Amiga Mia

313 45 39
                                    

Rin despertó un poco desorientada, miró a los lados, la habitación estaba a oscuras lo que le daba a entender que ya había anochecido, se puso de pié y salió encontrando el departamento vacío, no tenía idea cuando se habían ido, ni siquiera se dió cuenta cuando se había quedado dormida. Buscó su teléfono, no habían mensajes ni llamadas. Se sentó en el sofá y pensó en lo ocurrido ese día, en lo ocurrido desde el primer día hasta ese momento, solo podía pensar en como ella había destruido una amistad tan hermosa, eso la hacía sentir muy mal.

Otra cosa era recordar cómo la miró Kikyo, su hermana, nunca habían discutido, nunca habían tenido ningún problema y ahora ella la despreciaba. Se llevó la mano a su rostro, justo donde ella la había golpeado, quería verla y hablar con ella, solucionarlo.

Rin se puso de pié y fue por sus cosas para salir a buscarla, no sabía dónde vivía Kikyo, no sabía dónde encontrarla, solo sabía que no descansaría hasta hallaría, no quería perder a su única familia.

Ya llevaba más de tres horas dando vueltas por la ciudad sin éxito, esperando ver el Mercedes blanco. Había ido primero a los lugares más exclusivos y poco a poco bajando de nivel, ahora estaba en los barrios pobres, aquellos donde ellas vivieron. Entonces lo vió, el Mercedes blanco estaba aparcado fuera de un bar de muy mal aspecto, Rin bajó del auto pero apenas cerró la puerta el hombre se fue.

Entró al bar apenas iluminado, las luces de neon parpadeantes dejaban distinguir que estaba lleno de hombres y mujeres de muy mal aspecto, borrachines, mujeres fáciles, el olor a anís, tabaco, sudor y almizcle llegó a ella con rapidez, casi olvidaba que eso era así. Ignoró los halagos vulgares, las miradas desnudándola, los ofrecimientos indecorozos y avanzó hasta llegar a una mesa donde estaba la pelinegra.

🎶Son Tentación—Amiga Mía🎶

—Kikyo.

—Largo—dijo sin mirarla mientras meneaba un vaso con algún tipo de licor, ya a ella no le importaba que era lo que le servían.

—Necesitamos hablar.

—No pienso hablar contigo.

—Por favor, necesito que me oigas—sentir a su amiga tan molesta con ella le dolía—perdón, pero… seguro creerás que estoy jugando, te juro que no es así, yo…—guardó silencio un momento—yo lo amo—kikyo la miró—seguro sentirás que te quito al hombre que amas, que te he traicionado apuñalándote por la espalda, que soy una hipócrita xq se supone somos amigas pero no pude evitar enamorarme así como él no pudo evitarlo.

—¿De verdad crees que Sesshomaru Taisho se ha enamorado de ti? Solo eres su perra de turno—dijo llena de odio—te le haz metido por los ojos dañando nuestra relación, te conté detalles de nosotros y seguro lo usaste a tu favor.

—Hace meses que ustedes ya estaban mal—Kikyo se pone de pie.

—¿Que pretendes viniendo aquí? ¿Echarme en cara que ahora él se acuesta contigo? Hipócrita no eres al acostarte con él, hipócrita eres por venir a llamarme amiga cuando te acuestas con él.

—Yo lo siento…

—¿Sentir que? Sesshomaru era el hombre de mi vida y lo sabes.

—Me enamoré—dijo bajando la mirada—No se como pasó o en qué momento, te juro que intenté evitarlo pero me fué imposible, me enamoré, nos enamoramos.

—¿Intentaste evitarlo? Él era mi novio, más que mi novio era mi marido, vivíamos juntos, tu lo sabías.

—De verdad Kikyo, lo evité, lo evité como no tienes idea pero me enamoré, sabes que no soy de las que andan de brazos en brazos, si no lo amara esto nunca hubiera pasado.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora