6

458 32 10
                                    

—Dib ¿Por qué tienes a mi Zim aquí amordazado? — Resopló Keef intentando sonar calmado, pero notaba algo de enojo en su voz.

¿Mi Zim? Escuchar eso me hizo tener un mal sabor de boca, la fruncí al instante volviendo mis manos puños evitando golpearlo con todas mis fuerzas.

—¡Hijo! No puedo creer que ya estés secuestrando gente —negó con la cabeza mi padre— ¿en qué momento te me descarriaste de esta forma tan mala?

Todos los de atrás susurraban viéndome discretamente mientras Keef se acercaba y liberaba a Zim de las cuerdas, quito la cinta de su boca también de inmediato.

—¡Llegas tarde Keef!, Zim tuvo que estar con el patético de Dib y sabes que lo odio. —Dijo Zim sacudiéndose las ropas.

—Perdona Zim, no recordaba dónde estaba la oficina de Dib, apenas ayer me la enseñaron. Pero llegué en cuanto vi que estabas en peligro.

Fruncí aún más la boca viendo como Keef estaba tocando por todos lados a Zim intentando ver qué estuviera bien como si yo le hubiera hecho un solo rasguño, eso me ofendió tanto que casi grupo de enojo. Mis celos tampoco ayudaban en nada queriendo ser yo quien tuviera ese honor de poder tocarlo sin protesta de ese chico espacial.

—No le hice nada, solo quería hablar con él, era la única forma— giré mi mirada a mi padre intentando de forma inútil que estuviera de mi lado— ¡Papá tienes que creerme!

—No hay excusa para esto Dib, de niño eran juegos, pero ahora... no hay más escusas, te estás saliendo de control—volteo de reojo a ver a los demás — ¡escuchen! Mi hijo parece estresado, así que temporalmente será suspendido sin paga por este incidente. Todos regresen a su trabajo, vamos. Y señor Keef le pido una disculpa enorme por mi hijo, pareciera que no ha crecido. Amigo extranjero de Dib —miro a Zim— Me alegra que se haya curado de esa enfermedad y perdona a mi hijo, parece ser que no ha madurado todavía.

—Pero... ¡Papá! — Me pare enfrente de él, ofendido por sus palabras, pero mi padre ya no me permitió hablar poniendo su palma unos centímetros frente a mi cara.

—¡Cállate Dib!, ¡agradece que no te estoy despidiendo! Esto incluso es para ir a la cárcel debería dar aviso a las autoridades, pero te estoy dando otra oportunidad. Déjame arreglar una vez más tus tonterías.

—Déjelo señor Membrana. —Sonrió Zim mientras me miraba alzando el pecho con orgullo— Dib nunca ha estado cuerdo por eso comete estupideces, por ahora el bondadoso Zim lo dejara pasar. Por los viejos tiempos.

Troné la lengua viendo como mi padre me dio una seña para irme y él salió con Zim seguido por Keef para seguir hablando, pero me quedé pensado en que no tenía sentido, ¿cómo supo que estaba aquí? nadie sabía que Zim era la pareja de Keef como para informarle y aún peor ¿cómo supo dónde estaba?  Tal vez ese no era Keef y era un ¿Robot? No, para entrar aquí como trabajador debes pasar justamente una prueba para ver qué no seas un robot al menos no completamente, después de todo mi padre tiene manos mecánicas.

Furioso tomé mi maletín y me retiré de mi oficina para irme del trabajo, después de todo ya no tenía que estar ahí si no me iban a pagar, además no quería ver nuevamente a mi padre para más regaños, mi puto plan fallo eso ya era suficiente para deprimirme sumado que ni siquiera logré decir nada a Zim.

Estaba cruzando los pasillos regañando me a mí mismo por no ser más cuidadoso, debía haberlo planeado bien, debí hacer algo más pero el debí ya no servía, solo provocaba que mi ansiedad creciera, de la nada mis pensamientos cesaron al terminar cayendo al suelo, apenas y logré color las manos para no golpear mi rostro contra el suelo, solo sentí que me atoré con algo. Miré a esa dirección para inspeccionar el con que me había atascado, fruncí mis cejas al ver el pie de uno de los científicos de los laboratorios Membrana.

Papá soltero [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora