Capítulo 60

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Estoy terminando de desayunar cuando Harry me avisa que está viniendo a buscarme. 

Delilah estaba en la misma situación que yo, con la diferencia de que Niall debía pasar a buscar algunas cosas que no caben en el auto de ella. 

El camión de mudanzas ya había recogido ayer las cajas que tenía en casa de sus padres, pues no todas sus pertenencias estaban en la residencia, aquí solo le quedan apenas unas tres cajas que entran perfectamente en el vehículo de su novio. 

Rose y Giulia regresaron a altas horas de la noche así que, por el momento, ninguna se ha enterado que ya salió el sol. 

Es reconfortante ver que no tardaron en llevarse bien porque hoy les toca pasar el día juntas y mañana mi hermana se hará cargo de lo mío durante la mudanza, lo que significa más compartir más tiempo entre ellas. Además, Rose le había ofrecido ayudarla a encontrar el lugar ideal para su estancia en Londres. 

Todavía no sabe cuánto tiempo se quedará pero de igual forma, lo mejor es que tenga su propio espacio. 

Dejo un post it, con mis datos anotados, pegado en la puerta de la heladera. Hoy es domingo, pero es muy probable que mañana se vuelvan a comunicar con Rose desde la agencia para coordinar nuestro paso por tierras americanas. 

Lilah se despide de mí con un fuerte abrazo cuando reconozco la bocina de Harry sonar y promete invitarnos cuando nosotros regresemos y ellos tengan todo acomodado. 



Nuestro viaje en carretera es igual de espectacular que el primero, el inglés es un excelente compañero de ruta y la distancia parece acortarse entre charla y música. 

Me pone al tanto de todos los proyectos que le han surgido y las miles de propuestas que le han llegado tras su flamante victoria. Se le nota tan contento que es contagioso y, aunque me alegro por él, mi mente viaja a otros lados. 

No he podido dejar de pensar en el viaje que haremos con Rose, sé que solo serán un par de días pero tengo un presentimiento de que será una experiencia agridulce. 

Es mi sueño, toda la vida he fantaseado con esto pero, si quedamos, me llevará lejos de aquí, lejos de él. Y esa es la parte que se siente jodidamente mal. Tan mal que mi cabeza no me permite ni siquiera formular palabras para poder contárselo, incluso aunque nunca encuentre las adecuadas. 

En el último tramo, piensa que me quedé dormida y baja el volumen de la radio. Mis ojos definitivamente están cerrados pero no por completo, aún me dejan admirar cada facción de su rostro y cómo tararea la canción que ahora suena, un ritmo desconocido para mis oídos pero no para sus dedos que tamborilean sobre el volante. 



La panadería "W Mandeville", donde Harry trabajó, se convirtió en parada obligatoria, no podemos llegar con las manos vacías. 

Anne nos recibe con cálidos abrazos y su infaltable sonrisa deslumbrante. 

Apenas dejamos nuestras maletas en la sala nos insiste para que vayamos al comedor porque nos estaban esperando con el almuerzo servido. 

- Espero que no te moleste -la mujer advierte y cuando el boxeador se queda estático frente a la gran puerta, asomo mi cabeza y sonrío involuntariamente al ver la sorpresa que le preparó su madre. 

- No todos los días se tiene la oportunidad de almorzar con un campeón -ella vuelve a hablar mientras abraza a su hijo por la cintura. 

Toda su familia está aquí, al menos la más cercana. Robin, Desmond e incluso Gemma y Michal que se casan mañana. Hay otras personas que no conocía hasta que Anne me los presenta: Brian, su padre, y Amy y Mike, los hijos de su esposo. 

DEVIL ~ harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora