Capitulo 5. No necesito que me cuides

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Me despierto en una habitación, que para nada reconozco esta, está pintada de en color blanco y con muebles negros. La cama es muy grande ya que aunque estire los brazos no llego al centro.

Vale que soy pequeña pero no tanto. Me intento levantar pero la cabeza me duele demasiado. Ahora lo recuerdo este maldito me golpeó en la cara. Al menos si me ve débil no me querrá como a su Luna igual no es tan malo después de todo haber sido golpeada.

— Veo que ya estás despierta, en unos minutos vendrá el doctor a ver cómo te encuentras.— dice el Alfa sentado en un sillón.

Sus palabras consiguen asustarme, de verdad que no lo he visto cuando he despertado.

Como el dijo llega el doctor me examina y no ve nada raro, solo una pequeña conmoción por el golpe. Me receta unos analgésicos y reposo relativo.

Después de que se vaya me siento en la cama, busco mis botas para poder marcharme.

— Dónde se supone que vas?— dice el Alfa autoritario.

— A mi casa Alfa, ya estoy mejor no necesito que me cuiden.—

— Puedes llamarme por mi nombre Serenety—

— Señor Caleb, le informo de que me voy a mi casa y aunque no he podido rechazarlo... eso no significa que sea su pareja.—

— Serenety no me hagas perder la paciencia, de veras que no te gustaría, sabes que si quiero te puedo ordenar lo que quiera como tú Alfa?—

Este hijo de p..., me tiene bien atada si usa una orden como Alfa no me podré negar ya que su estatus está por encima del mío.

— Está bien, déjame al menos ir a mi casa a por mis cosas, prometo volver a la Manada en unos días...—

— No debes preocuparte por eso, ya mandé a uno de los guardias a por tus cosas, tu abuela también a sido informada...—

— Y qué pasa con mi trabajo? Con mi vida? Con mis amigos?—

— No necesitas trabajar, al menos fuera de la manada, tu vida solo es adaptación y amigos... por lo que se no tienes nadie que te espere fuera excepto tu abuela claro.—

— Eres un desgra...—

— Shhh... No me provoques, ahora duerme un rato. Después te subirán la comida. No cometas ninguna locura o no me quedará otra nada más que atarte a la cama—

— Entonces que soy? Tú prisionera—

Me mira con cara de pocos amigos, aprieta los puños y sale de la habitación dando un portazo. A continuación escucho como se rompen cristales o similares.

Creo que me he pasado, pero que esperaba que pasará si aquí me tiene prisionera. Y no hace nada más que darme órdenes. Siento que odio a este imbécil.

****

Han pasado dos días y ya me puedo mover de la cama, he descubierto que estoy en su habitación. Pero por extraño que parezca el no ha dormido conmigo, las pocas veces que ha venido se ha limitado a observarme en silencio.

Me siento tan sola, no es que antes no lo estuviera pero tenía mi rutina y a la abuela, aquí tengo todas las comodidades y a un loco que a veces me quiere comer con la mirada y otras parece querer matarme.

— Caleb, espera no te vayas aún, me gustaría poder ir a visitar a Sara y a Jhon deben de estar preocupados— pregunto y agachó la cabeza en modo sumisión.

— Te acompañara un guardia y recuerda no volver después de las cinco—

No respondo, se que tengo que ir a acompañada porque no confía en mi, supongo que yo tampoco lo haría. Si me dejara sola intentaría huir. Al menos no me ha dicho que no, así que algo es algo.

Destinada al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora