Capítulo 25 (Viajar a tu lado)

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Al llegar a casa nos percatamos que ya había pasado un año nuevamente, estábamos ya preparando nuestra tesis, pues, ya faltaba poco para lograr ese sueño tan anhelado, ambos haríamos nuestro trabajo final de grado, estaríamos investigando sobre los neonatos, las complicaciones y eso, pero ahora a disfrutar nuevamente de nuestras vacaciones, por lo menos todo este mes de Diciembre, volvíamos a entrar en el mejor ambiente, le propuse irnos de acampada este fin de semana, así que eran las cuatro de la madrugada cuando llego a su casa, ella me estaba esperando con su madre, ellas se estaban despidiendo, realmente sería una gran aventura, al fin, poder viajar a su lado, tanto habíamos pedido por esto, ahora tocaba vivir esa gran experiencia junto a la mejor persona del mundo. Bajo para ayudarla con su maleta, solo serían tres días en medio del bosque, solo estaríamos nosotros y la naturaleza, así que debía de cuidarla mucho, para que no le pase nada, ni a ella ni a mí, ya que no podríamos soportar que algo nos pase, ella me amaba y yo la amaba tanto, su madre me dio algunas indicaciones por si pasaba algo, pero ella estaba convencida de que a mi lado nada pasaría.

Le doy un fuerte abrazo antes de subir a mi coche, antes de partir en una nueva aventura a su lado, ella me devuelve el gesto, a pesar de que a veces era un poco fría, yo también lo era, así que esa era una de las razones por la que ambos nos entendíamos, a veces quería abrazarla, pero se pone de malas, otras veces es diferente, ella se ponía cariñosa, pero yo me hacía del exquisito, éramos tal para cual. Antes de partir me aseguro que el auto esté en buen estado, mientras enfriaba el aire acondicionado, le cargo refrigerante y un poco de aceite, para evitar cualquier cosa, reviso los fluidos de frenos, estaban a tope, todo estaba bien, las luces estaban genial, de pronto tras mío escucho decir: "Que hermoso mi mecánico", ahora me tocaba ser mecánico, en fin, por lo menos tenía muchas facetas cuando estaba con ella, me despido de su madre y ambos nos dirigimos hacia lo desconocido.

Durante el tranquilo trayecto por la autopista, ella estaba tiernamente dormida, era tan hermosa, ojalá Dios nunca me la quite, que hermosa estaba mi novia, era la novia perfecta, viajar contigo era como tocar el cielo en medio de todo, el aire estaba al máximo por lo que no se sentía el sofocante calor fuera del coche, siento sus suabes y dulces manos en mi perna, veo que ya estaba despertando, así que bajo una mano del volante para entrecruzar nuestros dedos, estábamos tan conectados, ella me decía: "Qué serio mi chofer", yo simplemente reí, le propuse si se estaba aburriendo que ponga una serie o algo, ella me dijo: "Amor, contigo nunca me aburro, solo con tu presencia mi corazón ya late con soltura", me sonroje un poco, pero mi mirada debía centrarse en el camino, este viaje estaba siendo el más cómodo que nunca había tenido, ella mirándome cada gesto que hacía, yo a veces de reojos la miraba para sacarle un hermosa sonrisa, ver sonreír a mi novia era como lograr algo que nadie lo había hecho.

Estábamos entrando ya entre cerros y bosques, así que me detengo en la última estación de servicio para repostar, para estirar las piernas y para alegrar un poco a mi chica, ya que seguro estaba con hambre, en esta pequeña estación de servicio tenía de todo, mientras le llenaban el tanque a mi coche, nosotros entramos al minimarket que formaba parte de la misma, había muchas cosas, decidimos comprar chocolate con galletitas para el viaje, si ya teníamos mucha comida, pero esos eran al llegar, ya que allí no había absolutamente nada. Mientras todo volvía a estar en marcha, nos subimos al coche, uff, la diferencia de un ambiente a otro era inevitable, por lo que se daba a notar y entender que el día estaba muy caluroso, ojalá cuando lleguemos el sol baje un poco para preparar nuestra tienda de campaña e instalarnos, no había cabañas ni casas, era una reserva con animales no peligrosos, era justamente para eso, para pasar en familia o pareja en la naturaleza. Mientras manejaba Belén se ideaba para no derramar el chocolate bien frío y acomodar en unas bandejas las galletitas, ella me sirvió un vaso, mientras ponía la galletita entre ambos, así podríamos agarrar con facilidad y yo no despegaría mi vista de la carretera, aunque a veces ella me alimentaba como un bebe, en mi boca estaba la galletitas, era una persona excelente, por algo Dios nos unió, por algo todo esto estaba en marcha, por algo esas pequeñas discusiones se convertían en risas, así cuando estás con la persona correcta, todo es mágico, hasta cuando nos peleamos todo es pone bien en un instante, la verdad no nos peleamos mucho, simplemente pequeñas y tontas discusiones, viajar contigo, me daba toda seguridad, me alegra mucho poder viajar no en este viaje solamente, sino en aquel viaje que se llamaba vida.

El sol se estaba poniendo, ella estaba alucinada con el hermoso atardecer, aún faltaba unos kilómetros para llegar, pero ya habíamos entrado en el camino de tierra, ya estábamos tan cerca pero a la vez tan lejos, pues de la ruta había que entrar unos cincuenta kilómetros más, ya estábamos haciendo 25, este era un viaje de un día, salimos a las cuatro y media de la madrugada para llegar aproximadamente a las ocho de la noche, era un ambiente increíble, todo estaba perfecto, el viaje a su lado me había hecho sentir un hombre muy fuerte y capaz de todo.

Al fin, ya estábamos en la puerta, pagamos nuestra estadía por los tres días, me gustaba este lugar y más, estar a solas con mi amada novia, ella estaba feliz, ella estaba tan emocionada, por fortuna, cada sector de acampada contaba con un baño, para hacer nuestras necesidades, ducharnos y esas cosas, lo negativo, a veces tocaba compartir con otras personas, pero eso era lo de menos, porque para eso estaba un gran arroyo para darnos un chapuzón.

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