Capítulo 67

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Narra Harry: 

Beber no estaría funcionando así que, cuando finalizo mi copa, pido disculpas y me levanto de mi asiento para encender un cigarrillo en un lugar más alejado del jardín. 

Me hago el despreocupado pero puedo vislumbrarlos cuchicheando. 

La italiana luce extremadamente furiosa, de una forma en la que jamás la he visto. Quedó más que claro que el tonto de Marcus metió la pata pero, también quedo en evidencia, que el único que no sabía nada al respecto era yo. Bueno, y Niall, lo cual es lógico porque no pertenece a su círculo de amigos. 

Yo tampoco pero, si es de importancia para Gina, también lo es para mí. Al parecer son mis propias expectativas las que me terminan desilusionando. 

Como si supiera que le estoy dando vueltas al asunto, se encamina hacia mí. Le sostengo la mirada hasta que finalmente se rinde y se concentra en sus pasos sobre el suelo.

Doy una gran pitada a mi cigarro y sus ojos vuelven a mirarme.

- ¿Podemos irnos? Me gustaría hablar contigo a solas. 

- ¿Y Rose? - es todo lo que pregunto dado a que yo los he traído, no sería tan grosero de dejarlos y ya. 

- Oh, volverá con Marcus en taxi -aclara y asiento.

Finalizo mi cigarrillo y me acerco nuevamente a la mesa para agarrar lo que había dejado y despedirme de los demás.

Con mi celular y las llaves del auto en mano, abandono la residencia. Sé que Gina me está siguiendo porque escucho el ruido que hacen sus tacones al golpear con la acera. 

Desbloqueo la puerta y abro la puerta del acompañante para cerrarla una vez que ella toma asiento. 

Ninguno de los dos dice nada, su mirada va perdida por la ventanilla y la mía concentrada en la calle, aunque es mi cabeza la que no consigue hacer silencio. 

Al igual que hace un rato, Gina se dedica a seguir mis pasos rumbo a mi apartamento. Una vez adentro, la insistencia de Ollie por recibir caricias la obligó a sentarse en el sillón y concentrarse exclusivamente en la gata. 

Aún no he llegado a una conclusión de lo que me está por decir, se me ocurren miles de posibilidades y, a la vez, todas suenan irreales. 

La única certeza que tengo es que no es una estupidez,  pues el novio de Rose lucía demasiado arrepentido, como si se le hubiese escapado el mayor secreto de su vida. Y desde allí todo se tornó pesado. 

Todo este misterio e incertidumbre me están volviendo loco, mi ansiedad incrementa por cada minuto que todavía se mantiene callada. 

Me dispongo a hacer un té que pueda otorgarme algo de calma cuando mi corazón arranca a latir frenéticamente ante el sonido de su voz. 

- Bien, diré lo que tengo que decir y me iré -dice aún desde el sillón, frunzo el ceño y volteo a mirarla. 

- No dejaré que te vayas a ningún lado a estas horas -me dedica una media sonrisa abatida y palmea el lado vacío a su lado, indicándome que vaya a sentarme.

- No querrás dormir conmigo después de esto -confiesa con una suavidad atemorizante. Respira hondo con los ojos cerrados, suelta despacio el aire y me mira fijamente- Me voy, Harry.

- Está bien, luego te llevo -me rindo- Pero sola no volverás -reitero y uno de sus dedos acaricia mi mejilla.

- No ahora -niega con algo de ternura- Me voy de Londres.

Instantáneamente me embarga una extraña quietud, una sensación de que todo se ha detenido en lo que intento procesar esas palabras. 

- ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? -mi boca se me adelanta y las preguntas salen casi escupidas. Sus manos agarran las mías mientras parece juntar el valor para seguir hablando. 

DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora