CAPÍTULO X: "INDIGENTES DEL SUR"

1 0 0
                                    


Cuatro días después de aquel fatídico desastre que trajo consigo la destrucción de casi todo el asentamiento San José de Nos, junto a gran parte de las familias que vivían cómodamente y en una vida más civilizada, llega de privilegios. Ahora gracias a los crecientes conflictos con el escuadrón de la perdición y El Grupo de Mateo Álamos, toda esta gente se vio forzada a volver a nadar en unas corrientes crudas y desalmadas, en las que las opciones están entre vivir moviéndose del peligro de la infección o morir por la misma, o por causa de grupos criminales como los ya mencionados en la región.

La tormenta había caído al día después de aquella horripilante tarde, carnaval de la sangre y disparos. Como se está ya en mitad del invierno, el mes de junio generalmente es bastante violento en ese aspecto, al ya no haber industrialización, los inviernos se desatan completamente en aquel mes y los dos siguientes. La fuerte lluvia roció todo el abandonado y desolado terreno que yacía en llamas por todo el conflicto, dejando nada más que ruinas chamuscadas por todo el caos, siendo ni la sombra de lo que había sido en su auge.

Por parte del grupo que para alguna gente desamparada trajo la desgracia sobre ellos; se encontraban moviéndose de la manera más rápida posible hacia el norte, rumbo a Rancagua para poder establecerse a las afueras de esta ciudad, para no correr el peligro de lidiar con infectados o llamar la atención al grupo que les viene haciendo la vida imposible desde el año pasado.

La oscura noche había caído, la lluvia no hacía que intensificarse cada vez más; truenos y relámpagos complicaban todo el trayecto, si no es que intimidaban aún más a los viajeros, los cuales casi como en el siglo XIX y anteriores siglos; moviéndose en caravana tiradas a caballos. Moviéndose a un paso lento y casi inseguro por la dificultad adicional de la niebla y los irregulares terrenos que estos están tomando.

Decidiendo no tomar las viejas carreteras por temor a encontrarse con gente no deseada, ya que ahora mismo son marginados y personas muy buscadas por lo que es el grupo más poderoso entre las regiones. Todos vestidos con parcas, prendas impermeables contra la fría lluvia, paraguas para los que están a los lados, protegiendo la caravana en sus monturas. La propia carreta, con un techo de tela antigua que pareciera romperse por el viento; llevando dentro un cargamento importante de armas, además de llevar a los miembros más desprotegidos, como las mujeres y la recién nacida.

Encabezando la caravana y técnicamente dirigiendo a esta misma, se encontraban Mateo y Antonia; el líder montando a Equus, su caballo predilecto. Mientras que la actual pareja del líder del grupo está montando un caballo que sobrevivió al ataque del asentamiento, probablemente de un pobre diablo que murió asesinado en el gran tiroteo y que nadie fue a reclamar; en su mente lo encuentra el que se lo queda, están en una posición de vida o muerte, no se pueden poner a pensar en lo moralmente correcto.

Mateo llevaba una gruesa parca negra, totalmente encapuchado y con su pañuelo blanco con rayas negras sobresaliendo por encima del cierre de la parca, además llevando pantalones de cotelé cafés y unas botas para el frio; aunque el hombre estaba completamente empapado y el agua le goteaba por los pliegues de su ropa. Lo mismo Antonia, llevando una parca granate, una bufanda negra y pantalones negros, junto a un calzado negro y rojo.

Justo por detrás de ellos, siguiéndoles el paso estaba la carreta tirada por Losif y Zorro; los caballos de Juan y Andrea respectivamente, quienes son los que llevan las riendas de la carreta, igual de abrigados que sus compañeros y de mojados también; llevando dentro del carro y completamente a salvo de la tormentosa lluvia a Sara, Amelia y a Casandra, la hija de la muchacha. Al lado derecho de la carreta les estaba siguiendo el paso José Manuel y Drake O'Connor; en sus respectivas monturas y casi rozando los arbustos que delimitan este camino improvisado que el grupo decidió tomar.

DUST II: CONDENADOS Y PERDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora