34. Cercano

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-Mentaliza- me decía a mí misma.

Dentro de una hora saldrás a las afueras de la cafetería para casarte con la persona que amas, y pasaras con él todo el resto de tu vida. A penas lo soportas y lo tendrías que soportar todos los días.

La boda había tardado mucho en planearse. Elegir los invitados, elegir el lugar, elegir la fecha, elegir mi vestido, elegir la música, etc. Mi mala organización me llevo una mala jugada, por suerte el novio de la boda era Phoenix, el ser más organizado en existir. Además fue su idea casarse, yo nunca pensé en casarme hasta que el me mostro el anillo.

Mi vestido era blanco, lo cual representa pureza o algo así, no se. Yo solo elegí el vestido mas hermoso que encontré y que encajaba con mi figura.

El vestido era largo y tenía un tajo que me mostraba parte de la pierna, sus mangas eran trasparentes, por ende se me veían los brazos.

Mi cabello y maquillaje me lo había hecho Sofía Carmín. Aun nos hablábamos cuando se enteró que nos íbamos a casar, se ofreció ayudarnos.

Mis labios estaban pintados de rosado claro, que se notaba muy bien por mi piel morena. Tenía un moño atado a lo alto, la coleta que usaba era una con brillos. Tenía dos mechones por fuera de la coleta, esos mechones se negaron a ir con el resto de mis mechones de cabello así que Sofía opto por dejármelos libres.

Walt me compro como regalo de bodas joyería para usar. Tenía una pulsera de plata sólida en mi muñeca izquierda. Mi collar también era de plata, solo que con esmeralda escrutada. Mis aretes eran de plata también. Todo era de plata menos el anillo que me pondrá mi prometido.

Me sentía muy lujosa, una mujer de la alta sociedad.

Mis padres tenían dinero, eran jefes criminales. Sin embargo casi toda mi vida la pase como una empleada.

Ahora mi casi marido esta camino a convertirse en millonario y mi suegro es literalmente millonario. Incluso y  gane bastante con mi primer libro y Cercano y Distante, tampoco está siendo la excepción.

Me observe en el espejo. Mi cabello negro recogido, mi morena piel en todo su esplendor y mis ojos verdes más revoltosos que nunca. Que pasaba si salía todo mal, quizás la torta se caía al suelo o yo me caía al suelo o Ryan se caía al suelo por la borrachería. Muchas cosas malas podían pasar en este día tan especial.

Estaba en la antigua cueva de Phoenix, sentada en la silla y observándome en el espejo portátil que había traído.

Alguien toco la puerta. -¿Quién es?- pregunte.

-Nosotras, tus damas de honor- suspire, por suerte no era Phoenix. Estuve todo el día evitándolo, dicen que es mala suerte que el novio mire a la novia antes de casarse, esa fue la razón.

-Pasen- les dije.

Mis damas de honor eran Paris, Charlize, Marina y Sofía. Las cuatro usaban un vestido rojo corto, que les llegaba hasta un poquito más debajo de las rodillas. Usaban tacones de plataforma rojo y el maquillaje de todas era totalmente rojo.

Todas tenían la misma coleta, enganchada por un broche con una rosa falsa.

-¿Y qué tal?- preguntoo Paris.

-Pensando en todas las cosas que pueden salir mal- respondí.

-A mí me paso lo mismo en mi boda. Aunque no fue tan glamurosa como la tuya ya que directamente fuimos al registro civil y ya está. Pero igual estuve nerviosa, tenía el presentimiento que mi vestido blanco se ensuciaría- dijo Charlize

-¿Se te ensucio?- preguntó Sofía.

-No, todo fluyo normal.

-Si estas arrepentida, podemos llamar a Trinity que venga en su coche y te lleve fuera de la ciudad- bromeó Marina.

Cercano y Distante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora