Volverte A Ver

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Ella seguía teniendo una hermosa sonrisa, se veía más hermosa, su cabello era un poco más largo, él había deseado tanto verla que ahora le parecía un espejismo, las palabras no le salían, se agolpaban en su cabeza una tras otra pero sus labios habían olvidado como pronunciarlas.

—Espero tuviera un buen viaje, justo hace unas horas hablaba con la señora Yanai, necesitaba hablar con usted, según ella usted es el responsable de muchas cosas que están pasando—este actuar le sorprendió, ella le hablaba de una forma natural pero solo en un ambiente laboral, ella hablaba con “el señor Sesshomaru Taisho”—he encontrado alguna serie de problemas con los números, sinceramente me sorprende ya que según todos usted es un genio en esta área—se sentó y lo miró con cuidado—¿Señor Sesshomaru? ¿Se encuentra bien?

—No me llames así—dijo con seriedad, nunca había odiado tanto que lo trataran con formalismo.

—Oh, disculpe señor Taisho, he sido muy mal educada al usar su nombre.

—¿A que juegas?—esto no pareció sorprenderla.

—No estoy jugando, estoy trabajando señor Taisho, verá, he venido aquí xq esta empresa está teniendo graves problemas en la contabilidad, he estado revisando a fondo y creo que alguien está maquillando números o tiene un serio problemas con saber lo que hace.

—No me interesa la empresa—se acerca a ella hasta tomarla de un brazo y ponerla de pié—me interesas tú—ella no oponía resistencia alguna así que sin más la besó, Rin respondió a su beso y él se sintió completo una vez más, la seguía amando tal vez incluso más, anhelaba que todo fuera como antes, volver a retomar donde quedaron o antes, en sus días más hermosos. Ella lo jaló más hacia ella aumentando la intensidad, Sesshomaru la tomó de la cintura y la sentó en el escritorio, el calor los envolvía y sus cuerpos deseaban estar más cerca, la ropa solo era un obstáculo que era fácil de hacer a un lado, el escritorio era un escenario perfecto para poner en escena un acto íntimo—Rin—su voz sonó deseosa, nublada por la pasión—te he extrañado tanto—besó su cuello embriagándose de su aroma.

—Hazlo—susurró ella en su oído, sin más él se dejó de contener, retiró la falda con rapidez acariciando sus piernas y cintura,las pequeñas manos de la chica soltaron el cinturón del peliplata y su pantalón, él volvió a sus labios besándola con pasión desbordada mientras terminaba de desvestir a la mujer de su vida—Hazlo—volvió a repetir conteniendo un gemido.

Sesshomaru entró en ella de una sola estocada,volverla a tener así era su gloria, hacerle el amor una vez más era un sueño recurrente que se hacía realidad, cada día el despertaba agitado y solo, pero esta vez ella estaba allí, su calor era real, su sabor era real, su aroma era real y definitivamente le hacía el amor de forma real.

Rin gemía ante cada estocada, clavaba sus uñas en la espalda del peliplata aferrándose a él, necesitaba hacerlo una última vez, necesitaba cerrar el ciclo Sesshomaru, que la llevara al cielo y la dejara caer desde lo alto, hacer que muriera lo poco que sentía por él, usarlo como él la estaba usando, lo quería lejos de ella pero deseaba tanto una última vez, lo supo cuando él la besó, fue débil y no quería ser débil, debía superarlo por completo.

Sesshomaru la tomó de los muslos y la alzó haciendo que las estocadas fueran más intensas y profundas, ella gemía y pedía más, claro estaba que él no necesitaba que se lo dijera, él tampoco deseaba detenerse aunque oírla así aumentaba su deseo si eso era posible. Besó su cuello y mordió su delicada piel marcando como en los viejos tiempos, ella se estremeció aferrándose más a él, llegando a su límite, sintiendo el orgasmo más fuerte que había sentido en mucho tiempo. Él no se detenía, aún seguía descargando el deseo por ella, Rin se abrazó más a él y mordió su hombro hasta sentir el sabor ferroso en su boca, Sesshomaru la recostó en el escritorio y luego de un par de estocadas más se derramó en ella arrastrándola consigo a un nuevo orgasmo.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora