Capítulo 42

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Estuvimos un buen rato en la carretera, tanto que Harry se ha quedado dormido. Aunque debe ser porque ha sido un día agotador y la tranquilidad de la ruta al viajar siempre da sueño. 

Por lo menos a mí. Hace mucho tiempo no hacía viajes tan largos en auto. De hecho, estos junto al ruludo son los primeros luego de varios años. 

Especialmente porque la mayoría de viajes que he hecho en auto han sido con mi familia, yendo juntos de vacaciones a recorrer el viejo continente. Ahora todos hemos crecido y los proyectos ya no son los mismos. 

Los sonidos de la calle y los ronquidos del inglés son toda mi compañía por el momento. Me agrada porque me permite conversar con mi mente. 

Últimamente estuve pensando mucho en lo que me pasa con este muchacho que duerme serenamente en el asiento del copiloto. 

Creía que sabía controlar mis sentimientos pero mi corazón palpita igual de rápido que un caballo galopando cada vez que estamos juntos o tan solo pienso en él. 

No recuerdo haberme sentido así jamás, ni siquiera con el último novio que tuve a los 19 años. 

Esto es diferente, se siente diferente, pero en un buen sentido. Es algo que me sacude por dentro y al mismo tiempo me aporta calma y paz. 

Lo único difícil es estar tan segura de que él me vuelve loca pero no tener la certeza de qué piensa él. No me gustaría hacerme falsas ilusiones. Sin embargo, me he propuesto callar un poco a mi cabeza y solo dedicarme a disfrutar del momento. 


Un par de horas después, decidí que lo mejor era parar a descansar un rato en un motel que encontré al costado de la ruta. Aún nos quedan 3 horas para llegar a destino, no es mucho pero son las 4 de la mañana y no he dormido nada así que empiezo a sentir que me pesan los ojos. 

- Harry -hablo por lo bajo y lo sacudo suavecito una vez que estaciono el auto. 

- Un ratito más -murmura con los ojos todavía cerrados y me es inevitable reír. 

- Vamos a dormir en la cama -insisto- Te va a doler todo el cuerpo si sigues así. 

La postura en la que estaba durmiendo no era la mejor para un deportista como él. Mucho menos hacerlo en el asiento del coche, no son tan incómodos pero no podían contener la altura del boxeador. 

Por suerte no tuve que insistir mucho más, a los segundos ya estaba despierto y fuera del auto, estirándose mientras observa los alrededores del lugar. Rodea el auto y abre mi puerta. 

- ¿Qué haremos con Ollie? -me pregunta y hasta ese momento me había olvidado de su existencia. No nos dejarán entrar a ningún lado con ella. 

- No bajaremos todos los bolsos -aclaro primero- Yo bajaré uno pequeño con poquita ropa y tu cuélgate su transportadora al hombro, simulando que es equipaje. 

- Se darán cuenta por los agujeros -exclama super obvio. 

- Podemos tapar el bolso con uno de tus abrigos -sugiero.

Asiente. - Eso podría funcionar -busca alguno lo suficientemente grande y, una vez que lo encuentra, lo ponemos cuidadosamente encima del transportín, procurando que no se vea que en realidad allí no llevamos nada de ropa sino un gato.


Ollie se porta de maravilla, no creo que sea un problema. 

El ojiverde ingresa al lugar de lo más confiado, yo intento seguir sus pasos manteniendo la compostura. 

- Buenas noches -saludamos al unísono cuando ingresamos. 

El lugar estaba demasiado silencioso, lo obvio a estas horas de la madrugada. 

- Buenas noches -nos sonríe la única persona que se encuentra atendiendo la recepción- Bienvenidos a Rouge, ¿en qué puedo ayudarlos?

- Queremos una habitación, por favor -responde Harry. 

Me limito a sonreír sin mostrar los dientes y dejar que él se ocupe de todo. 

Mientras el muchacho no para de tipear en la computadora, cargando los datos y buscando alguna habitación que esté libre, el ruludo me aprieta disimuladamente la mano para que lo mire. 

Cuando nuestras miradas se encuentran empieza a hacer exagerados gestos que me llevan a deducir que se trata de la gata. Levanto un poco el abrigo que tapa el bolso para poder verla. Pasé desapercibida ante los ojos del recepcionista pero no a los de Ollie que suelta un maullido.

El trabajador del motel, que por lo que se observa en su ropa se llama Andy, nos mira con los ojos bien abiertos.

- ¿Oyeron eso?

Harry y yo intercambiamos miradas y negamos. Estoy haciendo mi mejor intento por aguantar mi risa de nervios. 

- Puedo jurar que fue un gato. 

- Seguramente el ruido provino de afuera o habrá entrado alguno de la calle -miento.

- No -insiste el hombre- Ha sido por aqu...

- Por favor -lo interrumpe H. con un tono serio que nos hizo enderezarnos a ambos- Hemos viajado por muchas horas y estamos cansados. ¿Va a darnos alojamiento o no? - espeta. 

- S-sí, disculpen. Suban por el elevador hasta el cuarto piso -le entrega una llave con el número de cuarto- Que disfruten Sr. y Sra. Styles. 

Él no dice nada así que solo contesto con un "gracias" y una media sonrisa. 


407 es nuestra habitación. 

El lugar no es el más lindo del mundo pero basta con que sea cómodo y acogedor para descansar un par de horas. 

Estoy cansada de manejar, cuando emprendamos lo que nos queda por recorrer sin duda manejará Harry. Ahora solo quiero bañarme y dormir.

Dejo que el agua caliente corriera por la ducha y atempere el baño llenándolo de vapor. Vuelvo a la habitación para buscar mi ropa y la escena con la que me encuentro es muy tierna. El ruludo está armando una especie de cama para Ollie en uno de los sillones, con una de las mantas extra que dejan en el closet.

- Voy a ducharme -aviso y me dirijo a ello 

Salgo luego de unos minutos. Me he vestido en el baño pero el cambio de temperatura entre una habitación y la otra me hacen sentir desnuda. El frío es terrible en la madrugada.

Me apresuro en llegar a la cama donde aparentemente Harry ya dormía plácidamente. Acomodo mi cuerpo a su lado y él se gira quedando de costado al mismo tiempo que me mira. Aún no se había dormido. Entonces me acuesto de igual forma que él, quedando cara a cara. 

Acaricia mi cabello y gentilmente coloca un mechón detrás de mi oreja. 

- Así que Señora Styles -dice en tono burlón.

- Lo de señora me ofende seriamente -añado riendo y él carcajea.

- Siempre piensan que somos pareja. 

- Tal vez sea una señal -bromeo. 

Se queda callado por unos segundos y deja un beso en mi frente. 

Cierra los ojos listo para dormir, pero habla antes de disponerse a ello.

- Tal vez sí lo sea. 

DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora