02: estómago ²/²

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Palabras: 1720

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La muchacha suspiró entrecortadamente, siguiendo con sus ojos al enfermero que se paseaba por la sala mientras sus pies colgaba de la camilla.

- Estoy bien, en serio. Solo estoy indispuesta.

- Tienes 40°C de fiebre, no estás bien. - la regañó. - Vas a quedarte aquí hasta que baje un poco. Quizás para la cena puedas ir.

La muchacha bufó, pegando un pequeño saltito del susto cuando la puerta se abrió.

- T-Teniente. - dijo el muchacho. Conocía de más a ese hombre malhumorado que solía recibir algunos disparos.

Pero no lo miró, caminó directamente a la muchacha y tomó su rostro bruscamente.

- ¿Qué tienes?

Las mejillas de la muchacha se pusieron todavía más rojas, y la temperatura de su cara subió todavía más. Estaba tan cerca que podía oler su colonia varonil.

El enfermero vió que la muchacha estaba muda, así que hablo por ella.

- Tiene fiebre. Se desmayó en la cocina porque estaba muy débil. Tal vez sea un virus, así que no se quite el pasamontañas.

- Vete.

- ¿Eh?

- ¡Vete! - dijo bruscamente, haciendo que el enfermero se retirara de inmediato.

En ningún momento había apartado sus ojos de los de la chica, que lo mirada enamorada.

- ¿Qué te duele? - preguntó, esperando que dijera que su cabeza, pero la muchacha señaló su corazón. - ¿Te duele el pecho? - preguntó un poco más asustado, viendo cómo asentía. - Ya regreso.

Iba a ir en busca del enfermero, cuando la muchacha lo detuvo.

- Me duele por amor. Porque te amo. - dijo suavemente, viendo cómo el teniente la miraba y despacio se quitaba sus guantes, buscando acariciar el rostro de la muchacha con la piel de sus manos.

- ______...

- Ya se que no me quieres. Ni siquiera te gustan mis postres, pero quería decírtelo, y creo que ahora estoy delirando por la fiebre. Es más, nisiquiera sé si estás aquí realmente o estoy alucinando pegando mí mejilla a un almohadón.

Simon rió, agachándose un poco para quedar a la altura de la mujer que estaba sentada sobre la camilla.

- Me gustan...

- ¿Eh?

- Me gustan tus postres... y me gustas tú. Pero tengo miedo. No me conoces, _____, no puedes decir que me amas cuando no sabes todo lo que carga mí espalda... no sabes todo lo que mancha mis manos. - habló, pensando que la chica le estaba prestando atención.

Pero _____ estaba adormilada ante la voz ronca del hombre y el cálido toque de su mano en su mejilla.

- Por eso no quería acercarme a tí, pero... cuando no estás todo se siente mal. Me sentí muy asustado.

La muchacha lo miró expectante, y despacio subió sus manos.
Con delicadeza levantó un poco la máscara del hombre, revelando solo sus labios y con un pequeño movimiento dejó un beso. Fue apenas un contacto, pero el corazón del teniente se detuvo.

Con una sonrisa y mucha tranquilidad, el teniente la tomo con más firmeza del rostro y la volvió a besar, sin ser un simple contacto. Sus labios bailaban y cuando sus lenguas se tocaron el rompió el beso.
Queria ir despacio.

Call of Duty [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora