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Finalicé contenta la publicación de las nuevas fotos del equipo, estaba orgullosa de mi y de lo que estaba logrando en tan poco tiempo.

mi atención se centro en una de las encargadas que entró abruptamente en mi oficina.

-no sabes! hay un bombón nuevo en el equipo!- saltaba de lado a lado la castaña.

- me alegro, necesitas algo?- no es de ortiva, pero estaba trabajando, no buscaba inspeccionar los boxers de algún jugador.

-ehh sisi! dijeron que tenés que ir a sacarle fotos y hacer la presentación del nuevo jugador...ahora.

chiste al tener que abandonar mi tan cómodo escritorio, esa silla gamer era el amor de mi vida.

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termine de acomodar el enfoque de la cámara para avisar que dejarán pasar al jugador.

-señorita Messi, acá está Fernández.

fuí a darle la bienvenida con una sonrisa cálida, sonrisa que se borró en cuanto ví de quién se trataba. mi cuerpo temblaba, el oxígeno estaba más pesado y las palabras no salían.

-Enzo lo dejo con Martina Messi, ella le dará las indicaciones.

el lugar quedó completamente en silencio en cuanto el hombre cruzo la puerta. me miraba con asco y odio, lo podía notar e sentir.

-qué mierda haces acá?

-eso tendría que preguntar yo, no te parece?

- que triste lo tuyo, al final el plan no te salió como querías.

- de qué plan hablas enfermo?

-no me querías volver a ver, lastimosamente ahora me vas a tener que ver la cara todos los  días- fingió una leve pena y volvió a su cara sería que tanto expresaba el rencor que sentía- sos una pelotuda Martina, todo tenés que arruinar?

-yo no arruiné nada Enzo!

-entonces qué fue todo eso?!

a medida que los gritos subían, más se acercaba mi.

-lo hice por vos imbécil!

-dale gracias marti, me cagaste las fiestas a mi y a mi hija!

hija?...el bebé...
tenía que parar esto antes de decir algo de más.

-sentate en el sillón, acomodate la ropa, prendo la iluminación y hacemos las fotos.- hablé lo más firme y sería que podía con el.

Enzo chisto y camino rápidamente a su lugar, los dos sabíamos que mientras menos discutamos, más rápido terminaríamos.

pude observar que había teñido su cabello, le queda tan bien...

-podes sonreír?

-bueno.

-y subí un poco la cabeza por favor.

-dale dale, un café? mates? algo más?

mordí mi lengua tratando de retener cualquier insulto.

Nada |Enzo Fernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora