06: unforgiven [alt] ¹/²

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En donde Valeria intenta conseguir el perdón de su prometida.

En donde Valeria intenta conseguir el perdón de su prometida

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— Me llevé la decepción más grande de mí vida contigo, _______. — murmuró.

— L-La decepción es mía... — susurró levantando su cabeza y Valeria la miró por fin. Ambas conectaron sus miradas, pero la mayor no flaqueó a pesar de la mirada lastimada de la muchacha en el suelo. — Puse cada maldito ladrillo de todo tu imperio contigo, estuve cuando nadie más estuvo, Valeria. Todos estos malditos bastados llegaron después que yo. No puedo creer que no me creas.

— Pues no te creo. Hay pruebas en tu contra.

— ¡Son falsas, maldita sea! — gritó sacudiendose. — Míralas bien, falta mi-

— ¡Cállate ya! ¡Deja de intentar llenarme la cabeza con tus ideas de mierda! — gritó exasperada. — Nunca debí haber confiado en tí, debí haberte dejado en aquel maldito prostíbulo para que te maten. — gruñó y los ojos de la muchacha de volvieron a llenar de lágrimas cuando ella lo mencionó.

— Vete a la mierda... — susurró. — ¡Vete a la mierda! ¡Vete, Vete!

Valeria la miró por última vez y comenzó a caminar a la salida.
_______ la miró desde el suelo con su corazón partido, sintiendose totalmente decepcionada cuando escuchó lo que Valeria le dijo a Ezequiel.

— Haz lo que tengas que hacer. — murmuró, saliendo y dando un portazo.

Ezequiel la miró con una sonrisa en sus labios y se acercó a ella.

— Dile la verdad a Valeria, maldito hijo de puta. ¡Esa no soy yo!

— Lo sé, ¿por qué te crees que le di las fotos? — dijo divertido. — No vas a arruinar mis planes.

— Fuiste tú... — gruñó. — Sabía que eras tú el que le estaba insistiendo en hacer ese negocio.

— No tenías por qué decirle lo que ella ya sabía, ________. Valeria sabe que meterse con terroristas no es bueno, pero tu cabecita hueca no es capaz de reconocer que lo que importa no es la paz del mundo y esas mierdas, importa el dinero. De otra forma no estarías con ella, con una narco.

— No pretendo la paz del mundo. — murmuró enojada. — Solo no quiero que se arruine la vida. Ella era mí prometida.

— ¿Era? — preguntó divertido y ella asintió.

— Sí, era. Después de todo lo que dijo e hizo yo no quiero más estar a su lado.

Ezequiel la miró de arriba y se colocó en cuclillas, tomando la barbilla de la muchacha hasta poder levantar su cabeza.
Ambos se miraron y él acarició con cuidado las heridas de sus mejillas.

Call of Duty [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora