Crimen Silencioso

346 36 81
                                    

Rin despertó sintiendo que estaba en el paraíso, los finos labios de su prometido la recorrían en suaves y ardientes caricias, sus manos firmes masajeaban su cuerpo, que delicia despertar siendo consentida por la persona que amas, ella se fue a voltear ya que dormía boca abajo pero él no lo permitió lo que la hizo reír.

-Debo ir a trabajar.

-Lo se-mordió su hombro enrojeciendo un poco el lugar y haciéndola gemir-debes ir a trabajar-le recordó él.

-Estas sobre mí-ella deseaba que no se apartara.

-Tambien lo sé.

-¿Me dejarás ir a trabajar?

-Si-ella rió.

-¿Hoy?

-Debo hacerlo ¿Cierto?-se hace a un lado y Rin se apoya en su pecho para mirar sus ojos dorados.

-Gracias por un maravilloso fin de semana.

-Tú eres quien lo ha hecho especial-él acarició su rostro, y pensar que hace unos meses antes de conocerla era incapaz de sentir emoción alguna, tal vez solo respeto y aburrimiento, pero lo primero solo por pocos. Se acercó a besarla una última vez antes de dar inicio a una nueva semana, le sería tan díficil no ir por ella y sus besos.

Sesshomaru se estacionó frente al edificio Yanai donde trabajaba Rin, la vió sujetar con fuerza su cartera así que tomó su mano dándole ánimos.

-Estaré bien, ten un lindo día-besó su mejilla antes de salir del auto, luego se asomó por la ventanilla-¿Te veré esta noche?-la mirada de él se suavizó y asintió-lo voy a superar, puedo con esto, además no me avergüenza ser tu novia.

-Si tienes problemas con alguien solo dímelo.

-Igualmente-le sonrió, luego le lanzó un beso con la mano para luego dirigirse al edificio. La verdad estaba aterrada de lo que fuera a pasar al cruzar aquellas puertas de cristal, no solía ser el centro de atención y eso la intimidaba, pero no bajaría la mirada, debía ser fuerte, como Sesshomaru.

Apenas cruzó aquellas puertas todos voltearon a verla, ni sé tomaban la molestia en disimularlo, algunos incluso murmuraban entre ellos, otros osaban decir lo que pensaban en voz alta.

-Y tan mosquita muerta que se veía-oyó de una secretaria del segundo piso.

-Ya sabemos que hacía tanto él aquí- oyó de un chico de su piso.

-¿No que tenía novio?-le preguntó una chica de cabello corto a Kagome que la miraba con un deje de tristeza y a la vez pidiendo explicaciones, la verdad era la única mirada que le golpeó, sentía cariño por la chica, había sido muy linda con ella desde que llegó, incluso comían juntas.

Se detuvo frente al ascensor sin mirar a nadie, aún oyendo los murmullos, pero una palabra de Sesshomaru retumbaba en su cabeza "Digna", él la consideraba digna y ella debía demostrar que lo era.

Subió al ascensor y antes de cerrarse entró Kagome.

-Hola-dijo la chica de RRHH sujetándose un brazo y con la mirada baja.

-Hola-dijo Rin, verla así de triste no le gustaba-¿necesitas subir?-que pregunta estúpida,se recriminó internamente, era un ascensor que llegaba hasta planta baja y estaban en planta baja.

-La verdad quería hablar contigo.

-Entonces vamos a mí oficina-apretó el botón. Ninguna dijo nada en el camino, al llegar al piso nuevamente las miradas cayeron sobre Rin pero ella caminó con dignidad, solo uno de ellos le sonrió brindando su apoyo, a él Rin le sonrió y saludó con cordialidad como siempre lo hacía.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora