Kenma es capaz de percibir cosas que cualquier ser humano común no puede percibir; decidió tratar de ignorar esa capacidad especial para tener lo que él considera una vida normal. Sin embargo, al ver a un chico con un aura rebosante de positivismo...
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Cuando la policía irrumpió en el club, Tendou retrocedió mirando a Kenma con seriedad y odio, para luego sumergirse lentamente en la oscuridad; al médium no le sorprendió que, incluso con oficiales metiéndose por diferentes puntos del local, ninguno viera a Satori, era como si simplemente hubiese desaparecido. Los policías le apuntaron al ver que tenía un revólver, pero Kozume sacó de su bolsillo su licencia para portar armas; antes de que pudieran arrestarlo, Yamaguchi y sus compañeros intervinieron diciendo que Kenma los había defendido cuando dos tipos peligrosos que también portaban pistolas se metieron a los camerinos.
De todos modos, la situación solo se solucionó cuando el médium tuvo que aclarar que legalmente era "hermano" del oficial Kuroo Tetsurou, por lo que los demás policías lo dejaron ir sin mayores represalias; Tadashi se acercó a preguntarle a Kozume si era cierto que Kuroo y él eran hermanos, a lo que Kenma respondió que no lo eran, pero que cuando su madre falleció él seguía siendo menor de edad, así que su tutor legal pasó a ser el padre de Tetsurou. Luego de ese incidente y cuando las patrullas se retiraron, el jefe de Yamaguchi, Sadayuki Mizoguchi, le preguntó a este si estaba metido en cosas raras, porque de ser el caso, tendría que despedirlo para que no atrajera mafiosos a su local.
La idea de que Tadashi dejase de trabajar allí le pareció interesante a Kozume, tal vez de esa forma Yamaguchi dejaría de estar estancado en ese lugar e iba a conseguir la vida que realmente merecía; sin embargo, el bailarín nerviosamente le dijo a su jefe que no conocía a esos tipos de ningún lado, y rogó además que no lo dejara sin trabajo. Esa forma de actuar desconcertó a Kenma, no le encontraba sentido a que Tadashi siguiera aferrándose a ese sitio, ya no debía mantener a nadie ni tenía deudas que pagar, así que no le cayó en la cabeza que de forma voluntaria él aceptara esa vida.
Tras ese incidente, el médium tocó la espalda de Yamaguchi para guiarlo hasta la motocicleta, y junto a Lev retornaron al departamento, los tres en silencio; el bailarín todavía no terminaba de asimilar el gran peligro al cual estaba expuesto debido a la obsesión de Tendou, pensar en ello lo hizo sentir tan angustiado que prefirió callar la voz de su consciencia, y abrazar desde atrás a Kozume mientras este lo llevaba en su moto. Cuando llegaron al estacionamiento del edificio, Tadashi se quitó el casco y lo abrazó con los ojos cerrados, mientras recordaba los sencillos tiempos de su niñez y adolescencia, donde su mayor problema era que lo molestaran por sus pecas y porque lloraba con facilidad; nunca se hubiese imaginado que terminaría siendo un stripper, y que un sociópata buscaría asesinarlo como un capricho.
—Tadashi —lo llamó Kenma por notarlo distraído.
—¿Sí Kozume san? —respondió Yamaguchi, el médium se metió las manos en los bolsillos, pensando una forma de hablarle de cierto tema sin ser poco sutil.
—Cuando tu jefe amenazó con despedirte... —murmuró Kozume, el bailarín agachó la cabeza, incómodo—. Defendiste tu empleo... lo que me preguntaba es... ¿Le tienes aprecio a ese trabajo?
