¿Amor? - Pedri, Ferran y Gavi

Tu culpa

Los tres me miraban.

Lo que Harry había dicho..

Cualquier otra persona me hubiese dejado sola.

Se hubiese ido de mi lado.

Como todos lo habían hecho siempre.

Ellos no.

Querían saber mi verdad, no la de Harry o la de mi familia.

La mía.

Y iban a ser los únicos.

- Jude, no vamos a irnos a ningún lado. -habló Ferran.

Respiré hondo y me preparé para soltarlo todo de golpe.

- Fue en la boda de mi hermana, todo iba genial, mis amigas y yo estábamos bailando, todos habíamos bebido un poco, pero nada fuera de lo normal, mis amigas y yo le habíamos preparado una sorpresa a mi hermana y fui a buscar lo que habíamos traído, disfraces y coronas, estaba todo en una habitación de arriba, la ceremonía se hizo en una casa de campo de mi familia. -empecé a explicar.

Pedri puso su mano sobre la mía al ver que yo empezaba a hiperventilar.

- Tranquila. -murmuró.

- Cuando subí a la habitación y estaba cogiendo las cosas, alguien entró, era el novio de mi hermana y iba muy borracho, me sacaba dos cabezas y vino directo hacia mi, diciéndome que Harry se había llevado a la hermana que estaba más buena, que él antes de asentar la cabeza con una de las dos quería probarnos a ambas. Todo pasó demasiado deprisa, yo intenté salir de ahí, pero él me inmobilizó contra la pared, subió mi vestido y estampó su boca contra la mía, yo le mordí, le golpeé con toda mi fuerza, pero no me soltó, seguía subiendo el vestido y sus manos cada vez estaban más cerca. La puerta se abrió justo cuando desgarró mi vestido y plantó de nuevo su boca sobre la mía. -ahogué un sollozo.

Ninguno de los tres dijo nada, me miraban con los ojos muy abiertos.

- Entraron mi hermana y Harry y al vernos creyeron que había sido yo la que había provocado eso, porque el novio de mi hermana me acusó de ir provocándole. A él le perdonaron y a día de hoy sigue con mi hermana, a mi nadie quiso mirarme no siquiera, me dieron la espalda y Harry fue el único que me perdonó, aún así me lo recordaba cada día, que yo le había puesto los cuernos con él, cuando no siquiera había querido, casi me violaron y todo el mundo me dejó de lado, sola. -terminé sollozando.

Los brazos de los tres estuvieron a mi alrededor en un instante.

Pedri mantenía mi mano fija sobre la suya y Ferran me había abrazado por los hombros, mientras que Gavi se había arrodillado enfrente de mi y acunaba mi cara entre sus manos.

- No es tu culpa, no lo fue en ese momento ni lo será nunca, nunca Jude, ¿me has oído? -habló Gavi muy serio.

Yo seguía sollozando.

- Tu hermana creyó antes a su novio que a ti, eso no es justo Jude. -comentó Ferran.

- Yo lloraba cuando me encontraron y aún así me sacaron casi a patadas de la boda y mis cosas estuvieron fuera de mi casa al día siguiente. -contesté.

- Voy a matarlo. -gruñó Pedri entredientes.

- ¿Alguna vez has vuelto a verlos? -preguntó Ferran.

- No desde hace dos años, desde que pasó. -contesté intentando secarme algunas lágrimas.

- Te vas a seguir quedando con nosotros un tiempo. -siguió hablando Ferri.

- Yo.. lo siento.. -murmuré.

Siempre me había sentido culpable de eso, sucia, que nadie nunca iba a poder quererme por eso.

- ¡Deja de decir lo siento! -gritó Gavi levantándose y caminando por el alrededor.

- Es que.. -intenté contestar.

- ¡Nada Jude, es que nada! ¡no es tu maldita culpa y tu estás pagando todo esto! -gritó de nuevo.

- Tío, no le grites. -le habló Pedri de mala manera cuando vio que yo no dejaba de sollozar.

- Creo que Jude necesita descansar y nosotros ponernos más tranquilos, esto ha sido algo muy fuerte para los cuatro. -habló Ferran.

- Ven, cariño. -Pedri se levantó, tirando de mi con él.

Entrelazó su mano con la mía y me llevó hasta su habitación.

- Siento que tengáis que saber esto. -le hablé mientras me metía en la cama.

- Me alegro de que nos lo hayas contado cariño, y no te preocupes por Gavi, él se ha agobiado, ya sabes como es. -contestó acariciándome el pelo.

- No me queda nadie más.. -murmuré.

- Nosotros no nos iremos a ningún lado, nunca, te lo prometo. -besó mi frente.

- No puedo perder a nadie más. -admití.

- No lo harás. -aseguró él.

Me tapó y me dijo que iba a hablar con los chicos.

Me dejó sola en la habitación y el pasado me golpeó con fuerza de nuevo, como había pasado todo, como todos me habían dejado de lado.

Y como seguía doliendo.

Y el miedo a que ellos tres me dejasen sola empezó a crecer en mi estómago.

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