28. Guerra de nieve

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Los días siguientes, me dedique a despejarme. Agarre la licencia que no había usado y logre conseguir una semana libre.

Tenía claro que los siguientes meses, serian complicados. Tendría que estar pendiente del juicio de Connor. Había hablado con Paris sobre también llevar como delito a la corte...mi abuso.

Mi yo de quince años hubiera anhelado esto más que nadie. Ver como aquel entrevistador se hundía en la justica, la cual espero que se cumpla. Mi abuso no fue el único crimen que cometió. Así que al tener Connor tras las rejas, no solo sería satisfactorio para mí, sino también a todas sus demás victimas de otros crímenes. Quien sabe, quizás no sea la única mujer que fue abusada por él.

Recuerdo a mis compañeras, siempre estábamos juntas en todo tiempo, cuidándonos las espaldas. Cuando cerraron el prostíbulo, ellas estaban igual que yo, eternamente agradecidas. Había perdido el contacto con ellas, pero creo que ellas también merecen su justicia divina.

Conseguí un buen abogado. Se llamaba Arthur Mendes y me caía muy bien.

Era ya sábado y estaba en el apartamento de Arthur, hablando del juicio. Me dijo que debería de escribir un resumen de todo lo que había vivido en el prostíbulo, así todo era creíble. También comento que Connor la tenía difícil. Hablo con su abogado y el, le explico que defender a un tipo con tantos antecedentes y un montón de pruebas en su contra, era difícil.

Todo aparentaba a que sería difícil para Connor y fácil para nosotros. Igualmente Arthur, me decía que no tenía que confiarme nunca en un juicio.

Después de como tres horas de charla sobre leyes, por fin salí de su apartamento. Era un día soleado, estábamos en febrero así que la nieve empezaba a derretirse, la extrañaría, espero volver a verla el año que viene. Claro a no ser dé que haya un cambio en el clima que evite que en Washington nieve.

Eran las dos de la tarde, aún no había comido mi almuerzo, así que decidí ir a comerlo al Hamilton Park. Era el parque que estaba maso menos a una calle del edificio de Arthur. Estaba junto a la costa de la bahía de Elliot. Por esta zona de la ciudad, no había pasado todavía.

Se veía bonito como el agua sin congelar, a veces saltaba en chapoteos a la tierra llena de nieve que cada vez se derrite más.

Disfrute mi sándwich de verdura con pan sin gluten. Me lo había hecho yo y estaba bastante delicioso, iba mejorando mis habilidades culinarias.

Estaba sentada en una banca, contemplaba la bahía cuando alguien se sentó en la banca también. Era nadie más ni nadie menos que Charlize.

-¿Charlize?-ella se giró hacia mí, me dedico una sonrisa sincera, sin embargo se mostraba triste.

-Hola Daylin. Es genial verte-me dijo.

-¿Estas bien?-pregunte, preocupada por su estado.

-Sí, lo estoy-se mordió el labio. Yo negué la cabeza-No te convencí, ¿verdad?

-No, para nada...es que te veo triste.

-Es complicado. No estoy triste en si...estoy decepcionada.

La observe, sin entender mucho a lo que se refería. -¿Qué paso?

-Es sobre mi hija menor, Angelina.

-La que estudia en la universidad de San Diego.

-Si-se puso la mano en su boca y observo la bahía-Está embarazada.

-Ah-era algo bueno o malo. Estaba estudiando, quizás tener un bebe no le era la mejor opción, aunque es plenamente su decisión si tener al bebe o no.

Cercano y Distante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora