Capítulo 70

370 10 2
                                    

Narra Harry:

Estuve semanas ensayando lo que le diría a Gina, lo practiqué una y otra vez hasta el cansancio, tanto que me lo sabía al derecho y al revés. Sin embargo, ahora la tengo enfrente exigiéndome que se lo diga y nada sale de mi boca. Es como si mi mente hubiese perdido el control de mi lengua. 

Es muy probable que no haya perdido nada y sólo esté intentando salvarme de hacer algo que en realidad no quiero hacer. 

- ¿Qué quieres que te diga?-pregunto intentando ganar tiempo. Ella sonríe con un soplido cargado de ironía mientras ladea la cabeza. Acomoda su cuerpo de tal forma que queda mirando hacia el frente hasta que su vista se pierde en el pequeño árbol que había plantado apenas un tiempo atrás. 

La escena es pintoresca, pero de esos tipos de arte que irradian tristeza. Gina y yo sentados en el jardín, ella contemplando el limonero y yo contemplando qué otras opciones tengo. 

Dos jóvenes enamorados prolongando su agonía. Ambos sabemos que esto terminará hoy, incluso cuando aún no hemos dicho nada al respecto. Es como si tuviéramos un acuerdo implícito. 

Ninguno de los dos quiere que así sea pero lamentablemente estamos al tanto de que así debe ser. 

La conversación que tuve con Rose fue todo lo que pude pensar estas últimas semanas. Aunque más que conversación fue un monólogo. Y, si bien en un principio me enojé por su intromisión, pude reconocer que tenía razón. Es necesario que tomemos cartas en el asunto. 

Ella tiene la propuesta de su vida esperando del otro lado del mapa y no sería justo para nosotros pretender que no nos afectará la distancia. 

- ¿Qué te detuvo de pedirme que sea tu novia? -su voz se hace oír nuevamente. Esa pregunta me toma por sorpresa, no me mira pero vuelve a hablar como si supiera exactamente qué cara he puesto- Louis me lo dijo. Bueno, se le ha escapado -corrige con rapidez para excusar a mi amigo. 

- No quería que te sintieras atada o forzada a decirme que sí, supuse que sería mejor seguir así -explico- Lo siento.

La italiana solo asiente con suavidad como si estuviera procesando lo que acabo de decir.

Planeé por días cómo pedirle que sea mi novia, lo tenía todo pensado. Incluso Louis y Alex me ayudaron a idear cada detalle. Cuando Gina me contó sobre su viaje fue más que obvio que no le pediría nada. Hubiese sido egoísta de mi parte, o así lo sentí yo. 

- No era necesario que tengamos un título para sentirme atada a ti. Sabes que te amo -sus ojos finalmente se encuentran con los míos- Y es precisamente porque te amo que elijo todos los días compartir mi vida contigo. No es para nada una atadura -me dice convencida y con seriedad pero sin perder la dulzura que la caracteriza. 

- Joder, Gina -llevo una mano hacia mi pelo peinándolo hacia atrás. Me siento muy frustrado.- ¿Cómo se supone que tenga que dejarte ir?

La luz de la luna en conjunto con la tenue iluminación del patio me permiten apreciar sus ojos empañados de lágrimas que no se atreven a caer. 

- No lo hagas -suplica acongojada.

Su pedido cargado de angustia logra hacerme sentir un chiquillo impotente. 

No sé si seré capaz de romperle el corazón a la mujer que amo. 

Esta relación tan bonita que tenemos no se merece este final mediocre. 

Aún así, no hay nada que pueda hacer. 

Ojalá fuera tan sencillo como irme con ella y olvidarme de esta ciudad, pero tampoco puedo abandonar todo por lo que me he sacrificado durante años. Mucho menos en este momento. 

DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora