03: sweet.

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Capitan John Price x Lectora.

En dónde Price regresa de la misión destruido.

Palabras: 883.

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- Capitán... - murmuró Kyle, intentando seguirlo. - No fue su culpa, Capitán, no-

- Déjame, Garrick. Voy a mí despacho. - avisó, su voz demasiado decaída.

El moreno no insistió más, viendo cómo el hombre se marchaba por el pasillo.

Price estaba jodidamente enojado. Demasiado.

Había estado entrenando por meses a un muchacho llamado Carl, con el que se había encariñado mucho luego de que le contara su difícil historia con su esposa, y como habían logrado salir adelante desde que se había unido al pelotón.

Tenían un pequeño niño de dos años, y Price se culpaba de no haber podido ayudarlo a reencontrarse con ellos.

Le habían disparado en la cabeza justo frente a él, sin darle ninguna posibilidad de salvarlo.

Suspiró, abriendo la puerta de su despacho.

El aroma a humo lo sorprendió, pero sonrió un poco al ver aquellas manos sosteniendo uno de sus puros entre sus dedos en su silla. Era su mujer, mirando por la ventana mientras le daba la espalda.

- Mí amor... - suspiró, entrando a la habitación. Ella se giró en la silla, sonriendo al verlo.

- Capitán, que bueno verlo. - murmuró. Al levantarse dejó ver su precioso vestido rojo pegado al cuerpo, con un tajo en su pierna izquierda.

- Siempre tan elegante, mí Reina... - susurró, abrazandola al instante. Escondió su cabeza en su cuello como si fuese un niño indefenso. - No sabes cuánto te necesitaba... Necesitaba esto...

- Lo sé... Garrick me llamó mientras venían. No fue tu culpa, mí amor. - susurró, mientras le quitaba el sombrero para acariciar su cabello con dulzura. - No fue tu culpa... Son cosas que pasan en un trabajo como el de ustedes.

Lo separó un poco, viendo cómo sus ojos estaban repleto de lágrimas.
Acarició una de sus mejillas mientras que con su otra mano le colocó el puro sobre sus labios, invitándolo a fumar.

Price lo hizo sin dudarlo.

- Dame un beso, muñeca... - susurró, soltando el humo hacia un costado.

Ella lo besó con ternura, justo como él lo necesitaba en ese momento. Acarició su barba con cariño mientras hacía algunas figuras sobre aquel cabello.

- Te amo, John. - le dijo cuando se separaron, tomándolo por los hombros. Lo empujó despacio hacia su silla hasta que chocó con ella y se sentó. Con delicadeza se sentó en su regazo, con sus piernas cruzadas hacia un costado y volvió a fumar de aquel cigarro.

- ¿Lo trajiste de casa o lo tomaste de aquí? - preguntó, tomando el cigarro entre sus dedos cuando ella se lo entregó.

- De aquí. Acomodé un poco antes de que llegaras, tenías todo un poquito desordenado, bobo.

El hombre rió, apretandola contra sí mientras con su mano acariciaba su pierna izquierda.

- Lo sé, estaba igual que mis ideas. De todas formas muchas gracias, princesa, te amo.

La mujer sonrió, dejandose caer un poco para recostarse sobre el pecho del hombre.

- ¿Quieres que te acompañe a hablar con ella?

- Si, por favor... No pudimos recuperar el cuerpo, el territorio estaba repleto de ellos, no- no pudimos.

- Pero tienes las placas, ¿no? - ante el asentimiento la mujer continuó. - Bien. Entonces iré contigo. Cuando nos casamos te dije que te acompañaría en los buenos momentos y en los malos.

- Creo que tengo más momentos malos que buenos, cariño. - suspiró, tirando su cabeza hacia atrás. - Gracias por seguir conmigo después de tanto...

- Eres un hombre muy dulce, John. El hombre más dulce que conocí en toda mí vida. ¿Cómo podría alejarme de tí? - murmuró. Con su largas uñas rojas abrió la camisa y adentró su mano, logrando acariciar el pelo de su pecho. El sonrió. - Te tengo una sorpresa...

- ¿Ah sí? - preguntó divertido Price, viéndose confundido cuando la mujer se levantó.
Caminó a su lujoso bolso negro y sacó una carpeta del mismo color.

- Ábrela. - le dijo, dejándola sobre el escritorio.

Price movió su silla, dándole una última calada a su puro antes de entregárselo otra vez a la mujer que se había sentado sobre el escritorio.

Abrió la carpeta, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas cuando leyó la primera frase.

"CARTA DE ACEPTACIÓN DE SOLICITUD DE ADOPCIÓN"

- _______... - susurró, viendo a su mujer que también estaba empezando a llorar.

- Nos aceptaron, Price... Después de años... - sonrió, recibiendo gustosa el abrazo del hombre.

- Amor... Joder... - murmuró, abrazandola con fuerza. - Por fin... ¿Cuántos años tiene?

La mujer sonrió, besando castamente su mejilla.

- Uno tiene seis...

- ¿Uno? - preguntó, mirando sorprendido a la mujer. - ¿Son más de uno?

Ella asintió, viendo cómo la sonrisa en el rostro del hombre se ampliaba antes de tomarla en brazos y alzarla.

- ¡Ay, Price! ¡Me voy a caer! - dijo divertida, mientras él giraba con ella sobre sus hombros.

- ¿Cuántos son? - preguntó bajandola por fin.

- Son tres hermanos. Seis, nueve y once. ¿Qué dices?

- Digo que hay que celebrar. - murmuró tomándola con fuerza de la cadera. Con rapidez le quitó el puro y lo apagó en el cenicero. - Y tenemos que dejar de fumar.

- Lo sé, pero te ves tan caliente fumando.

El hombre rió, besándola con amor, mientras con sus dedos comenzaba a bajar el cierre de su precioso vestido.

Cortito pero bueno, me gustó mucho /cry

Yo solo quiero fumar en el regazo de un señ-NOOOOOOO yo no fui

No fumen.

Espero que les haya gustado!! Tengan lindo día ^^

Call of Duty [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora