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Que curiosa es la vida si es que se le puede llamar así a esto, uno piensa que todo va bien y de la nada todo se cae a pedazos, odiaba la idea que así fuera siempre, está a la que llaman realidad. La vida te quita todo sin importar cuánto te haya costado, lo hace sin piedad, sin importar tus súplicas, sin importar cuánto sufras con tal de "aprende" una lección... Esa es su maldita ley...

No, odió creer que la vida pueda ser tan cruel, me reuso a creer la que vida sea así para algunos ¿Por qué otros viven la vida felices mientras los demás tardan años en tener pequeños momentos, apenas fragmentos de felicidad? Tal vez solo pienso de más... Pero era la verdad, ¡la vida es injusta...!

Al abrir mis ojos poco a poco divisé de una forma borrosa una habitación blanca, unas cortinas se movían al son del viento, unas flores amarillas, ¿girasoles? bailaban siguiendo a esas cortinas. Mire a un lado, un suero mi vista siguió un pequeño tuvo que se conectaba a mi muñeca, aunque solo viera borroso ya podía imaginarme el lugar, no pude evitar el suspiro al saber ya donde es que me encontraba.

—Hace mucho no terminaba aquí....

El hospital, antes venía seguido cuando era más joven por culpa de Zim, aveces no era grave otras si tenía que quedarme internado por huesos rotos.

La puerta se abrió y entro Gaz al menos una versión borrosa de ella, parecía traer con un vaso con agua. No dijo nada al verme despierto, no fue hasta que se sentó en la silla a un lado cuando sus labios finalmente se separaron al hablar.

—Diz está en a escuela... Por si querías saber.

Ahora me daba cuenta de que Diz no estaba conmigo tampoco era como si la dejarán pasar... pero nisiquiera había pensado en Diz a mi despertar, tenía en mente tanto y solo podía dejar de pensar pensar en los otros dos hijos que nunca pude conocer hasta ayer... Me levanté tan rápido como pude sin embargo me regresaron a la cama de la misma manera como me levanté me levanté, regrese a acostarme por culpa de Gaz, me había dado un golpe en la cabeza.

—Ya estoy bien... auch... —Di un masaje con mis dedos donde me había dado el golpe. — Por Saturno, debería irme ya. Diz me necesita...

—Estuviste inconsciente como un día y medio, el estrés te está matando, debes descansar. El decirte aquella noticia parece ser que te afectó demasiado. —Gaz cruzo sus brazos mirando los girasoles alado de la cama.—  No soy la única que se arrepiente de decirte.

Lleve mi vista a esos girasoles, tuve que hacerlo con los ojos entrecerrados para poder enfocar mi vista, a decir verdad llamaban mucho la atención.

—Zim vino a verte ayer, el trajo esos girasoles y te cuido como cuatro horas, luego se fue. —Gaz se levantó y miro por la ventana.— Por ello te digo que debes hablar con él. Fuiste un bruto pero Zim debe sentir al menos empatía por ti todavía. Aprovecha eso. Cuando salgas de aquí ve con Zim y habla con él.

Me sorprendió que ese chico espacial viniera a verme y cuidarme, aunque una pequeña parte de mi estaba feliz la mayoría repudio la idea que Zim fuera tan hipócrita como para primero mandar a su... ¡Nuestro! hijo a matarme y después viniera a cuidarme dándome unas flores ¡¿Qué maldita sea está pensando?!.

Toque mi cabeza sintiendo dolor de nuevo eso hizo que Gaz me diera una pastilla en la mano, la mire con curiosidad además de confusión, no sabía para que era.

—Tomala es un calmante, la uso para los dolores de cabeza... Últimamente la uso de más, pero a este paso Diz se quedará sin padre y no voy a permitir eso.

—Gracias por ayudarme Gaz... Eres la única con la que puedo contar... aunque me ocultes cosas —Rei aunque parecía que estaba llorando y eso fue porque estaba intentando no llorar, ¿tenía alguien en quien confiar realmente?... nisiquiera a Diz le contaba todo.

Papá soltero [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora