Call of Duty [one shots]

03: fever ²/³

Palabras: 1669.

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- Un año atrás -

La mujer suspiró pesadamente, observando su reloj con molestia.

Recordaba con melancolía lo dulce y romántico que solía ser John antes de cumplir seis años en relación.
Desde entonces había perdido un poco aquella efusividad. Ya no llegaba a su casa con flores, ya no buscaba abrazarla a escondidas en el trabajo, ya no le decía cosas dulces por radio cuando estaban en misiones.

Ya nada. Ya no quedaba nada de lo que era John en su época de enamorados.

Desbloqueó su celular y vió el contacto de Jhon. Estaba en línea, por lo que decidió llamarlo para preguntarle si iba a llegar o no.

Estaba en otra llamada.

Suspiró, seguro estaba hablando con ella, con su mejor amiga.
Ella siempre era más importante que su relación.

Suspiró otra vez. Dos horas tarde.

Se había pedido una copa de vino con algo de hielo. Ya no quedaba nada de la bebida y en su copa había un suave líquido rosado de la mezcla que resultó entre el hielo derretido y lo poco que había sobrado.

Agotada levantó su mano hacia un mesero y abrió su bolso, sacando su cartera y entregándole unos billetes.

- Esto es por la bebida, también hay propina y agregué un poco más. Siento haber reservado una mesa para nada. - se disculpó con una sonrisa apenada y salió del lugar.

Estaba malditamente decepcionada de su novio.
Le había dicho que reserve una mesa en ese restaurante tan bonito, elegante y costoso y que se pusiera un vestido bonito.

Todo para nada.

La tela de su vestido se había arrugada de estar tanto tiempo sentada.

El frío de la calle la golpeó pero lo ignoró, abrazándose un poco para darle calor a sus brazos desnudos y comenzó a caminar.

No sabía que quería hacer. No sabía que si quería volver a su casa y escuchar las excusas de John.

Ya no quería.

Le iba a decir que se había atrasado haciendo papeleo en la base, cuando ella estaba jodidamente segura de que él nunca hacia papeleo.

Odiaba sus mentiras y ya no iba a soportarlas.

Unos pasos apresurados se escucharon a sus espaldas y se giró asustada, lista para defenderse de lo que fuera.

Pero era él.

Frunció sus cejas y se giró, caminando todavía más rápido.

- Oye, nena, lo siento... Se que se me hizo tarde. - murmuró, deteniéndola cuando la abrazó por la espalda. - Lo siento mucho...

- Me hiciste pasar vergüenza otra vez... - murmuró triste. John la giró entre sus brazos y tomó sus mejillas.

- Lo siento, lo arruiné. Está noche era muy importante... Tengo que hacerte una pregunta y espero que sepas entender todo lo que estuvo pasando estos meses, te lo explicaré...

John seguía hablando, pero los ojos de _______ solo estaban fijos en su camisa blanca.
Dejó de escucharlo. Nada podía llamar su atención más que aquella marca de labial.