Capítulo 66

205 8 0
                                    


Las insistencias de Giulia porque me quede a dormir no tuvieron éxito, debía pasar la noche en mi piso pues le prometí a Rose que, antes de ir a trabajar, la acompañaría a la clínica que Harry nos había conseguido. El doctor finalmente le había dado el turno para hoy. 

No sé a qué hora regresó la pelinegra anoche ya que caí profundamente dormida en el preciso momento en que mi cabeza se encontró con mi almohada. Lo que sí estaba claro, a juzgar por sus ojeras y lo mucho que le costó despertarse, es que había vuelto muy tarde. O, pasada de copas.

Camino a la clínica ninguna decía nada, el trayecto fue totalmente silencioso pero ver a Rose jugar sin cesar con sus manos me hizo saber que estaba nerviosa. Puse una de mis manos encima para evitar que continuara haciéndolo y, junto a un ligero apretón, le dediqué una media sonrisa que fue correspondida.

Una vez que llegamos a nuestro lugar de destino ambas nos miramos confundidas. Los prejuicios nos juzgaron una mala pasada, nos habíamos imaginado un lugar clandestino y de mala muerte pero resultó ser un bonito edificio en donde ofrecen servicios médicos de todo tipo. 

Las secretarias nos recibieron muy amablemente y nos solicitaron que aguardemos en la sala de espera. 

Aparentemente, la práctica que realiza esta doctora es lo verdaderamente clandestino, ya que la secretaria que nos atendió se refirió al aborto como el "procedimiento" y lo decía con mucha cautela. 

La sala de espera estaba repleta de gente, y eso que habíamos venido temprano para no perdernos tantas horas de trabajo; aunque Rose se encargó de avisar al señor White que tal vez llegaríamos un poco tarde porque teníamos que hacernos unos estudios médicos y él accedió sin problema.

- Tengo miedo -confiesa mi amiga en voz baja.

- Tranquila, todo irá bien-intento animarla pese a que yo también estoy algo nerviosa.

- ¿Estoy haciendo lo correcto? -me mira suplicante por una respuesta que no puedo darle.

- No lo sé -digo- Eso sólo puedes saberlo tú, no me corresponde a mi juzgarte si no es mi cuerpo ni seré yo quien lidie con ello. Tómate tu tiempo para pensarlo mientras tanto, sabes que cuentas conmigo para lo que sea -sonrío- Estaré contigo para sostener tu mano allí dentro o para entonar canciones de cuna. 

Rose suelta una risa de alivio y me da un corto abrazo al susurro de "gracias".


Una hora después ya estábamos en la oficina, tapadas de trabajo. Como siempre.

La intervención médica que recibió mi amiga fue bastante veloz, la doctora era una mujer mayor, amable y profesional, que hacía que todo pareciera sencillo. Incluso la parte quirúrgica. Como se lo había prometido, estuve con ella sosteniendo su mano. 

En un principio pensé que no me permitiría acompañarla pero supongo que al ser una práctica ilegal, la doctora está acostumbrada a no oponerse a ciertas cosas que podrían ser causa de algún alboroto que llame la atención de otros pacientes. 

Nos retiramos sin ningún problema cuando el efecto de la anestesia se había ido por completo, de igual manera es necesario que continúe con antibióticos por unos días más.

La realidad es que el aborto es legal hace muchos años aquí en Inglaterra, sin embargo no hay casi datos de mujeres que hayan pasado por uno ya que la mayoría prefiere mantener "limpio" su registro médico, generando así una clandestinidad dentro de la legalidad. 

- Chicas -saluda Olivia al entrar en nuestra oficina luego de dar unos pequeños golpes a la puerta- Willem quiere verlas en su despacho, está listo para iniciar la sesión de fotos.

- ¿Ahora? -pregunta extrañada Rose y yo estoy igual de confundida. Se supone que primero tendríamos una reunión al respecto. 

- ¿Te sientes bien? -inquiero.

- Sí, vamos -asiente con la cabeza y nos encaminamos hacia el piso correspondiente. 

Al entrar en su oficina, una vez que nos dio la orden, nos encontramos con todo el equipo ahí, conversando como si nada. 

- Estábamos esperándolas -exclama con jolgorio nuestro jefe y los demás sonríen y asienten coincidiendo. 

- Buenos días -mi amiga saluda a todos.

- Usted nos dijo que hoy solo hablaríamos del proyecto -Willem asiente, se acomoda la corbata y se dispone a hablar. 

- Hasta ayer tenía ideas sueltas que las he acomodado mientras intentaba dormir -explica- Ya no hay más tiempo que perder.


Poses aquí y allá, fotos juntas y fotos individuales, cambios de vestuario y retoques de maquillaje. Fue agotador. 

Con lo que atravesamos esta mañana, ni Rose ni yo estábamos preparadas mentalmente para que la sesión sea hoy, pero espero que haya valido la pena porque dimos lo mejor que teníamos. 

Mientras espero que mi compañera termine de guardar sus cosas, chequeo mi celular y me encuentro con nueve llamadas perdidas de Delilah. Estaba a punto de preocuparme cuando ingresa su décima llamada. 

- ¿Qué ha pasado? ¿Va todo bien? -es lo primero que digo. 

- ¿Tienes de adorno el teléfono o qué? -me regaña y carcajeo.

- Yo también te quiero, Lilah. 

Al final, solo llamaba para invitarnos a conocer su casa. Dijo que podríamos ir con Marcus y Harry si así lo queríamos, y que no olvidemos llevar algo para beber.

En lo que Rose fue a buscar a Marcus a su oficina, aprovecho para llamar a Harry, que acepta mi invitación y se ofrece a recogernos por la empresa. 

Hemos esperado tan solo unos minutos para tener su auto aparcado frente a nosotros. Antes de poder acercarme a abrir la puerta, él baja a hacerlo por mí. 

Saluda a mis amigos y luego deja un sutil beso en la comisura de mis labios. Dios, ya lo extrañaba.

Ambos habíamos estado ocupados y no volvimos a vernos desde que regresamos de Holmes Chapel. 

- ¿Por qué  no me dijiste que ya teníamos planes? -lo regaño en voz baja y él ríe. 

- Cancelaría cualquier plan con tal de estar un rato contigo -confiesa y apoya su mano en mi pierna.

Rose y Marcus también iban conservando, no parecían percatarse de la charla que yo mantenía con el conductor. 

- ¿Vuelves a dormir conmigo? -pregunta y me mira de reojo.

- Déjame adivinar, Ollie me extraña -bromeo recordando nuestros primeros encuentros. 

- Bingo -sonríe amplio mostrando esos hoyuelos que me encantan. 


La casa era preciosa, no podría imaginarme a Delilah en un lugar diferente. Está hecho a su medida. 

Hemos cenado unos deliciosos platillos preparados por Niall y ahora nos encontrábamos en el jardín disfrutando de unas copas de champagne. 

- Hay que hacer esto más seguido -anima la dueña de casa. 

- Sí -concuerda Marcus- Debemos disfrutarlas antes de que se vayan -finaliza dedicándonos una mirada a mí y a Rose. Las caras de todos es de extremo desconcierto pero el pronunciado ceño fruncido de Harry me hace querer desaparecer. La ojiverde no sabe qué decir y yo tampoco. Sabe que me he metido en un gran aprieto. 

- ¿Irse? ¿A dónde? -pregunta Niall y Delilah aprieta su mano dándole a entender que debe callarse. Marcus se ha dado cuenta de su error pero ya es muy tarde- Oh, olviden lo que dije. 

- ¿A dónde? -esta vez es Harry quien repite la pregunta con dureza. 

- Por favor -lo miro- Te lo explico luego -imploro.

No asiente ni dice nada. Da un sorbo a su bebida y lo imito. 

Aunque yo voy a necesitar dar miles de estos.



DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora