CAPÍTULO XIV: "SECUELAS DIRECTAS"

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Tras unos buenos minutos moviéndose a toda velocidad de las calles, ahora a bastante distancia de todo el caos, que si no fuera por la gran estela de humo del edificio del mall derrumbado no se vería en lo absoluto.

Drake quien está completamente en silencio y sintiéndose completamente culpable de lo que acaba de hacer por el grupo, mientras el resto discute que hacer. Todos estaban completamente asustados y desesperados, todo había sido un completo desastre; José Manuel se cura el brazo herido con una venda de momento, mientras las dos mujeres y el profesor que traen consigo hablan desesperadamente de la situación.

—¡¿Qué mierda hacemos ahora eh?!... ¡¡Todo va mal por tener que rescatar a este viejo!!. —Exclama y encara enojada Nanno al respecto, mientras golpea en repetidas ocasiones el asiento. En su voz se nota la desesperación y el nerviosismo, la muchacha está completamente fuera de sus cabales; normal reacción en estas situaciones.

—¡¡¿Yo que se?!!... ¡¿Se te olvida que apenas me vengo enterando de todas las movidas de ustedes mocosa hija de puta?!. —Responde confuso y alterado el profesor, atragantándose en su mal español como de costumbre.

—¡¡Haber!!... se calman todos; solo diré algo que me parece extraño, sabían que íbamos. De alguna manera se notaba que nos estaban esperando, aparecieron de la nada y muy rápido. Alguien debió de haber hablado. Algún tonto debió haberlo hecho. —Pone en su lugar a todos José Manuel, levantando la voz más que el resto, todo mientras se presiona con fuerza la herida del brazo.

—Mateo... Andrea... Juan... Daniel. Parece una completa pesadilla. Los tres que nos guiaban han caído. ¿Ahora qué?. —Dice consternadamente Sara al respecto, mientras se acomoda unos mechones de cabello que le tapan la vista.

—Sospechosamente Carlos pudo escabullirse, al menos no apareció como rehén como Andrea, justo antes de ser reventada por una escopeta. —Comenta José, poniéndose conspiranoico al respecto; ya que la situación es bastante sospechosa, por no decir que curiosa.

—Y para que decir esa mujer que arrancó días antes de que hiciéramos el tema... Esa tal Antonia, nunca me cayó bien esa mujer. —Agrega Nanno, alimentando aquella desconfianza por aquellos miembros y por aquellos curiosos eventos.

Mientras la conversación se estaba dando, Drake, continuaba tan callado como había salido. Seguía buscando un lugar donde poder parar, para poder procesar todo lo que había pasado y sobre qué es lo que harán de ahora en adelante. Por lo que se desvía de la calle y justo en una calle que estaba en obras en esos tiempos se detiene, cortando todas las conversaciones y en algunos casos conflictos entre los que estaban dentro haciéndole compañía.

—Muy bien. Mejor dejemos de pensar respecto a todas las causas que podría haber salido mal. Solo hay que saber ¿A dónde vamos ahora?. —Dice tras unos segundos de silencios el conductor, volteándose hacia el resto de la tripulación del vehículo.

—Hay que seguir adelante. Hay que volver cuanto antes al refugio. Dar aviso a Amelia, para empacar y salir corriendo por patas del lugar; si nos quedamos aquí todos saben que estamos muertos. —Dice José, poniendo sobre la mesa obvias proposiciones.

El silencio en el lugar aumenta, solamente escuchándose como el escape del vehículo se enfría. Drake golpea el volante del vehículo, en muestra de furia, frustración y culpa, haciendo que todos paren de hablar y le miren directamente a este.

—Mierda... todo esto es mi culpa, si no me hubiera acobardado... al menos él seguiría aquí con nosotros. —Dice Drake de manera frustrada hacia sí mismo, pero también hacia el resto, debido a su actuar.

—Mira, ahora no estamos en posición de lamentarnos... ¿Habrás tenido algo de culpa?, tal vez, eso no te lo voy a negar. Pero ahora... enciende el vehículo y vamos lo más rápido posible al refugio. Imagínate que estos tipos lleguen bien calentados y cuezan a balazos a Amelia y a la guagua. —Trata de apoyar a su manera José, quien estaba en el asiento del copiloto. El resto del grupo le encontró la razón en lo que mencionaba.

DUST II: CONDENADOS Y PERDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora