16. Fiesta privada.

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_Roberto: Esto no quita que venga a buscarla todos los días. Ya me aburre ir solo en el coche. Me siento solo.

_Marta: No no. Que vaya contigo si quiere ir.

Entramos de nuevo a la casa y nos sentamos a ver una película mientras esperábamos la pizza que habíamos pedido.

Poco después de llegar la pizza y comerla, marché a preparar mis cosas para el trabajo. Marta sin embargo, iba poco después.

Roberto esperó a que termináramos de preparar las cosas para llevarnos.

En su coche íbamos cantando los tres a todo pulmón. E incluso asustamos a muchos peatones por ello.

Al llegar allí ensayamos coreografías nuevas, coreografías más sexis, más dificultosas, más seductoras, si eso era posible.

Al ser el Strip club que más se llena de la ciudad y el más popular, tenemos que estar cambiando las coreografías a cada rato y siempre procurando mantener la calidad y sensualidad que nos caracteriza.

Pero ese no era el problema de hoy. A las 12 tenemos una fiesta a quince minutos de aquí, por eso estábamos ensayando.

A los chicos y a mí nos toca ir de militares en el primer show y en el segundo de conejos. Ya que era una fiesta con dos shows. Le pedimos a Xavier si se podía encargar hoy de ese Strip club y no del otro debido a que este se llena en más cantidad.

A la hora de abrir nos fuimos a la parte de atrás del escenario donde se encontraba otra barra de ensayo como llamo yo. En ella me pasé las horas restantes ensayando antes de irnos.

La caravana la llevaba Marc. Al llegar al sitio nos preparamos y maquillamos para entrar.

Aquí nos pedían que actuáramos con el público en la mayoría de lo posible. Por ello al entrar dejamos que poco a poco nos ayudaran a quitarnos la ropa mientras les bailábamos, darles una rosa o ese tipo de cosas.

Al terminar el último show, nos pidieron otro más los mismos organizadores de la fiesta. Asentimos y nos fuimos a cambiar. Ahí quedamos que íbamos a improvisar. Ellos en las mesas y yo en la barra o bailándole a alguien en una silla en el escenario.

No había visto a la persona que le pedí que subiera, debido a que pagaron las luces, hasta ahora que se encontraba cerca. Allí se encontraba Raúl.

Le bailé como profesional que soy. Teniendo en cuenta que no despegaba la vista de mi culo o tetas, no se dió cuenta de nada. En esta oportunidad aproveché para reírme todo lo que quise de él. Y sí, la expresión esa de "tiran más dos tetas que dos carretas" es correcta.

Roberto de lejos me miraba mientras le bailaba a una señora. Miraba como siempre que hacía esto, que no se sobrepasaran, pero esta vez sí mirada era diferente. Una mirada de intriga con un poco de celos.

Le guiñé el ojo y saqué a Raúl del escenario. Seguí en la barra y poco después llegó Roberto.

_Roberto: ¿Y eso? (dijo llegando a bailar conmigo un dúo)

_Yo: ¿Qué cosa?

_Roberto: El estúpido ese.

_Yo: No lo ví, pero me cobré la venganza. Nunca se dio cuenta que está en una fiesta de empresa. Fiesta que no es de la empresa de sus papitos. Esta borracho, no puede ni moverse, acaba de quedar como un guarro delante de ellos, se drogó justo antes de subir y se le quedó la ralla en la nariz, además de que casi se cae. Y lo mejor de todo es que su jefe le miró con mala cara y le grabó. Mañana estará despedido y sin ayuda económica de los padres (le dije bailando entre nosotros)

_Roberto: Eres mala, pero me gusta como piensas.

Poco después terminamos el show y ellos volvieron a la caravana y Roberto y yo a cobrar.

_Jefe: Muchas gracias y lo siento por el joven que subiste a la silla. Es un perturbado. No te preocupes. Mañana estará despedido por mal comportamiento. Les puse 1700€ de más por el otro show y las molestias ocasionadas (dijo entregándonos un sobre)

_Yo: No fue nada. Muchas gracias a ti por confiar en nuestra empresa.

Poco después volvimos de vuelta al Strip club. Allí entramos por detrás y fuimos directamente a mi despacho Roberto y yo.

_Roberto: Hemos ganado bastante dinero esta noche.

_Yo: Si. Te importa si me quedo aquí estudiando lo que queda de noche. Tengo mañana un examen super importante y no me ha dado tiempo a estudiar.

_Roberto: No pasa nada. Quédate aquí, cuando termine ya te vengo a buscar para marcharnos.

Un par de horas después entró de nuevo.

_Roberto: Ve recogiendo. Nos vamos en cinco minutos.

Asentí y empecé a recoger. No tenía mucha idea del examen, pero al llegar a la casa me duché, lavé la ropa y seguí estudiando. Cuando fue la hora para prepararme para ir a la universidad, me vestí y fui hasta allí.

Eran las 10:27 a.m. y como no, Raúl vino a molestar. Poco después le llegó una notificación de WhatsApp y se puso en mi diagonal, por lo que podía ver bien el teléfono.

Era su jefe que le había enviado el vídeo de ayer y otro mensaje a continuación: "Estabas borracho, drogado, no podías ni moverte y sin contar tu actitud con la bailarina." "Estás despedido, entrega a la tarde todas tus cosas en mi despacho"

Se me escapó una risa, pero rápidamente encendí el teléfono con el que estaba haciendo el paripé de mirar algo para poder leer su conversación.

Escuché como ponía el vídeo y no pude evitar recordar el golpe que casi se da y otra risa escapó de mi.

Se fue a terminar de verlo a otro lado, pero no me importó, porque yo ya sabía el resto de ese vídeo y sus consecuencias.

Volví a casa con una sonrisa en la cara.

_Roberto: ¿Por qué sonríes hoy tanto?

_Yo: Como te dije, echaron a Raúl de la empresa. Vino a molestarme y justo el jefe le escribió y pude leerlo.

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