10. Conocernos mejor.

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De camino a mi casa nos paramos en una cafetería 24 horas y hablamos.

_Roberto: ¿El beso significó algo para ti?

_Yo: No te entiendo.

_Roberto: ¿Cuándo lo recibiste sentiste algo?

_Yo: Si. ¿Tú?

_Roberto: Si, pero no podemos. El trabajo nos lo impide.

_Yo: No por culpa nuestra, si no para ahorrarnos los celos y el daño al material.

_Roberto: Lo se.

_Yo: Además no sé si es lo correcto. Nos conocemos y a la vez no. No se tú edad. No conocemos el gusto del otro. Tal vez sería más adelante. Y mientras nos abrimos más al otro.

_Roberto: Tendríamos que llevar una relación en secreto. Si se enteran en el club nos podrían echar a los dos. Pero tienes razón, mejor conocernos más.

_Yo: Bueno empiezo yo. Me llamó Bonnie, tengo 18 años, soy huérfana de madre desde que nací porque murió en el parto y y de padre porque murió cuando apenas cumplí seis años de cáncer. De hecho murió al día siguiente de mi cumpleaños. Tengo una mejor amiga que se llama Maria, tiene 16 años, también huérfana por abandono y vivimos juntas. Estudio Bellas Artes y diseño en la universidad. Y nací aquí en Francia.

_Roberto: Pues me toca a mí. Me llamo Adrien, mis mejores amigos son los chicos que ya los conoces y estudié derecho. Tengo 23 años y en mis tiempos libres soy fotógrafo. Y también soy de aquí.

_Yo: Derecho. No lo sabía. Interesante.

_Roberto: Y tu en bellas artes. O en diseño.

_Yo: Ya bueno. Soy de la raíz de artes. Cuéntame más.

_Roberto: Bueno. Llevo trabajando en el club cinco años, soy de los chicos el más solicitado para los bailes privados. Mi ex compañera de baile también llegó a ser la más solicitada. Ella se fue porque estuvo aquí por si economía y nunca le gustó esto como tal. Dos semanas después llegaste tu. En ese tiempo la mejor bailarina era Abril.

_Yo: Yo me pasaba el día del instituto al orfanato y cuidando a los niños pequeños de ahí. Allí nosotros nos encargabamos de todo. Limpiaba, cuidaba de los pequeños, cocinaba, ayudaba a hacer las tareas, dormíamos a los niños, etc. Las encargadas solo vigilaban por encima. Nunca hicieron nada.

_Roberto: Tuviste una vida dura.

_Yo: Si. Creo que soy de artes de tanto pintar con niños chicos (dije riendo) Cuéntame de tus padres.

_Roberto: Mi padres son jóvenes. Me tuvieron bastante temprano. Cuando mis padres tenían 18 años yo tenía 3. Por lo que me llevo 15 años con ellos. La verdad es que me criaron bastante bien pese a la edad que tenían y la posibilidad de que se podían separar en cualquier momento. A día de hoy siguen juntos y nunca me faltó ni dinero ni amor por su parte. Voy a verlos todos los días. Viven a 15 minutos de la ciudad. Por eso voy a buscarte a la universidad. Me pilla de camino de vuelta. Y el lunes salimos todos a dar una vuelta y fuimos a buscarte.

_Yo: No se ha dejado de hablar al respecto de eso en la universidad. Muchas me andan pidiendo sus números y otras contándome lo afortunada que soy por estar con ustedes. Otras admirando como me defendieron de Raúl, en fin, ese tipo de cosas. Aparte del golpe que le di claro.

_Roberto: Fue un buen gancho.

_Yo: Hacía deporte en mi tiempo libre en el orfanato.

_Roberto: Ya veo. Se te da bien el boxeo.

_Yo: Gracias.

_Roberto: Desde que quieras vamos a tu casa. Mañana tienes clases.

_Yo: Cierto. No se si iré. No me encuentro muy bien. Creo que es falta de sueño. Aprovecharé para descansar lo máximo posible si no voy. Igual vamos ya. Son las cinco de la mañana.

_Roberto: Bien. Avísame si vas a clase para saber si paso por ti.

Pagamos y volvimos al coche. Me dejó en la puerta de mi casa y se fue cuando entré.

Al llegar puse la lavadora con la ropa del trabajo, me tomé una pastilla y terminé de hacer los trabajos a entregar. Ya era la hora de empezar a prepararme para ir a la universidad. Al encontrarme mejor decidí ir. Me fui a la ducha y al rato salí.

La semana pasó lenta debido a mi estado de continuo cansancio finalmente llegó el día de la ruta.

Los chicos llegaron hasta mi casa y cuando me avisó en la llamada salí.

Los seis se encontraban hablando por la llamada grupal. Conecté el casco al móvil, me coloqué el protector de cuello y el casco. Me subí a la moto y los saludé.

Coloqué mis manos por debajo de la chaqueta de Roberto. Y empezamos la ruta.

Al no haber salido nunca de la ciudad todo era nuevo para mí. Iba mirando absolutamente todo a mi alrededor. Detrás mío venía Leandro riéndose de mi por la llamada.

_Yo: No se rían, yo no he salido nunca de la ciudad. No tenía quien me sacara. Les recuerdo que soy huérfana.

_Roberto: Pues habrá que sacarte más.

Fuimos por montañas llenas de vegetación y llegamos a un pueblo al par de horas. Allí decidimos parar y almorzar. Pedimos una raclette para compartir y yo me pedí una sopa de cebolla, ya que hacía frío. Nos quedamos ahí hablando un rato en lo que comíamos y después vimos un poco el pueblo.

_Yo: ¿Te encuentras mejor está semana? A la anterior digo (le dije a Roberto)

_Roberto: Si, lo que pasa es que estuve discutiendo toda la semana con Gabriela.

_Yo: ¿Con Gabriela?

_Roberto: Si. Ella y yo tenemos una historia.

_Yo: ¿Una historia?

_Leandro: Si. Y de hace años incluso.

_Alejandro: Por eso te ha puesto mala cara desde el primer día.

_Marc: Te ha cogido asco. Las cosas como son.

_Roberto: Bueno si. Te ha puesto mala cara y solo son celos.

_Yo: ¿Pero tú estás con ella? Osea ¿Son algo?

_Roberto: No. No somos nada. Ella tiene celos enfermizos.

Olympe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora