pasos cierra rápidamente su libreta de dibujos y se voltea hacia ella. Esta vestida como de costumbre, unos pantalones cargo color café, unas botas del mismo color y un polerón gris cerrado.
—Oh. Andrea... ¿Cómo estás vieja amiga?. Venga siéntate por aquí. —Comenta Mateo, mientras señala una silla que hay al otro lado de la puerta, para que esta le haga compañía.
Ella le responde asintiendo con la cabeza y dirigiéndose a donde este le apuntaba. La mujer es la persona que más confianza le tiene y le ha tenido en estos momentos, incluso cuando el tema del traidor atenta en comerle la cabeza. Él está seguro de que esta no puede ser, al ser la persona que siempre le ayuda y se preocupa por este.
Esta tras sentarse y estar un tiempo en silencio, observando a su amigo mientras observa el paisaje y toma un vaso con jugo de naranja aparentemente y lo vuelve a dejar en su lugar, siendo una caja enfrente de la silla donde esta este último.
—Me alegra verte que estás como nueva una vez más. —Rompió el silencio el líder del grupo, observando directamente a los ojos a su amiga.
—Si... Supongo. —Dice la muchacha un tanto cortante.
—La verdad. Pensé que te enterraba, no sabría qué haría sin ti la verdad. No se. Tú me eres de mucha ayuda y eres un fuerte pilar en este grupo. Perderte a ti, sería perder a mis más grandes aliados. —Se sincera Mateo.
—Me alegro de que pienses así, pero... sin ti el grupo no es nada. Debes estar saludable tanto mental como físicamente para que el grupo funcione como es debido. —Declara la muchacha mientras mira al asentamiento. —¿Y hacemos ahora Mateo? —Continua ella.
—¿A qué te refieres?. —Pregunta un desentendido Mateo.
—¿Qué, que hacemos ahora?. Nos metimos en el tema de Talca para rescatar a Nanno, pero no estamos pensando en las consecuencias que nos trae o nos podría traer. —Dice la muchacha ya con un tono preocupado, haciendo que la mirada de Mateo, una de serenidad cambie por una más de tensión.
—Yo creo que estamos bien, ósea.... Llevamos aquí más de ocho meses. Y no ha pasado ningún desastre. Yo creo que estos desistieron, o tal vez hemos pasado muy desapercibidos. —Dice Mateo tratando de cerrar la conversación.
—Oí que las cosas se pusieron feas con el jefe de esos sujetos. ¿Qué pasó allá?. —Insiste la mujer en el tema.
—Pasó lo necesario para acabar con el tema de raíz. Punto. —Dice tajantemente Mateo levantándose de su silla, intentando imponerse en la discusión. Al ocultar aún el tema del traidor, este trata de evitar lo más posible hablar sobre el tema, incluso a alguien tan importante como lo es Andrea.
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DUST II: CONDENADOS Y PERDIDOS
Mystery / Thriller9 Meses luego de los acontecimientos de "DUST I: DISTOPÍA", el protagonista y el resto de sus amigos deberán lidiar con las represalias de todas sus acciones, las cuales llegarán aplastando toda aquella fortuna y tranquilidad que se había construido...