Capítulo 14

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Me despiertan los rayos del sol que me dan de lleno en la cara. Olvidé cerrar las cortinas porque me dormí viendo la lluvia caer.

 Miro al costado de la cama y el gatito seguía durmiendo en la "camita" que le armé con la manta que Harry me dio.

Si, me dormí en su cama porque él dijo que me sienta como en casa. Al principio intenté dormir en el sofá pero era muy incómodo. 

Estiro mi mano para agarrar mi celular que estaba apoyado en la mesita de luz mientras cargaba. Por suerte Harry había dejado su cargador.

Ni bien enciendo el teléfono, se satura con la cantidad de mensajes que tenía. 

Entro a whatsapp y lo primero que veo es un grupo creado por Delilah: "las chicas de la 127". Donde obviamente, además de ella, estábamos Rose y yo. 

D: Gina a que hora vienes?

R: Estamos preocupadas 🙁

D: Tampoco logramos comunicarnos con Harry

R: ¿Está todo ok?

Me divierte la preocupación de ambas. Claro que no iban a poder comunicarse con Harry si andaba partiéndole la cara a alguien. O se la estaban partiendo a él.

G: Larga historia. Luego les cuento.

Les mando una foto del gatito dormido para más intriga

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Les mando una foto del gatito dormido para más intriga. 

El siguiente mensaje que leo es de mi hermano.

S: Lo siento hermanita, hoy tampoco podemos vernos. Tengo una cita 😉🌹

Ruedo los ojos divertida. Stefano siempre fue muy enamoradizo. 

Se le daba genial conquistar y tener citas. 

En cambio a mi, me iba fatal. 

Aún no son ni las 12 del mediodía así que decido levantarme para poner en marcha mi plan del almuerzo, no sin antes dejar acomodada la habitación.

Cuando veníamos en el auto, he visto un supermercado a pocas cuadras de aquí.

Por suerte mi ropa de anoche ya está seca, me pongo mi jean y dejo el pantaloncillo que me prestó Harry arriba de su cama, pero me dejo puesta su remera ya que la mía tiene feo olor. Una mezcla rancia de humedad y cigarrillos. 

Me da pena dejar solo al gatito pero solo serán unos minutos. Voy y vuelvo.


En el camino me decido en cocinar unas ricas pastas para hacerle honor a mi nacionalidad. Se me daba muy bien la cocina, especialmente la italiana. Mi nonna estaría orgullosa. 

Compro lo necesario aunque también me hubiese gustado conseguir croquetas para el gatito pero no habían, por lo que he comprado una lata de atún.

Antes de que me lleve a la residencia le preguntaré si podemos pasar por alguna tienda de animales. Aunque aún no se que va a pasar con el gatito. Yo no me lo podía quedar. No permiten mascotas en mi edificio. 


Regreso al departamento de Harry, afortunadamente me había dejado un juego de llaves. 

Al ingresar, lo primero que ven mis ojos es un pequeñito que se encontraba tal cual donde lo había dejado. Es un santo. 

Me apresuro en dejar las bolsas sobre la mesa y sacar el atún para dárselo. Mientras el gatito come me pongo a cocinar, opté por preparar gnocchi a la carbonara.

Pongo a hervir las papas, pues obvio sería todo casero. Dejo listos los demás ingredientes y mientras espero que las papas se terminen de cocinar, guardo el vino que compré para acompañar el almuerzo en la heladera. 

Espero que Harry no esté bajo ningún régimen o alguna dieta especial para deportistas. Sobre todo él que debía mantener un buen estado físico. 


Estaba terminando de preparar la mesa cuando escucho las llaves en la puerta.

Harry se acerca hasta la cocina, tiene en sus manos varias bolsas grandes y me mira con los ojos entrecerrados. 

- ¿Has cocinado al gato? -dice fingiendo extrema preocupación.

Es tan irónico y sarcástico. Definitivamente es de acuario.

- Preparé el almuerzo -me encojo de hombros con algo de timidez.

Dejo los platos ya servidos en la mesa. La cara de Harry era un poema.

- Está delicioso -dice extasiado luego del tercer bocado- Amo las pastas

Recuerdo que había metido el vino en la heladera y voy a buscarlo. 

- ¿Esto es una cita? -me mira divertido. Ama tomarme del pelo.

- Sí eso quieres -respondo siguiendo su juego

Claramente mi respuesta lo toma por sorpresa porque sus mejillas se enrojecen levemente.

- No está nada mal para ser la primera -me mira y no puedo evitar fijarme en sus hipnóticos ojos verdes- Para la próxima seré yo quien dé el primer paso.

Ahora la que tiene las mejillas rojas soy yo. 


El almuerzo transcurre rápido y entretenido. Me cuenta sobre su pelea, donde obviamente salió triunfal. 

- Me retrasé un poco porque fui a comprar unas cosas para Oliver -exclama contento y señala las bolsas que dejó en el living.

Lo miro confundida sin entender su emoción.

- Harry -lo llamo- ¿Quién es Oliver?

- Nuestro gato -sonríe dejando ver sus hoyuelos.  Está tan contento como niño en tienda de juguetes.

Me voy a morir de ternura.

DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora