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Una semana después

Llegar a casa y tirarse en el sofá de la sala es lo que más esperaba la pelirroja, salir de vacaciones por Europa sí que es muy agotador, más si deben de tener cuidado por ir con un bebé.

—Que barbaridad, no aguanto mi cuerpo —la mayor llega y deja a su bebé en suelo y lo acompaña sentándose a su lado.

—Creo que yo menos, este viaje ha sido tan agotador —sonríe al recordar todo lo vívido allá.

—No perdiste ningún segundo para bailar —su hermana le recuerda, todas las noches se iban a restaurantes donde la pista era abierta.

—La música en español son muy buenas para bailar.

Después de eso, Sun se queda dormida. Es muy tarde y deberían de ir a dormir.

Las horas de la madrugada pasan lentas, hasta que la pelirroja se levanta por un ruido que proviene de la cocina, asustándola.

—¿Sully? —toma el cuchillo que siempre carga en su calzado— ¿Quién está ahí?

Nadie responde, así que con sumo cuidado se acerca la cocina y se asoma un poco.

—¡Agh, maldita sea! —grita al ver una bola peluda saltar de suelo hasta la estufa— Es solo un gato —llega hasta el, quien está entretenido comiendo pan— Hola, querido ¿Qué te trae por acá? —el gato la mira, su mirada es seria pero sus ojos brillan— ¿Cómo entraste? —mira a todos lados, hasta que se da cuenta que la ventada superior de la cocina está abierta, de seguro lo dejo abierto Sully para ventilar la casa en lo que no estaban.

Sirve un poco de leche en un recipiente y se lo pone en el suelo al peludo gato.

—No puedo ofrecerte más porque no tengo algo apto para tu estómago... Pero te dejaré dormir aquí esta noche, no puedes quedarte mucho tiempo en esta casa.

[...]

En la mañana, desde el cuarto de la pelirroja, se escucha el grito de la mayor. Así espantando a Sun, quien apenas va despertando.

—De seguro vio al gato.

Baja con tranquilidad las escaleras, desde ahí puede escuchar a su hermana llamarle.

—¡Sun! ¡hay un gato! —detiene su llamada al verla entrar en la cocina— ¡Hay un gato! ¿Dejaste que se quedara un gato? No creo que él se haya servido leche por si solo.

—Tranquila, solo le di un poco. No seas tan dramática —toma al gatito en sus manos, es blanco y peludo, aunque en la punta de su cola esté café.

—Sun, sabes que no me gustan los gatos.

—Lo sé, no se quedará aquí. Lo llevaré a un refugio para que lo pongan en adopción.

—Hazlo pronto.

Con cuidado rodea a su hermana menor, con el cuidado de no tocar al gato, ella ha detestado los gatos desde muy pequeña, aww ya que había un gato en el orfanato que hacía pipí en su cama y le rasguñaba el brazo la mayoría de tiempo.

Te Pero la mañana pasa y Sun no se deshace del minino, de hecho se queda jugando con él y su sobrino.

—¿Sigue ese gato? —pregunta molesta hacia su menor— Creí que ya lo habías dejado.

—¿Y cómo? Si Sukie no se ha despegado de él, solo míralo como juegan —ambas miran como el bebé juega con el gato, quien se deja agarrar por el bebé, se pega a él como si lo estuviera acariciando— Ya ves, Sukie ama al gato y el a Sukie.

TOY [BTS] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora