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Habían pasado un mes de lo sucedido en el parque de diversiones, mi hija ahora había vuelto a la normalidad con la única diferencia que se había hecho muy amiga de Nova, ¡eso era perfecto!, pero por mi mala suerte o jugarreta del destino, ya sea por una cosa o por otra no podía volver a ver a Zim, siempre que llegaba a dejar a Diz a la escuela o ya se había ido o llegaba tarde o simplemente ese día no llegaba, llegué a esperarlo en la entrada de la escuela pero nunca aparecía. Era como si me estuviese evitando y no entendía porque, me había hablado "bien" ese día, ¡había pensado que tenía una oportunidad de aclarar todo con ese estúpido chico verde!.

De igual forma también decidí ir hace unos días con mi padre para tratar el tema del día de reingreso, a acudí a Los Laboratorios Membrana donde yo trabajaba hace nada; bueno seguía en su personal, pero por ahora no podría hacerlo, para colmo sin paga alguna como una forma de reprimenda. Estando ahí me pareció ver a aquel alíen mas al perseguirlo, por más corrí nunca lo alcance, tal vez ya estaba delirando por tanto pensar en él, podía ser también que sí lo hubiera visto, no obstante eso significa que me estaba evitando en verdad, pensar eso no me gusta por ello decidí concluir en que ese día por mí poca cordura que tengo llegué a ver una ilusión.

En mi ducha en tanto el agua tibia de la regadera pasaba por mi cuerpo, cerraba los ojos pensando, casi rezando a ese Dios misterioso del destino que me ayudó hace tiempo para que volviera a ayudarme en reunirme de nuevo con aquel chico del espacio. Mis sentimientos por él aún no desaparecen y Gaz tiene razón, tal vez esa charla me ayude, tenía que decirle a Zim la verdad del porque paso todo, aunque me siento un idiota, a pesar de que al inicio me sentía como si yo fuera la víctima aquí; todo ocurrió como un balde de agua fría apagando el fuego que tanto me costó en avivar por varios años.

Cerré la regadera después de unos minutos, me puse la toalla en mis caderas yendo a la puerta, voltee a ver el espejo empañado el cual solo veía una silueta difusa, di un largo suspiro y salí para cambiarme en la habitación avanzando con una mirada pérdida y cabizbaja, incluso una ligera migraña por tanto pensar. 

—Pero si tuviera una oportunidad, solo una... Para regresar con Zim...

Negué con la cabeza saliendo de ese sueño imposible, estaba por entrar a la habitación cuando fui interceptado por mi hija, llegó corriendo con un pedazo de papel en sus manos, parecía ser algo importante, cruzo por mi cabeza que era otro citatorio, suplicaba mentalmente que no fuera nada malo.

—¿Qué traes ahí princesa? — tome la nota apenas me la estiró para que la agarrase.

—Habrá junta de padres y maestros pronto, este es el anuncio. 

—¡Si! ¡Gracias Dios!— alce el puño con sentimiento de victoria, seguro Dios respondió a mis súplicas, el destino me ayuda después de todo, debe ser una señal que mi relación con Zim debe regresar.

— No sabía que creías en Dios ... ¿Papá ahora seremos religiosos?—Ella habló con confusión ladeando la cabeza.

—Jajaja nada de eso Diz jajaja gracias por avisarme.

Todos los padres estarán ahí, deben estar ahí, ante eso quiere decir que Zim debe presentarse obligatoriamente, No podrá evitarme más. Incluso mi padre iba a esas reuniones... Al menos en una pantalla cada año, era una reunión obligatoria en definitiva tendría que ir aquel que se hace llamar Zim y así se me presenta otra oportunidad para poder entablar una charla con él.

Me metí rápido a la habitación para cambiarme enseguida, al poco sali con mi hija con intensión de hablar con ella un rato, me senté alado de Diz en una de las sillas de la mesa y nos serví jugo de naranja a ambos dejando ambos sobre en la mesa.

Papá soltero [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora