Necesito Un Nombre [Especial David y Bestia]

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Siento un escalofrío pasar por mi espalda mientras él sujeta mi mano con firmeza. ¿Desde hace cuánto Non sabe hasta el más mínimo hecho de mí? Siento su pulgar acariciar el torso de mi mano enfatizando con ello mi escalofrío.

-Espera, espera... -dije saliendo de la visión de hace algunos días que mi muy preciado amigo me estaba brindando. -¿Qué tiene que ver esto con que David Sandler esté con B en el pantano?

-Todo -fue lo único que él respondió al tomar mi mano.

Su rostro enmarcó esa sonrisa tan única a la que solo yo tengo privilegio, sus ojos me mostraban la tranquilidad que necesito mientras que su cálida mano me sostenía firmemente como si temiera que fuese a desaparecer.

-Lo siento -susurré a la vez que soltaba un largo suspiro.

-Sé que es tu hijo y que te preocupa el que algo malo le suceda, pero quizá esto te haga entender que estas descuidando un poco a todos los demás seres que habitan Pandora.

-Lo sé, y a pesar de que no me agrada la idea de admitirlo, estoy haciendo las cosas mal por fijar mi atención en Kao -me puse de pie y comencé a caminar al estanque de las almas. -No estoy descuidando a Pandora, estoy velando por su seguridad y lo sabes mejor que nadie.

-Si es así, ¿por qué atiendes a B y no a...?

-¿Cambiaría algo que les pusiera una vez más mi atención?

-No lo creo.

-En ese caso, necesito hacer algo para que David no salga del Pantano.

-¿De verdad consideras oportuna esa acción?

-Siendo honesta, no -su sonrisa se ensancha ante mis palabras. -Pero hay algo entre B y ese chico que me provoca cosquilleo en la boca del estómago y hormigueo en los huesos.

-A mi opinión, solo eres algo entrometida.

-Elemental querido amigo, eso es lo que ha llevado a Pandora a lo que hoy es -su sonrisa se ensancha ahora mostrándome sus encías. -¿Vas a verlo conmigo?

-Por supuesto que sí -me responde cuando finalmente llega a mi lado. -Si algo pasa con respecto a B, quiero saberlo.

-¿Y yo soy la única curiosa?

Cuando se acerca hasta a mí para tomar mi mano, una vez más, su presencia se vuelve dominante, tal y como si quisiera mostrarme que no me debo salirme de lugar con mis acciones. Y tiene razón. No importa a quien sea en quien poso mi atención, el destino sigue caminando.

El pelirrojo seguía intentando salir de aquél pantano sin mucho éxito; por más que caminaba pareciera como no avanzara nada y siguiera en el mismo preciso lugar

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El pelirrojo seguía intentando salir de aquél pantano sin mucho éxito; por más que caminaba pareciera como no avanzara nada y siguiera en el mismo preciso lugar.

-No sé qué hago aquí, soy un estúpido.

Ya harto de no poder salir soltó un sonoro suspiro y se sentó en una gran roca.

Después De Caperucita Roja Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora