Todos decían que él era oscuridad pero, a la vida de ella, nada le daba más luz que Harry Styles.
Una historia de amor cliché y atrapante ¿envidiable tal vez?
Anímate a descubrirla
Pobre Harry. Es de no creer todo lo que le ha pasado.
Cuánto daño pueden hacernos las personas.
Seguimos hablando un poco más sobre el tema, que ha ido a terapia porque durante muchísimo tiempo se le hacía insoportable haber vivido aquella traición.
No quiero ni imaginar su dolor.
Me sorprende gratamente que Harry hable de terapia y salud mental tan abiertamente. Muchos aún creen que es para locos, y en realidad es solo para valientes.
Noto en su cara que, aunque hayan pasado varios años, el tema aún causa estragos en él. Y no es para menos.
Entonces hablo.
- ¿Podemos hacer una noche de películas? -me mira de reojo- No quiero quedarme sola.
En realidad no quiero que él se quede solo.
- ¿Aquí? -me pregunta al mismo tiempo que se estaciona frente a la residencia. Niego con la cabeza.
- Aquí no puede venir Ollie -hago un pequeño puchero logrando sacarle una sonrisa.
- Por mí perfecto -me mira- Ahora tengo que ir a entrenar, cuando termino paso por ti. ¿Okay?
- Te estaré esperando -sonrío y bajo del auto.
Me despierto sobresaltada por el ruidoso sonido que emite mi celular.
- Estoy afuera -es todo lo que dice Harry cuando atiendo la llamada.
Me quedé dormida luego de armar mi bolso y darme una ducha. Corro a lavarme la cara, agarro mi bolso y antes de salir también agarro unos paquetes de palomitas de maíz para hacer en el microondas.
Habíamos pactado, con Delilah y Rose, que jamás podrían faltar en nuestra alacena.
Elijo una dulce y una con mantequilla. No sé cuál preferirá el ruludo.
Casi me olvido de guardar su regalo y el de Ollie. Mañana es Nochebuena y no sé si podré verlos o si tiene otros planes.
Ni bien pongo un pie dentro del departamento de Harry, corro a apachurrar a Ollie. Está cada día más grande.
- Empiezo a sospechar que solo pasas tiempo conmigo para estar cerca de ella -comenta intentando sonar ofendido.
- Oh no, me descubriste -respondo con sorpresa y él ríe.
- Iré a darme un baño -anuncia- ¿Podrías servirle la comida?
- Será un placer -asiento.
Le doy de comer a Ollie y aprovecho que Harry no está para ambientar la sala. Pongo a hacer ambas palomitas, apago la mayoría de las luces y enciendo la tele, dejando Netflix en la pantalla.
Estamos viendo la película favorita de Harry: Diario de una pasión.
La idea es luego ver mi película favorita pero no creo que vaya a suceder porque mi compañía parece bastante cansado, incluso lo vi dormitar en varias ocasiones, de seguro el entrenamiento estuvo pesado.
De repente, una llamada entrante nos hace pegar un brinco a ambos. Es su celular.
- ¿Quién es? -me pregunta con intención de que agarre su móvil, pues estaba más cerca mío.
- Mandy -contesto incómoda y él contesta pero sale a hablar al balcón.
Vuelve luego de unos minutos y arroja su teléfono a la mesita ratona. Lo miro con cara de "¿qué te pasa?".
- Me tiene cansado -comenta claramente molesto.
- Deberías elegir mejor la gente con la que sales -me encojo de hombros y él frunce el ceño.
- Yo no estoy saliendo con nad... -su cara ahora es de completo asombro- Espera -sonríe de lado- No me digas que estás celosa.
Un calor me sube por las mejillas y le lanzo un almohadón.
- Cállate -ruedo los ojos divertida y me levanto del sofá bajo su atenta mirada verde.
Busco en mi bolso y saco ambos regalos.
- Tengo algo para ti... y Ollie -sonrío inocente.
Primero abrimos el de la gatita y le probamos el mini pulovercito. Le queda pintado así que le sacamos aproximadamente 80 fotos cada uno, como esos padres enamorados de su recién nacida.
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- Toma -extiendo el paquetito a Harry- Santa se ha adelantado este año.
- Y tú ¿qué harás mañana? -me mira antes de abrir su obsequio.
- Nada -hago una mueca- Aún no he ahorrado el suficiente dinero para ir a Italia, auto no tengo y los boletos de tren se han acabado. Y mis amigas se han ido.
- Ven conmigo -dice ilusionado- La llevaremos a Ollie y tendremos nuestra primera Nochebuena en familia.
Es tan tierno su plan que no necesito pensarlo dos veces.
- Acepto -digo feliz al mismo tiempo que él abre su regalo.
- Es hermoso, gracias -sonríe amplio mientras se pone el anillo en forma de rosa en el dedo anular- ¿Te gusta? -extiende su mano para que lo vea. Tomo su mano y paso la yema de mi dedo por el anillo. Era realmente precioso.
- Me encanta -sonrío contenta de que le haya gustado. Él aprovecha para agarrar mi mano y me tira encima suyo.
Me mira fijo y siento mi respiración entrecortarse mientras acaricia mi mejilla con su otra mano.
- A mi me encantas tú, Gin -exclama bajito cerca de mi oído y yo sonrío.
Me da escalofríos sentir su cálida respiración cada vez más cerca de mi rostro, hasta que le es imposible acercarse más.
