Complicado Rescate

382 50 106
                                    

Rin despertó con el cuerpo pesado además de adolorido, el resplandor del sol la hacía cubrirse los ojos, estiró un brazo y notó que su incomodidad se debía a que no estaba en su cama, se sentó y notó que estaba en su sala, aún estaba vestida, ni logró llegar a su cama o cambiarse.

Recordó el día anterior, el paseo por el jardín botánico, lo agradable que había sido Kirinmaru, él era un hombre realmente atractivo con un trato seductor sin llegar a lo vulgar, su forma de coqueteo fue galante y pícaro justo lo necesario, se notaba sabía lo que hacía pero a la vez no parecía el tipo de hombre que ande con muchas, tal vez estaba haciendo juicios con muy poco tiempo pero cuando él la besó sintió que podría ser el indicado.

Luego recordó algo más que la hizo apretar los puños de la rabia, recordó a Sesshomaru Taisho besándola, podía ser el hombre más atractivo del mundo, el más poderoso de Asia, podía tener todo lo que quisiera, pero también era el novio de su amiga, de su hermana y a ella no la tendría, él podría ser quien fuera pero ella no caería en su juego. Apretó más los puños, ella casi caía, por un momento correspondió su beso. Tocó sus labios y no pudo evitar comparar a ambos hombre, aún cuando Sesshomaru era sumamente atractivo en más de un sentido, aún cuando besaba tan bien, no podía sacarse de la mente aquel primer beso con Kirinmaru, no había sido el alcohol, ni la música, ni el lugar, en cualquier otro lugar, sin música, sin alcohol, igual hubiera permitido aquel beso, ella también lo deseaba… pero, no tenía su número.

Buscó su bolso, lo encontró junto a la puerta, por lo menos recordó cerrarla, sacó su celular; estaba descargando, lo conectó en su cuarto mientras se iba a bañar y ponerse presentable, definitivamente despeinada y con el maquillaje corrido no se veía nada bien.

Al salir casi una hora después prendió su celular mientras se secaba y vestía, lo bueno de que era domingo es que no tenía que salir a ninguna parte, sería un día relajante.

Apenas soltó el celular cuando llegó el primer mensaje,lo ignoró y continuó su rutina, primero la crema…dos mensajes seguidos… siempre usaba crema aunque pocas veces usaba perfume…mensaje, mensaje, mensaje… su ropa interior por lo general era sencilla, nada de ropa íntima sensual… dos mensajes más… Kikyo le había regalado un par sensules, negro y blanco, con encaje y… cinco mensajes… luego buscó ropa para estar, una camisa ancha y un shorts que parecía no tener ya que la camisa se lo cubría… siete mensajes… desenredó su cabello, ni siquiera lo secó,solo retiró el exceso de humedad con una toalla… llamada.

Fue a tomar el teléfono con toda la intención de decirle a Kikyo que estaba viva y se calmara un poco pero apenas contestó quedó muda.

—Vamos subiendo—dijo Kikyo en un susurró.

—¡¿Que?!¡¿Quienes?!

—Mensajes…—colgó, inmediatamente buscó los últimos mensajes, Kikyo le contaba que Kirinmaru había quedado muy preocupado de que Rin se fuera sin avisar, que había insistido en contactarla, que desde el mismo club había intentado llamarla y las siguientes horas, tanto así que ahora iban a su casa para comprobar su estado ya que no habían tenido éxito en contactarla, por último le decía que se suponía llegarían de sorpresa.

Rin soltó el celular y corrió a la sala para recoger el claro desastre que hizo al llegar tomada, los tacones, el contenido de su bolso, un matero y un perchero tumbados en el suelo, los muebles y la mesa de estar movidos. Gracias a Dios por el resto estaba ordenada la casa así que fue rápida, apenas soltó el cepillo de barrer y la pala cuando sonó el timbre. Fué a abrir y se encontró de frente con un muy atractivo pero preocupado Kirinmaru.

—Buenas tardes Rin.

—Ki… Kirinmaru ¿Que haces aquí?

—¿Que hago aquí?—la miró como si estuviera delirando, aún más preocupado—Rin, te fuiste sin avisar, no contestas el teléfono, ni llamadas ni mensajes, lo único que sabíamos de tí fue un mensaje inentendible—¿Inentendible? ¿Que dijo?

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora