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THE MOSTBEUTIFUL BOY
felsmann+tiley reinterpretation

14 𝐷𝑖𝑐𝑖𝑒𝑚𝑏𝑟𝑒
05:05 𝑎.𝑚
𝐴z𝑜𝑡𝑒𝑎 𝑈𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑄𝑎𝑡𝑎𝑟

MI MIRADA ESTABA FIJA EN el cielo, esperaba con ansias el amanecer, mientras aprovechaba para vasiarme una caja de jugo Ades.

-qué mierda estoy haciendo?

primero con Enzo, después con Leandro, ahora con los dos, al parecer lo único que sabía hacer era separar familias y causar daño, aún que teóricamente yo no tuve nada que ver antes de sus "separaciones"

con Enzo lamentablemente no podíamos tener nada, pero tampoco queria lastimar a lean, les tenía cariño o amor, ni siquiera se bien que siento.

-dios!- suspiré frustrada.

-marti- apareció benja- qué haces acá boluda?

-pensando...

mentira, sos tan histérica que ni para eso servís.

-vos qué haces acá?- pregunté al ver sus marcadas ojeras.

-no podía dormir- se sentó a mi lado, dejando sus piernas colgar del borde, al igual que yo- me querés contar?

-soy una mierda Benja.

-qué puede hacer tan malo la princesita Messi para estar diciendo eso justo ahora?

era normal, vivía haciendo cagadas.

-intervine en dos familias, o algo así.

-bueno, algo más que agregar a la lista, contame dale.

-estuve con Enzo.

note su cara de sorpresa.

-ah...eso era de esperarse, pero no entiendo, qué tiene de malo si el está haciendo los papeles de separación?

-a penas llegó la mujer se la cogió.

-alto gil, seguí contando.

-después estuve sexualmente con una colorada la cual me drogo.

-quién pudiera?

-el tema es que gracias a eso, llegué como pava eléctrica acá y termine cogiendo con Leandro.

benjamin se ahogó con el jugo y termino escupiendo todo en nuestros pies.

-benja!- me queje.

-benja las pelotas, me soltas eso justo cuando estoy tomando juguito, sos pelotuda Martina?

-bueno perdón, cuestión hace dos días quedamos con Enzo como amigos.

-eso no va a funcionar- retenía la risa- es como pedirle al dibu que no moleste al equipo contrario cuando ataja.

-ahora lo sé, ayer dormí con Enzo y Olivia, después de que el me dijera que no se la iba a dejar fácil a lean.

-y lean? hablaste con el?

-no, pensaba ir a verlo después de estar acá un rato.

-seguro te lo cogías si yo no aparecía acá.

-puede ser- confesé.

y es que no nos mintamos, son Enzo Fernández y Leandro Paredes, qué persona en su sano juicio no quisiera cogerse a esos dos?

-sentis algo por alguno?- su pregunta fue como un balde de agua fría.

-es complicado, les tengo cariño a los dos, me gustan los dos, pero siempre termino volviendo a Enzo.

-para mi ese hijo de puta te macumbeo.

-si che.

estuvimos hablando un rato más con Benja, ahora estaba atravesando el pasillo para ir al cuarto de lean a disculparme, iba a tocar la puerta pero...

unos gemidos pararon mi acto, dejándome un poco asombrada, no era muy difícil saber de quienes se trataban, era la habitación de Leandro y había una valija en la puerta con el nombre "Camila".

sentí un enorme alivio recorrer mi cuerpo y raramente me sentía feliz por el, tenía una familia hermosa.

di vuelta en mis pasos, entrando ahora a la habitación de Enzo, me encontré a Enzo y oli abrazados y acurrucados, no pude evitar pensar en nosotros como una familia, pero claramente era casi imposible.

me acerque a la cama y me acosté al lado de oli, dejándola en el medio, siendo abrazada por los dos.

UNOS PEQUEÑOS SALTITOS INTERRUMPIERON MI sueño.

-Marti, Marti!- llamaba la pequeña.

-buen día hermosa- la saludé con una sonrisa, recibiendo lo mismo de su parte.

-me aburro y papá no se despierta!- se quejo la pequeña con un puchero.

-vení, tengo una idea.

me dirigí con oli al baño, buscamos la espuma de afeitar de Enzo y ya estábamos listas para el ataque.

-uno, dos... tres!

empezamos a llenar a Enzo de espuma, el cual se despertó asustado por la situación.

-yo las mato!

corríamos por toda la habitación, hasta que estábamos cada uno en una esquina de la cama.

-hija te propongo un trato.

-decime!- respondió alegre.

-te perdonó la vida, pero te unis a mí.

hijo de puta

-perdón marti- hablaba la pequeña mientras iba junto a su padre- pero a veces tenemos que sacrificar cosas.

-oli te estás vendiendo!- me quejé.

un par de segundos después sentí unos brazos tirarme a la cama y unas manos chiquitas haciéndome cosquillas.

-basta! par..paren!- suplicaba entre carcajadas.

Nada |Enzo Fernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora