Nuevo Hogar

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Hola... leyendo los comentarios veo que no todos han leído con detenimiento quien es el lobo. Pues les doy la noticia de que es Kao.

Bueno ahora si disfruten del capitulo.

Tengan lindo fin de semana.














Apenas creía posible lo que su madre lo obligaba hacer. Desde que ella se hizo tan fría había perdido la esperanza de que todo volviera a ser como era antes, pero esto llevaba todo a un nuevo nivel.

¿Cómo planeaba su madre atraer al lobo? ¿Cómo es que pensaba matarle? ¿Lo obligaba a quedarse en la cabaña de su abuela para protegerlo, para que no le estorbara en sus planes o simplemente para usarlo de carnada?

–Gulf despierta –recriminó su mejor amigo, ese peculiar y simpático pelirrojo. –Ayúdame con esto, no lo aguanto.

Nuestro sexy pelinegro ayudó a su amigo a meter lo que restaba de las cosas que le había enviado su madre para su alojamiento ahí, era gracioso que su progenitora le hubiera enviado las cosas precisamente con los hermanos Sandler ya que, una vez que su madre cruzó el umbral de aquella casa y se perdió en el bosque, no la había visto de nuevo y al ser ese par de chicos a quienes veía ciertamente era gracioso, de una manera que ni el mismo comprendía.

–Vaya amigo, no pensé que tuvieras tantas cosas.

–No solo son mías, David –susurró el azabache mientras abría una caja de madera muy bien detallada con motivos del mar verde del reino del norte. –Al parecer mi madre también me envió las cosas de mi padre.

–Bueno, no la culpes, ya sabes, debe ser difícil para ella ver esas cosas por toda su casa.

–Lo sé. Esa es la razón por la que viviré aquí.

–Te voy a echar de menos –confesó el pelirrojo mientras tallaba su nariz.

–No es una despedida, viejo. Regresaré más rápido de lo que nos podemos imaginar y volveremos a cazar caracoles trepadores.

–¿Lo prometes?

–Lo juro, y lo que se jura en Pandora…

Ambos rieron al recordar la frase más pronunciada por el anciano más viejo de su aldea.

–¡…se cumple o te sacan los ojos! –gritaron al unísono para tirarse al sillón muertos de risa.

–No sé si reir, al igual que ustedes, o ponerme a llorar por lo cursi que son –interrumpió el buen momento Steven, hermano mayor del David.

El chico se veía más molesto que el resto de los días, y eso era normal si consideramos la paliza que le dio la madre de Gulf la noche anterior al querer ir a buscar el hacha de las montañas de fuego ardiente. En el mentón, del lado derecho, se podía notar el enorme moretón e hinchazón que le dejó la furiosa madre del pelinegro, apenas y podía hablar.

–Esa fue la última caja Kanawut. Así que andando.

–¿Andando? –preguntaron los dos menores dentro de la casa.

–Tu madre me ordenó no irme hasta que dejáramos las cosas dentro de la casa, la entrada llena de madera para el fuego y comida en la cocina.

La situación era clara. Cerca de la casa está el bosque de donde podrían pedir madera a los arboles exigentes y pasar por el río de las monedas para recolectar frutos y vegetales para su estancia.

Después De Caperucita Roja Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora