𝐂𝐎𝐍𝐅𝐈𝐀 𝐄𝐍 𝐌𝐈 ┊formula uno fanfiction
. . . -ˏˋ "toma mi mano, te prometo que no te la volveré a soltar.*:･ﾟ
𝐄𝐍 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 ──Lando y Katherine de conocen y quedan completamente flechados. 𝐄𝐍 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 los fuertes s...
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⋆*｡ CONFÍA EN MI ⋆*｡ capítulo catorce: paz ────────────
1/2.
REAL LIFE ¡!⋆*｡ London, UK !
TEMPRANO POR LA MAÑANA, la pareja de británicos recién entraban al gran paddock. Siendo Kathe la primera en entrar con su tarjeta de acceso, siguiéndola por detrás el piloto de McLaren.
A su alrededor el paddock ya se encontraba repleto de personas, trabajadores de los distintos equipos pintando de un sin fin de colores con sus respectivos uniformes de Scuderia.
Sus manos entrelazadas la castaña miró con cierta emoción. Un remolino de mariposas sintiendo cuando el piloto le otorgó una mirada cariñosa y una caricia en su mano. Fue casi inevitable que sus mejillas no se tiñeran de un color rojizo.
Juntos caminaron de la mano hacia las oficinas de McLaren. La recepcionista de uniforme naranja los recibió cordialmente.
—Debo irme. —anunció la castaña, cortando cualquier contacto físico con el al separar sus manos entrelazadas. —Te veo luego. —se despidió tan rápido pudo. Apresurada con su tiempo ya un poco ajustado.
—Hey, hey. —escuchó como su voz la llamaba devuelta. Norris se había acercado de vuelta a ella, tanto que incluso la cercanía en público le pareció extraño para ella. —Olvidaste algo.
Su entrecejo se arrugó confundida. —¿Que?
—Esto. —sin previo aviso se inclinó hacia ella y besó sus labios tan fugaz. —Eso fue para la suerte. —lo miro de arriba a bajo, observando y queriendo memorizar esa imagen como un preciado recuerdo. Apenas y pudo asentir anonadada.
Una última mirada por encima del hombro el piloto le otorgó antes de salir corriendo a su llamado a garage.
Borra esa estupida sonrisa.
Se recordó así misma y odiándose también por no poder controlar esas tan repentinas emociones. Y es que a pesar de las palabras y gestos lindos, como ese recién beso, que tenía el piloto con la chica. Por muy dentro Kathe no deseaba hacerse una ilusión, es decir, su "relación" aún no está definida como una etiqueta y con la vida caótica que gozaban los pilotos no esperaba estar por la cima de todas aquellas modelos y celebridades que se encontraban tras los pilotos. Todos los días era concierte de ello en el paddock, fin de semana tras fin de semana era testigo de cuantas celebridades asistían a un Gran Premio y en cómo la atención de los pilotos se posaba fácilmente sobre ellas.
