Capítulo 48

314 11 1
                                    

Olvidé activar mi despertador anoche antes de dormir, de manera tal que terminé despertando a eso de las 10 de la mañana. 

Era tardísimo para las tantas cosas que tenía que hacer hoy. 

Harry no estaba a mi lado en la cama ni en otra parte del departamento, pero me tranquilicé un poco al ver una notita pegada en la puerta. 

"Tenía cosas que hacer. Hablamos luego. H x"

Luego de darle un par de caricias a Ollie, salgo a tomar un taxi. 

- Hola -me saluda Delilah en el preciso momento en que entro a nuestro piso. 

- Hey -correspondo su saludo y echo un vistazo alrededor buscando a la pelinegra. 

- Rose no está, enseguida debería volver -me informa como si leyera mis pensamientos- ¿Podemos hablar?

Asiento y me siento a su lado. Después de todo, seguía siendo mi amiga. 

- Lo siento -dice y juguetea con sus manos incapaz de mirarme cuando habla- Estaba muy nerviosa ese día, no nos han dejado nada, Gina -lloriquea- Reconozco que estuve mal en juzgar a Harry, me dejé influenciar por lo que dicen de él y la situación me lo facilitó -suspira- También debí acercarme antes a hablar contigo, fui una mala amiga. Perdóname. 

- Está bien, Lilah -sonrío sin mostrar los dientes- Yo también me dejé llevar por el momento y fui muy severa contigo -admito. 

- Tú solo estabas defendiendo a tu chico -levanta las cejas repetidamente y ruedo los ojos divertida. 

- Te has perdido todo el chisme -me encojo de hombros. 

- Pues tendrás que volver a contarlo -me ordena y ambas reímos para seguidamente fundirnos en un abrazo. 

Estaba más que claro que la iba a perdonar, no hubiese sido justo pelearme con ella por lo ocurrido aquella noche. Todos alguna vez juzgamos sin saber.

Reconoció su error y se disculpó, eso es lo que importa. 

- ¿Así que se ponen cariñosas sin mí? -bromea Rose cruzada de brazos desde el marco de la puerta.

- ¿Cómo está? -me pregunta Rose refiriéndose a Harry. 

Las tres salimos juntas de la residencia camino al campus, Delilah tenía clases y la pelinegra me acompañaría a completar unos trámites en rectoría para poder darme de baja de la carrera. 

Después debíamos acercarnos hasta la estación policial para revisar otro par de grabaciones que habían conseguido. 

- No lo sé -me encojo de hombros- He despertado sola esta mañana. 

Mi amiga abre sus ojos con gran sorpresa. 

- Tal vez esté aquí, en clases -hago una mueca- Sinceramente no sé, me ha dejado una nota donde ponía que tenía cosas que hacer pero igual me parece un poco raro. 

Ella asiente dándome la razón y prefiero dejar el tema ahí. No empezaré a sobrepensar porque terminaré enloqueciendo. Es válido que necesite su espacio pero imagino que me lo hará saber de otra manera si así fuese. 

Tras unos minutos de interminable papeleo, ya puedo decir que no soy más una estudiante universitaria. El alivio que sentí al firmar esos papeles fue instantáneo, ahora sí podré enfocarme en lograr la vida que quiero. 

Pasamos los últimos 20 minutos observando gente ir y venir de la residencia en el período en que nosotras no estuvimos, pero nada fuera de lo normal. 

- Espera, vuelve atrás -indica Rose al policía que reproducía los vídeos- Ese -señala a un muchacho y me mira- ¿No es...

- Zayn -mascullo cuando lo veo en la pantalla, antes que ella termine la oración.

Y de repente todo tiene sentido: la deuda, su falta de dinero, el día que fue hasta mi piso y le dije que me iba de viaje. Qué estúpida soy. ¿Cómo no lo pensé antes?

La ojiverde no entiende por qué de repente estoy enojada, respirando hondo en un intento de contener mi ira para dar una adecuada declaración a los oficiales, sin pasar por alto ningún detalle. 

A cambio de no haber podido acompañarnos, la rubia nos prestó su auto. Así que, mientras Rose nos conducía hacia nuestro trabajo, la llamé por facetime para ponerla al tanto de la situación del robo. 

- No puedo creerlo -exclama anonadada. 

- Y tú culpando al pobre Harry -reta la conductora. 

- Rose -reprocho por lo bajo. 

- Lo siento -Delilah se disculpa por millonésima vez en el día- Oh, ya que lo mencionan, han llegado unos paquetes de su parte. Supongo que son para ti, Gina. 

Finalizamos la llamada una vez que estamos fuera del gran edificio perteneciente al Señor White. 

Nuestro jefe hoy está de buenas y no nos carga con tanto trabajo. Se alegra aún más cuando le comunico que podría empezar a trabajar en ambos turnos y no sólo por las tardes. Accede y ahora mi horario es de 9 a 19 horas. 

Terminamos antes de nuestra hora de salida así que, para matar el rato, nos ponemos a ver departamentos. Seleccionamos un par que nos gustan y Rose segura que se pondrá en contacto con los de las inmobiliarias para coordinar algún horario en el que podamos pasar a verlos antes de que mi nuevo horario laboral lo complique. 

Decido enviar un mensaje al ruludo antes de irnos a casa.

G: ¿Está todo bien?

Al regresar a la residencia, el olor a comida nos invade las fosas nasales desde antes de abrir la puerta de nuestro piso. 

Nos miramos alucinadas al ver a Lilah cocinando la cena, pero lo que realmente llama mi atención son las tres cajas que hay en medio del pequeño living. 

- Estuve esperando toda la tarde que llegues -exclama la rubia desde la cocina- ¡¡Ábrelas!!

Mis amigas me ayudan a abrirlas, están hasta el tope llenas de unos papeles que nos impiden ver sus contenidos. 

- Esta tiene una carta -dice Rose y me la entrega. 

Desdoblo el papel y leo en voz alta.

"Sé que esto no enmienda nada pero les facilitará un poco las cosas. Respecto a la televisión, no sé cuál cabría en el mueble así que dejé algo en un sobre para que lo decidas tú. Nunca fue mi intención que te enojaras con Delilah, pero gracias por defenderme. Te quiero, H."

Alzo la vista y las mujeres enfrente mío estaban igual o más estupefactas que yo. Delilah está pálida, seguramente de la vergüenza. 

Cuando quitamos los papeles, descubrimos que habían tres laptops, una para cada una; y, efectivamente, había un sobre que dentro contenía dinero para comprar la tv. 

- No podemos aceptarlo -dice la rubia a punto de fallecer. 

- Mucho menos ahora que sabemos quién fue -secunda Rose. 

Y están en lo correcto. Él no merecía pagar por los daños de los demás. 

Mi mensaje aún no tenía respuesta, por lo que marco su número mientras camino en círculos esperando que me conteste. 

Al mismo tiempo, las chicas vuelven a empaquetar todo. 

Nada. 

Llamo un par de veces más pero todas me dirigen al buzón de voz. 

Estoy empezando a preocuparme, especialmente habiendo presenciado el estado en el que llegó anoche. 

Ahora no podré dejar de preguntarme qué habrá pasado.





DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora