Capítulo XX

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𝙲𝚑𝚊𝚛𝚕𝚎𝚜 𝙻𝚎𝚌𝚕𝚎𝚛𝚌

Ya estábamos todos en la sala, solo faltaba Léa.
Salió de la habitación con un vestido color blanco de seda, pelo recogido, unos tacones con brillos y un bolso blanco.

— ¿Listos? — pregunto y todos asintieron.

— ¿Cómo caminarás con esos? — Lando señaló los zapatos de la chica.

— Ni yo sé — río — iré descalza, si no puedo caminar.

Todos rieron y nos dirigimos al bar.

— ¿Estás seguro de que es por aquí? — Lewis volvió a preguntar.

— Si, Lewis — blanquee los ojos — Faltan unas cuadras.

— ¿Cuántas? — Pierre me miro.

— Eso dijiste, cinco cuadras atrás — Lando se quejó.

— Tendríamos que haber venido en coche — Daniel hablo y asintieron.

— Ya me duelen los pies — Léa chilló — alguien puede cargarme.

— ¡Yo! — Max, Pierre, Lando, Daniel, lewis y George se miraron entre sí.

— No yo la llevaré — Pierre sonrió.

Pierre estaba raro o mejor dicho estaba raro con Léa, era más cariñoso, estaba siempre pegado a ella, entre otras cosas. Pierre tiene novia y sabe que me acosté con ella, él no es capaz de intentar algo con mi chica ¿no?.

¿Pierre traicionará a su amigo por una chica...?

Lo haré yo — Lewis respondió y estuvieron discutieron unos minutos, hasta que Léa se subió en la espalda del neerlandés y este sonrió.

— Hagamos una cosa — propuso — una cuadra para cada uno.

— Está bien — hablaron y seguimos caminando.

Léa y Max estaban hablando animadamente. No pude no sentir celos, siempre lo elegía primero a él, él era su admiración o algo así. Max era un hombre bastante cerrado, pero con Léa fue diferente. Conozco a Max desde muy niños y jamás había viste que se abriera con una persona.

Una cuadra después llegamos al bar que estaba bastante tranquilo o eso parecía. Léa se bajó de Max y acomodo su vestido. Que cabe mencionar se había subido un poco dejando ver un poco de sus glúteos. Agradecí ir detrás de ella, de este modo me aseguraba de que nadie más viera lo que me pertenecía...

— Vamos — la primera que entro fue Léa con los chicos detrás.

Una vez dentro, había demasiada gente. Por instinto tomé la mano de Léa y esta me miro.

— No te alejes de mí — demandé y asintió.

Los chicos se acercaron a nuestra mesa, que estaba en la zona vip y la más alejada de la gente. La zona vip estaba en el segundo piso, desde nuestra mesa podíamos ver la pista, la cual estaba en la planta baja. Cuando llegamos a la mesa, Léa fue al baño.

— ¿En qué los puedo ayudar? — la mesera se acercó y nos sonrió.

Cada uno pidió su trago.

— También un mojito, por favor — Lando pidió y todos lo miraron — ¿Qué?

— ¿Desde cuándo tú tomas mojito? — Pierre preguntó.

— No es para mí, es para Leá — respondió.

Una vez terminamos de ordenar mesera se fue. Después de acosar a Max.

— Léa cambiemos de lugar — Léa quien estaba en el medio de nosotros, tomo el lugar de Max quien estaba sentado en la esquina.

IL MIO AMULETO | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora